miércoles, 24 de agosto de 2016

PABLO VI



Lumpenmilitariat

“La urgencia es la de una Fuerza Armada institucional, profesional y especializada”, aseveró el diputado opositor Luis Barragán.

“Bajo este régimen, la institución castrense se ha desnaturalizado, obligada la oposición responsable y democrática a reivindicar el artículo 328 constitucional sobre el cual, por cierto, no abundó lo suficiente el constituyente que ahora – paradójicamente – es el que violenta la Carta de 1999. Por  entonces, hubo el reconocimiento al sufragio militar, pero el país se reconoció en una tradición de varias décadas,  efectivamente asentada por la Constitución de 1961, en el sentido de negarle toda militancia política y de sujeción a persona o parcialidad partidista alguna, comprendiéndola al servicio exclusivo de la Nación”.

Agregó el diputado Barragán: “El parlamento es un ámbito natural  y apropiado para asumir  las relaciones civiles – militares en Venezuela con la corrección necesaria que no, la tal alianza cívico-militar, la  que hará de la desnaturalización el camino inevitable para su descomposición y desaparición. El control civil del poder militar significa que éste recupere su exclusiva atención sobre el sector defensa, transparentándolo, en el marco de la corresponsabilidad con la sociedad civil en los asuntos de seguridad y defensa de la nación. Así como Maduro Moros es el jefe de la política exterior que no impide el seguimiento y la evaluación de los diputados en la materia, la condición o carácter de Comandante en Jefe de la Fuerza Armada – que no, grado militar -  tampoco impide el seguimiento y evaluación de la política militar como política pública y de a misma corporación armada”.

“Decía Paulo VI en la encíclica Populorum  Progressio que no se combate el mal al precio de un mal mayor. El remedio está resultando peor que la enfermedad, pues, al asumir las responsabilidades de la Misión Abastecimiento y fracasar, siendo deliberado el propósito gubernamental,   a la desnaturalización y descomposición se une el saldo lamentable del la desnutrición galopante de la población, aquejada por el desabastecimiento y la escasez. Lucen obvias dos circunstancias: el régimen de Maduro Moros constituye una vulnerabilidad en términos de seguridad y defensa de la nación y, con el revocatorio que está pendiente, existe la posibilidad y la oportunidad para cambiar el modelo y la estrategia económica de un socialismo que genera hambruna y enfermedades, indigestos sus prohombres de petrodolares”.

Finalmente, acotó el parlamentario de Vente Venezuela: “No se combate un mal con el propio mal generado. Urgimos de una Fuerza Armada convincentemente profesional y especializada, dedicada a sus quehaceres específicos, pues, de lo contrario, el lumpemilitariat acabará con ella misma”.


Diputado Luis Barragán asegura que la Fuerza Armada se ha desnaturalizado

El parlamentario señala que la Asamblea es un ámbito apropiado para asumir las relaciones civiles – militares. El coordinador de la fracción parlamentaria de Vente Venezuela afirma que “el control civil del poder militar significa que éste recupere su exclusiva atención sobre el sector defensa”

(Caracas. 24/08/2016) “Bajo este régimen, la Fuerza Armada Nacional [FAN] se ha desnaturalizado, lo que ha obligado a la oposición responsable y democrática a reivindicar el artículo 328 constitucional”, así lo señaló el diputado de Vente Venezuela, Luis Barragán.

Destacó que el poder civil debe tomar las riendas de la institución castrense para que esta vuelva a encaminar su exclusiva atención en la defensa y seguridad de la nación.

“El control civil del poder militar significa que éste recupere su exclusiva atención sobre el sector defensa, transparentándolo, en el marco de la corresponsabilidad con la sociedad civil en los asuntos de seguridad y defensa de la nación”, enfatizó.

El parlamentario del estado Aragua por el partido azul recordó que fue bajo este régimen que “hubo el reconocimiento al sufragio militar, pero el país se reconoció en una tradición de varias décadas, efectivamente asentada por la Constitución de 1961, en el sentido de negarle toda militancia política y de sujeción a persona o parcialidad partidista alguna, comprendiéndola al servicio exclusivo de la Nación”.

Agregó que “el parlamento es un ámbito natural  y apropiado para asumir  las relaciones civiles – militares en Venezuela, y no la tal alianza ‘cívico-militar’  que hará de la desnaturalización el camino inevitable para su descomposición y desaparición de la institución militar”.

Finalmente, acotó que “no se combate un mal con el propio mal generado. Urgimos de una Fuerza Armada convincentemente profesional y especializada, dedicada a sus quehaceres específicos, pues, de lo contrario, el lumpemilitariat acabará con ella misma”.

24/04/2016:

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