domingo, 18 de septiembre de 2016

A QUIEN PUEDA INTERESAR

Dejar un testimonio de lo hoy vivido
Luis Barragán


Confrontamos una dura, prolongada e inmerecida crisis que no tiene precedentes en nuestro historial republicano. Coetáneos y contemporáneos la sufrimos en cuerpo y alma, a diario, y cuando llegue el día en el que comencemos a superarla, legaremos nuestro testimonio a las generaciones sucesivas que la entenderán como una guerra no declarada del poder hoy establecido, con el saldo trágico de un ensañamiento ilimitado.

Nos tienta escribir sobre las vicisitudes políticas de la hora, como la inútil estridencia de la cumbre de los No Alineados, la confusión generada por actores que desean monopolizar la conducción de la MUD ante  un gobierno férreamente unido, así fuere por el presupuesto público que convoca a sus distintas corrientes, o las últimas detenciones de dirigentes opositores. No obstante, preferimos y deseamos ocupar el espacio haciendo un llamado a la necesarísima preservación de la memoria, ya que la creemos o decimos creerla garantizada por lo obviedad de lo acaecido.

Numerosísimos los acontecimientos que tejen veinte largos años, pierden su exactitud, naturaleza y significado por obra de una natural y también artificial sobresaturación noticiosa, banalizándolos, como muy bien lo saben los especialistas que asesoran al gobierno en el terreno del terrorismo psicológico. Sirvan como ejemplo, los eventos del  11-A que, pronto, el régimen versionó, neutralizó y manipuló, victimizándose a pesar de la tragedia que ocasionó, partiendo de la implementación del Plan Ávila, restándole toda la trascendencia que delata su más íntima esencia. Por cierto, frustrado el intento que hizo con las consabidas muertes y persecuciones de 2014 que pretendió imputar – increíblemente – a la oposición, incluida la que corrió a dialogar a Miraflores.

Somos testigos y protagonistas de grandes esfuerzos cívicos de lucha que reciben, como respuesta, la feroz y mórbida faena represiva de las fuerzas gubernamentales, revestidas o no de autoridad pública, pero – consecutivos – tienden a traspapelarse unos con otros, generando recuerdos confusos.  Algo absolutamente válido, cada quien desea tomar o acopiar fotografías que digan de su personal presencia en los actos opositores, aunque sentimos muchas veces que, compartidas en las redes sociales, quedan otras archivadas:  nuestra aspiración es la de aprovechar los recursos por ahora tecnológicamente disponibles, para convertirnos en cronistas decididamente históricos del siglo que todavía nos incomoda.

Cierto, los portales noticiosos abundan en archivos, textos e imágenes que nos orientan, mas tiende la red de redes a dificultar cualquier minería de datos, ya que suelen cotizarse mejor los hechos banales remitiendo los más sobrios a un vasto y, a veces, impenetrable cementerio digital. Posiblemente, la solución radicará en multiplicar y mantener aún más el testimonio de los blogueros, orbitando y explicando cada suceso que desee dejar como legado para sus sucesores, beneficiando a la más amplia comunidad que algún día reclamará una historia, una sociología y una psicología de lo vivido  y sentido en los capítulos finales de un régimen, si se quiere, universalmente inédito por toda la estafa política que representa.

19/09/2016:
http://www.diariocontraste.com/2016/09/dejar-un-testimonio-de-lo-hoy-vivido-por-luis-barragan-luisbarraganj/#

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