lunes, 11 de julio de 2016

PREMISAS



Militarización fatal

Luis Barragán



“El pretorianismo venezolano no es solamente militar,
presenta un componente civil pero no civilista que
se aprecia como una constante histórica desde el
siglo XIX y sus caudillos hasta los inicios mismos
del siglo XXI”
Domingo Irwin (1)

Ganando la batalla el olvido, muchas de las evidencias del intenso y libérrimo debate que facilitó el triunfo de Chávez Frías finalizando el siglo XX, fruto de unas elecciones pulcras, transparentes y – es necesario decirlo – luego irrepetibles, han desaparecido o tienden a desaparecer. Sobre todo en lo que concierne a la corporación castrense que hoy está optando por un tránsito inconstitucional dada la abusiva jefatura suprema que,  aún siendo de Estado, ejerce el revocable Nicolás Maduro.

Por entonces, reconozcamos, hubo la numerosa variedad de programas radiotelevisivos de información y opinión, empresas de transcripción y de transmisión, e, incluso, apenas conocida por las grandes mayorías, la red de redes se hizo eco del libre debate. Una breve muestra ejemplifica el tono y hasta la hondura que contrastan con el presente, administrados con escasa habilidad la (auto) censura y el bloque informativo por un gobierno que reclama  los consabidos y ya remotos hechos del 4-F, como fuente de  legitimidad.

Todavía inadvertido por importantes sectores de opinión, por ejemplo,  el insigne académico, ya desaparecido, Domingo Irwin llamó la atención en 1999 sobre el “aspecto neurálgico, básico del problema, que son [las] relaciones civiles [-] militares”, resquebrajado  el control del sector civil sobre el militar en 1992; y, faltando poco,  observaba “una resistencia a estudiar y sobre todo en medios académicos, el tema de las relaciones civiles [-] militares”, para reclamar la necesidad de formar especialistas en la materia, porque – además –  “no se le puede dejar al sector militar el monopolio del tema de la seguridad nacional, el monopolio del tema militar”. Difiriendo de Agustín Blanco Muñoz sobre la conexión entre los sucesos de 1989 y 1992,  Irwin consideraba que la otrora situación política signada por el llamado a una Constituyente, era “una cortina de humo que esconde lo que son los problemas reales del país, que son de carácter económico y social y hay que esperar a ver la implantación de una política económica …”  (2).

En su momento, de una mayor difusión que los reportajes, testimonios y ensayos históricos  posteriores tuvieron, el propio Chávez Frías enfatizaba a Napoleón Bravo, hoy desterrado de los medios venezolanos: “El Pacto de Punto Fijo ideado por Rómulo Betancourt y Rafael Caldera, les quitó a los militares incluso el derecho a expresarse, el derecho a participar, el derecho a emitir opiniones, con eso de que las Fuerzas Armadas son obedientes y no deliberantes […] les puso una mordaza a los militares y trató además de manipularlos, metió a mano y tuvo injerencia profunda en los cuarteles, incluso, para ascender a un grado de Coronel y de General […] El papel de los militares tenemos que reincorporar a los militares a las labores de desarrollo nacional”. Y, agregó, que deben incorporarse a las labores de investigación científica y tecnológica, construir carreteras, vías férreas y viviendas, porque “hay una gran capacidad instalada en las Fuerzas Armadas, hay hasta ingenieros nucleares en las Fuerzas Armadas, una gran cantidad de ingenieros electrónicos, ingenieros de sistema, ingenieros de construcción, hay batallones completos de ingenieros de construcción que están aquí en Fuerte Tiuna, cuando necesitamos que vayan hacia el Sur […] hay militares formados para la ciencia médica, que están allí en los cuarteles” (3).

A juzgar por las viejas propuestas, casi dos décadas después, es evidente el fracaso y válida la pregunta respecto a la ya aludida capacidad instalada, como a la peor y nada disimulada mordaza que tienen los integrantes de la Fuerza Armada. No obstante, huérfano de una vocación y destreza para el ejercicio del poder y, muchísimo menos del poder democrático, así lo percibimos, a Maduro Moros le ha sido más cómodo y expedito alentar y permitir la militarización de los problemas de la sociedad, al no comprender  - experimentándolos  - los que propiamente derivan de las relaciones civiles-miliares, como también ocurre en algunos sectores de la oposición. Finalmente, acotemos: militarización de la sociedad que, a la postre, será fatal para la institución castrense.

(1)   “Sencillamente complicado: ¿Reformulando las relaciones civiles y militares en Venezuela; un decálogo de buenas intenciones?”, en: “Militares y poder en Venezuela. Ensayos históricos vinculados con las relaciones civiles y militares venezolanas”. UCAB-UPEL, Caracas, 2005: 318.
(2)  “Televen/Triágulo”, emisión del 04/02/1999, Caracas: Carlos Fernándes, Humberto Njaim, Manuel Quijada, Agustín Blanco Muñoz y Domingo Irwin. TV Prensa / Transcripción de Programas de Opinión, Monitoreo de Noticieros, Desgrabación de Cassettes. Caracas, 1999.
(3)   “Venevisión/24 Horas”, emisión del 24/11/1998, Caracas: Napoleón Bravo y Hugo Chávez Frías, en: http://www.venevision.com/24horas/archivo/981124a.htm [consultado e impreso: 05/02/1999]. Podrá constatarse el reemplazo del contenido en el website actual.

11/07/2016

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