sábado, 10 de junio de 2017

LUZ EN EL RAMAL



El difícil periplo de María Corina

Luis Barragán

A contracorriente, tres años atrás advirtió la pavorosa crisis humanitaria que hoy nos devora y de la condición mayoritaria de venezolanos decididos a luchar por su libertad. Los hechos ahora corroboran la confianza que, por siempre, María Corina Machado depositó en la ciudadanía confrontada con un régimen que pretende liquidarla a cualquier precio.

Ella ha pagado un elevado costo por su lucidez y audacia, arriesgándose en cada momento. Voz de la necesarísima inconformidad, la única avenida que conduce al futuro, no descansa en un intenso trabajo diario que la lleva al propio y peligroso escenario de la protesta en los más apartados rincones del país, sabiéndose implacablemente perseguida por los órganos de seguridad del Estado.

Quien dijo dictadura, cuando los hubo cantando a la democracia, en las últimas semanas ha sido víctima de una suerte de concurso de las agencias represivas del Estado. En Guacara, tratado de impedir que llegase a  Barinas, la GNB, el Sebin, la PNB y los grupos paramilitares pretendía devolverla a Caracas, pero ella – firme y suelta, como siempre – logró superar los escollos y cumplir con el difícil itinerario.

Recordemos, prohibida tan arbitrariamente su salida del país, desean inútilmente confinarla a Caracas y a su casa. No hay línea aérea privada, descontada las públicas, que le expidan un boleto dada la orden impartida por la dictadura. La semana pasada, el vehículo que la llevaba del estado Bolívar al de Anzoátegui, fue cobardemente atacado por los tristemente célebres grupos de motorizados; y, en el estado Carabobo, los cauchos del vehículo sufrieron de las públicas cuchilladas que les afincaron los funcionarios que trataron de doblegarla.

Acotemos, ni siquiera Chávez Frías, salido de la cárcel, pasó por tan dramáticas pruebas, como ocurre con María Corina. Ella muestra todo el temple, la entereza y la gallardía de la que urge y urgirá el país para salir de una espesa sombra que, además, se diluye.

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