sábado, 6 de febrero de 2016

CENTENA



“Recordar la obra de Caldera es reivindicar lo mejor de nuestro pasado democrático”

Tatiana Ferrin / 31 ene 2016.- Recordar la vida, obra y acción política de Rafael Caldera es el principal objetivo de la Comisión Centenaria, que impulsa una serie de 12 foros para revivir al fallecido presidente de Venezuela. “La primera expresión de su personalidad está constituida por su sólida aceptación del pensamiento cristiano, el cual impregnó e inspiró toda su vida, tanto personal, como política”.
Así lo aseguró el dirigente Abdón Vivas Terán, quién participó como ponente en el “Ciclo de Foros Diálogo Libre”.
De acuerdo a una nota de prensa, Vivas Terán criticó que en el presente no se le reconozca a Caldera cada logro conquistado durante sus dos gestiones de gobierno (1969-1974/1959-1961). “Caldera fue hombre que trabajó por el país, se sometió a las discusiones y críticas. Gobernó por la justicia social con el precio del barril más bajo de la historia, 7 dólares; y aún así superó cada obstáculo. Consagró el derecho a la propiedad privada de los ciudadanos. Promovió e impulso beneficios para los trabajadores del país, y como ésto muchas más obras destacadas durante sus gestiones presidenciales: Vastos programas de obras públicas carreteras, autopistas, vías férreas, vías de penetración, metro, edificaciones escolares, puentes, viaductos, obras hospitalarias, culturales, deportivas, religiosas, judiciales, administrativas, científicas”, mencionó.
“Su política, de abrir una segunda etapa a la Pacificación cuando decidió completar el proceso de sobreseimiento a los militares sediciosos del intento de golpe de Estado de febrero y de noviembre de 1982, que ya había sido iniciado por el presidente Carlos Andrés Pérez cuando todas las organizaciones del país político y de la sociedad civil clamaban por su liberación, sigue siendo uno de los temas más candentes de su segunda administración. Solo el curso de la historia, la evaluación más objetiva y reflexiva de todas las causas que alimentaron estos procesos hará que -esperamos que con relativa rapidez- se haga una luz definitiva sobre todas esas situaciones hasta que se pongan las cosas en su debido lugar y surja nítido y con justicia el aporte histórico de Rafael Caldera”, consideró.
Durante el foro “Rafael Caldera y la Inspiración Cristiana de Su Acción Política”, celebrado este sábado en la sede de la CTV en Caracas, Vivas Terán, junto a grupo de panelistas como el diputado aragueño Luis Barragán, la dirigente Saralilian Lizarraga, Naudy Suárez y Carlos Guerra, recordó que son muchos los problemas por los que atraviesa Venezuela y que hoy siguen sin solucionarse y que “se han agravado severamente a raíz de este último gobierno autoritario”.
“Entre otros la pobreza, la marginalidad, la corrupción, el desbordado gigantismo de la burocracia, el desorden administrativo, la inseguridad jurídica, la inseguridad personal, el odio y la desconfianza que se ha sembrado entre los sectores y clases sociales, el grave irrespeto a los derechos humanos, el clientelismo partidista, el desempleo, la recesión económica, los desequilibrios básicos de la economía, la pérdida de poder adquisitivo aguda que ha sufrido el salario real, la tremenda tasa de inflación, la escasez de alimentos y medicinas, el desprecio por las instituciones democráticas que ha sembrado en el corazón del pueblo el gobierno autoritario etc., son hoy males severos que aquejan al país. Nuevos gobiernos y nuevos líderes, de inspiración popular y que porten el estandarte de una democracia integral, así como los sectores más avanzados de la juventud y de la sociedad civil, estarán a cargo de la tarea de superarlos en un futuro próximo”, agregó Vivas Terán.
Por su parte, Barragán aseguró que Caldera es un aporte de Venezuela a la democracia universal, por la fortaleza de sus convicciones, por la postura de sus ideas y por las consecuentes actitudes que asumió en la vida. “No se trata de celebrar el centenario de su nacimiento por afecto a su persona, sino porque recordar su obra –así como la de Rómulo Betancourt y de otros políticos venezolanos– es reivindicar lo mejor de nuestro pasado democrático; es reivindicarnos a nosotros mismos, reivindicarnos como pueblo. Es un acto, en fin, que confronta de manera natural el infausto despropósito de quienes gobiernan nuestro país en esta hora aciaga. Algunos podrían sostener que sería muy temprano para intentar apreciar desapasionadamente la importante obra de Rafael Caldera”, dijo.
Entre la historia relatada por Barragán sobre la relación iglesia-Estado de Rafael Caldera, reflexionó sobre la hora que vive el país, que a su juicio “nos impone apresurar el paso para rescatar y valorar lo esencial de su labor de entre las brumas de muchas decisiones polémicas. A alguna de ellas haremos, sin embargo, necesaria e ineludible referencia. Sí, entre nosotros, que parece que hemos olvidado la significación histórica de las consecuencias de la decisión de Caldera de iniciar a la muerte de Juan Vicente Gómez – y actuando tanto contra poderosos enemigos como contra el pesimismo de los amigos– la construcción de una opción política que llegaría a su tiempo a postular el valor de cada ser humano, la solidaridad, la pluralidad; que promovería el bien común, la lucha permanente por la justicia social, la perfectibilidad de la sociedad y el carácter subsidiario de la acción del Estado”, expresó.
Por último, el politólogo e historiador Naudy Suárez aseguró que hay un antagonismo entre la formación doctrinaria y una práctica divorciada de la ética en la política en la actualidad. Recordó que, en el caso del presidente Caldera, la influencia social de la iglesia católica impulsada por el presidente venezolano, permitió una floración doctrinaria en lo político. “Su vinculación desde muy joven con la iglesia católica, impactado a los 17 años por las palabras del Papa Pío XI en el Congreso de estudiantes católicos en Roma, asumió la política como la forma más excelsa de practicar la caridad y se entregó a promover en el país una corriente de pensamiento social cristiano, actuante en política, que vendría a influir en aspectos muy importantes en el desarrollo de la Venezuela del siglo XX”, recordó.
Sobre su acción política, Suaréz aseveró que estuvo iluminada por las orientaciones de la doctrina social de la iglesia. “Su gran aspiración fue llevar a la democracia las consecuencias derivadas de los principios del humanismo cristiano. Por ello, luchó por ofrecer al país una alternativa distinta tanto del colectivismo marxista como del individualismo liberal. Nunca aceptó la tesis de que son incompatibles la libertad y la justicia social, que es la premisa básica de estas ideologías políticas. Para él, por el contrario, la libertad es condición esencial, indispensable de una verdadera justicia social”, expresó.
Siguiendo con el ciclo de foros que se desarrollaran durante todo el año, el próximo será el 20 de febrero. El evento titulado “Rafel Caldera y el Estado de Derecho en sus gestiones presidenciales” contará con la ponencia de Asdrúbal Aguiar.

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