miércoles, 14 de junio de 2017

LAS DECISIONES HABILITAN

EL NACIONAL, Caracas, 14 de junio de 2017
La facticidad y la omisión
Teódulo López Meléndez
   
Se arguye equivocadamente que no debe pedirse a la Asamblea Nacional más tomas de decisiones puesto que son inefectivas, y se cita en prueba las más de 50 sentencias del TSJ o la inobservancia a competencias constitucionales como votos de censura a ministros.

Ello nos trae el concepto de facticidad, pero no el ontológico, aunque sí, de manera que no iremos a Heidegger ni a Husserl, pero sí a recordar qué implica lo “hecho” como resultado de una acción y también a la oposición de decisión a lo quimérico.

No, vamos a la facticidad histórica. Allí significaría lo que “no puede ser cambiado, actuemos como actuemos”, no aplicable a dejar de actuar, puesto que siempre toda situación permite ser cambiada si actuamos. Se llama dominio de posibilidad. La entrega de que toda decisión será bloqueada por el régimen, y por ende la omisión, es abandonar la certeza de que toda condición histórica puede ser cambiada y, en consecuencia, dejar de ser inmodificable. Esto es, las decisiones bloqueadas pueden, por ejemplo, dejar de serlo por la caída del ente bloqueador, evanescente y efímero, pero, en cualquier caso, deben ser, en ejercicio de la capacidad de nuestras acciones de cambiar el devenir, unas por siempre.

La historia indica que nada, situación o perspectiva, está dada para siempre. Toda decisión sobre la posibilidad es histórica y por eso he advertido que en los escasos días que quedan debe decidirse para hacerla tal. Las decisiones habilitan. Las omisiones deshabilitan.

La facticidad misma es un juicio, de manera que frente a quienes llaman a la omisión se le puede oponer la facticidad como transformación posible. Suele llamársele liderazgo, porque el líder actúa creyendo posible lo que los no líderes consideran imposible. A facticidad histórica siempre se le debe oponer factibilidad histórica y hacerla presente es decidiendo, pues esperando no hay alternativa ni liderazgo, más bien abandono a merced, a un condicionamiento de nuestra capacidad de innovación.

Las posibilidades no existen per se. Existen porque son emitidas. En toda historiografía hay actores que ponen intenciones. Sin acción no hay explicación ni ejemplaridad. Tal vez haya sido en Habermas donde leí sobre la “comunidad de riesgo”.

Fuente:
http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/facticidad-omision_656682

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