viernes, 26 de mayo de 2017

EXPEDICIONARIO

EL UNIVERSAL, Caracas, 23 de mayo de 2017
El guerrillero trashumante
Miguel  Azpúrua

El persistente luchador contra la tiranía del general Juan Vicente Gómez, Emilio Arévalo Cedeño, nació en Valle la Pascua, hoy estado Guárico, el 04 de diciembre de 1882; hijo de Pedro Arévalo Oropeza y de doña Dionisia Cedeño -descendiente del general de la etapa independentista Manuel Cedeño-; aprendió las primeras letras con su madre y estudió en el Colegio Roscio de Altagracia de Orituco;  seguidamente  realizó un curso de telegrafista -profesión muy estimada a comienzos del siglo XX en la Venezuela rural de esa época-; desarrollando gran actividad en la parte oriental del país, siendo jefe de las estaciones radiotelegráficas de Libertad y Altagracia de Orituco, Ciudad Bolívar, Cantaura y Caicara de Maturín. Insurge por primera vez contra el Gobierno, en Cazorla, lee ante el público su proclama, contestando algunos de los presentes  con gritos de ¡Muera Gómez! ¡Viva la libertad! Con unos 40 seguidores que de una vez lo reconocieron como jefe y general; fueron perseguidos por las tropas gubernamentales, dirigidas por el coronel Luis Rosales, Cedeño le toca escapar con rumbo a  Trinidad, por el delta del río Orinoco.

De Trinidad  viajó a Colombia, que será un punto de referencia en sus seis sucesivas “invasiones”; en la segunda entra por El Viento -exponiendo  su característica proclama-, se adentra en el estado Guárico, siendo perseguido por el presidente del estado general Lino Díaz; y se adentra en zonas boscosas, siguiendo el curso del río Orinoco, pasa a territorio colombiano y sorpresivamente aparece en Nueva York. En 1921 realiza su reconocida expedición, entra a territorio venezolano navegando por el río Casanare, sigue por el Meta y el Orinoco, en casi un mes de navegación hasta llegar a San Fernando de Atabapo; sorprende al aventurero -asesino del gobernador Roberto Pulido y su familia-, el feroz Tomás Funes. Éste nacido en Río Chico, se había establecido en el territorio Amazonas, sembrando el terror, con una pandilla de criminales, y sus dos espalderos, conocidos como “Picure” y “Avispa”. El general Juan Vicente Gómez, lo dejó actuar, ya que se encontraba lejos de la capital, y no suponía un peligro para su Gobierno. Funes  se defiende encerrado en su posesión que le servía de morada, fortaleza y almacén de balatá; rodeado y bajo amenaza de ser quemado por las tropas  invasoras,  se rinde, Arévalo  lo apresa, Funes le extiende la mano, que es rechazada por el telegrafista guariqueño, diciéndole: “-Todas las aguas de ríos y mares no serán suficientes para lavar el crimen de sus manos”.  Le hacen juicio sumario, y un Consejo de Guerra lo condena por sus innumerables crímenes a la pena de muerte.  El día 30 de enero de 1921 fue fusilado y con él su lugarteniente, Luciano López; acto seguido lee su proclama -esta vez en español e inglés-,  y justifica la ejecución de Funes.

Viaja por las Antillas, se reúne con los fundadores del Partido Revolucionario Venezolano (PRV), doctores Carlos León, Salvador de La Plaza y Gustavo Machado; afiliándose a la organización política, en 1927, en México. Fue expulsado por manejos dolosos, y por intentar introducir un cargamento de ron dominicano de contrabando en México.  No obstante realiza otra invasión, con Roberto “Tuerto” Vargas y Pedro Pérez Delgado “Mae santa”; atacan Guasdualito, más conocido como “Periquera”, dominan la el cuartel de la población, defendido por Hernán Febres Cordero y Tovar Díaz; por una confusión suspendieron los fuegos -que varios de los sitiadores consideraron una traición, especialmente por Pedro Pérez Delgado, “Mae Santa”-,  dando tiempo para recibir significativos refuerzos, por lo que les toca salir huyendo.  En “La Panchita”, en 1929, será el epílogo de sus actividades guerrilleras, invade por el Orinoco, cerca de Soledad, en Aribí es derrotado,  perseguido y cercado,  por los generales, Silverio González, Lino Díaz y José de Jesús Gabaldón.

Anduvo por Perú -el Presidente Luis Miguel Sánchez Cerro, le ofreció ayuda y lo distinguió con honores, y no pudo cumplir su promesa, siendo asesinado en 1933-, Nueva York, y Panamá; buscando armas y recursos para “volver  a las andadas”, pero no tuvo la suerte. También había viajado previamente a París para entrevistarse con el general Román Delgado Chalbaud, con la idea de sumarse a la fallida “Expedición del Falke”, en 1929, pero no lograron ponerse de acuerdo. Regresa a la escena política, luego de morir Gómez; el general Eleazar López Contreras lo nombró presidente de su estado Guárico, realizando una notable gestión. Este utópico luchador antigomecista, tuvo la habilidad o la suerte de nunca ser apresado, salvándose de morir en una de las ergástulas de Gómez, “La Rotunda”, o en el castillo de Puerto Cabello, donde sucumbieron muchos enemigos políticos del general Gómez. Pobre, sin recursos económicos, falleció en su natal Valle de La Pascua, el 19 de mayo de 1965; sus gastos funerarios fueron cubiertos por el Estado venezolano.

Fuente:http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/guerrillero-trashumante_653733

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