jueves, 24 de septiembre de 2015

PUENTE (S DE) HIERRO

De las formas políticas
Nicomedes Febres
 
* Me encanta la manera como algunos de mis amigos de Facebook han denostado del papa Francisco por sus declaraciones en Cuba, pero eso demuestra su ignorancia sobre las formas políticas y su diferencia con las formas diplomáticas. Y me voy de cuento cierto en nuestra historia. En tiempos de Cipriano Castro, como la burocracia caraqueña no conocía nada de los andinos, los nuevos amos del poder, entonces para tratar de congraciarse con Castro, la gente lo hizo mediante el sempiterno embajador de Chile aquí llamado Panchito Herbozo, quien era tan amigo del caudillo andino que era el único que lo acompañaba a los reservados del restaurante de Puente Hierro donde ambos iban a rascarse y a estar con las prostitutas del sitio, porque el cabito se había enamorado de una catira oxigenada de allí llamada La Piturrita. El sitio se puso de nuevo de moda, como lo había estado en los tiempos de Guzmán Blanco cuando lo inauguraron, porque los burócratas iban a hacerse ver por Panchito para que los recomendara ante el cabito. Esas son las formas diplomáticas. Al revés, hubo un gobernante en Bolivia que al llegar al poder prometió al pueblo villas y castillos, hasta que llegó el embajador gringo y le dijo: señor presidente, aquí tengo un maletín con tantos millones de dólares para usted si las cosas permanecen como están, pero si cambian daré la orden de que lo maten. Esas son las formas políticas, eficientes y sin pérdida de tiempo. El papa es argentino, ergo no tiene complejo de inferioridad; es jesuita, ergo, no es bruto ni pendejo, de manera que después de darle mate al malandraje cubano que gobierna, no tiene porqué restregárselo en la cara pues el diálogo político concluyó, entonces hay que darle paso a las formas diplomáticas que deben ser respetadas para satisfacción de los derrotados. Nadie ha sido tan maestro en entender las diferencias entre las formas diplomáticas y las formas políticas en nuestra historia como el general Gómez. Para que recibiera a los diplomáticos e inaugurara cosas y presidiera necedades estaban los presidentes que él ponía y eso era para que se encargara de las formas diplomáticas, pero cada día recibía informes telegráficos de los gobernadores de estado, jefes civiles, telegrafistas, directores de cárceles y encargados de sus hatos y empresas, que se las leía de madrugada su secretario privado. Eso eran sus formas políticas y mantenía un férreo control del país. Para redondear la idea, esperemos por unos meses para ver los resultados antes de estar crucificando al papa. Las multitudinarias manifestaciones religiosas en Cuba no son más que una prueba de fuerza del Vaticano en la isla y un elemento más del juego político. Así son las cosas.

* La foto del día es un grabado de los tiempos de Guzmán Blanco de cómo era el restaurante de Puente Hierro, el sitio de moda de la Caracas de entonces. Con el tiempo fue perdiendo categoría y empezaron a ir los jóvenes a buscar segundos frentes y disfrutar de los bailes populares cuya música era tocada por integrantes de la banda marcial de Caracas, mientras las novias se escondían en los carruajes del patio para ver si sus novios iban allí. Tener segundos frentes era una necesidad de entonces porque la sífilis hacia desastres entre la población al ser una enfermedad endémica y las novias no fiaban o no las dejaban fiar, que también sirve. Luego un gringo compró el sitio y montó un buen restaurante, que no duró mucho porque el gringo de ingenuo le dio crédito a los soldados de la Revolución Legalista, y estos se fueron todos con la cabuya en la pata, por lo que quebró. Después vendrían los tiempos del cabito, lleno de anécdotas graciosas, pero se acabó el espacio.


(https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10207135646450285&set=a.2324650196458.132741.1255727869&type=3&theater)

No hay comentarios:

Publicar un comentario