jueves, 11 de febrero de 2016

DESINDUSTRIALIZACIÓN Y SUSPICACIA



El gobierno está electrocutando lo poco que nos queda de calidad de vida a los venezolanos


“En nada debe sorprendernos la medida gubernamental que electrocuta lo poco que queda de calidad de vida en nuestro país, orientada a implantar una situación semejante a la que padece y angustia al pueblo cubano, cuya dictadura es la panacea del gobierno venezolano”, señaló el diputado Luis Barragán, coordinador de la Fracción Parlamentaria de Vente Venezuela sobre la decisión que afectan a los centros comerciales en materia eléctrica.

“La orden de instalar las plantas eléctricas en los espacios comerciales que precisamente frecuentamos por ofrecer el poco respiro que tenemos en materia de seguridad personal, consumo y recreación, nos permite sospechar que otros servicios privados tildados de ‘grandes usuarios’ sufrirán una medida semejante, acaso las clínicas ya desbordadas y las instalaciones deportivas. Completamente estatizada, la empresa eléctrica no puede cubrir la demanda del sector privado, como ocurre con el propio sector público que ha hecho de la oscuridad un peligroso hábito en todas las avenidas, calles y callejuelas, con las consecuencias del caso”.

Prosiguió el parlamentario por  el estado Aragua: “El colapso de la industria eléctrica que anticipada y sostenidamente ha denunciado Vente Venezuela a través de María Corina Machado, busca remediarse por el camino de una autarquía imposible.  El consumo deficitario de la energía, festejado como un logro por el gobierno, oculta un injusto subsidio a la ineficiencia e irresponsabilidad en un país que llegó a exportar electricidad décadas atrás y que, por cierto, premió al ex – ministro Jesse Chacón, cuya interpelación parlamentaria fue siempre rechazada, encubriéndolo,  con la incómoda y sacrificada embajada de Viena”.

Finalmente acotó: “La medida levanta suspicacia en medio del afán desindustrializador del régimen, porque el suministro de electricidad dependerá de la habilidad importadora de las plantas, añadida la ventajosa adquisición de las divisas para distribuirlas y mantenerlas, incentivando una mera y alterna actividad comercial bajo el empuje de las nuevas roscas eléctricas. Todo esto, mientras que el gobierno definitivamente liquide a los centros comerciales que ahora deberán lidiar con una maquinaria que, yendo más allá de toda circunstancial emergencia, encarece los costos y genera desempleo. Hablamos de una suerte de buhonería eléctrica, donde tuvimos también una capaz industria privada dispuesta a invertir y arriesgarse, que tiende a relevar de responsabilidades a la industria pública que cada vez menos puede suministrar y garantizar directamente el servicio”.

11/02/2016
http://www.iberoamerica.net/venezuela/prensa-generalista/lapatilla.com/20160211/noticia.html?id=Am4h4xW

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