viernes, 25 de septiembre de 2015

DESPEJAR LA CONFUSIÓN



Visita papal

Ox Armand

No me satisfizo la visita del Papa Bergoglio  a América y las consecuencias que ha tenido. Sé que no debemos juzgar por las consecuencias inmediatas y la misma prédica. Como dice un columnista de opinionynoticias.com, Nicomedes Febres, no es por la infalibilidad que ni Francisco se cree, por lo menos, en los asuntos terrenales, sino por su silencio en suelo cubano y su elocuencia en suelo estadounidense. Claro está, en un país no hay las libertades públicas ni las instituciones democráticas como en el otro, pero queda un sabor amargo sobre todo en un tercer país que es Venezuela.

Se portó muy bien Bergoglio en Cuba. Ni con el pétalo de una rosa tocó a la dictadura. Aceptó ir aunque no accediera públicamente a los disidentes del régimen. Podrá decirse (y es mi confianza) de las habilidades estratégicas vaticanas y la sagacidad papal que una vez, frente al comunismo, exhibiera Juan Pablo II. De las diligencias extraordinarias, secretas y eficaces para vencer al comunismo que, en última instancia,  es incompatible con la fe. De esas diligencias (se dirá) se sabran y ojalá sea así, pero contrasta con una mayor decisión en sus afirmaciones frente al capitalismo, por cierto, cuestionado también por la Doctrina Social de la Iglesia.  Sin embargo, se requiere de posturas con efectos inmediatos, concretos, específicos que además actualicen el catolicismo en América Latina. Ésta enfrenta quizás algo peor que el viejo marxismo-leninismo trastocado en marxismo-guevarismo (que es la contribución de los Castro  a la escuela, con un acento en el nacionalismo muy parecido a la novedad que el georgeano José Stalin aportó): al sur del Río Bravo se están multiplicando los regímenes como el venezolano, el de un mentado Socialismo del Siglo XXI que es capaz de apelar a todos los recursos para sostenerse en el poder, incluyendo la religión manipulada, que reprime el más elemental derecho a la protesta en nombre de la democracia !!! Un continuismo asfixiante y degradante, generador de un lumpemproletariado, que logra tener algunos éxitos económicos como en Bolivia (abriéndose un poco más al mercado, siempre en la transitoriedad de la Nueva Política Económica a lo Lenin), mientras en otros, como Venezuela, ha quebrado al país en medio de la mayor bonanza petrolera, militarizándola !!! Sobre este fenómeno en expansión, que llega subsidiado (hay que añadirlo) desde Venezuela, a España, debe específica y creadoramente pronunciarse un papa que faltando poco es latinoamericano. No es de Polonia, de Italia, de Alemania, sino de este mismísimo lado del mundo. Con valentía, profundidad e inspiración, porque (valga acotar) asedian otras sectas que desde el poder mismo, prestas a reforzarlo, compiten deslealmente con un catolicismo que sobrevive ora por tradición, otra por el coraje de un sacerdocio que en Venezuela se debate entre la prudencia y la temeridad (todavía no se sabe de los límites ante un gobierno capaz de todo).   Entonces, a la luz de la Enseñanza Social de la Iglesia, el fenómeno no ha merecido una reflexión (suficiente, para ser benignos), la necesaria y valiente, particular, concreta, específica. ¿Qué puede interpretarse a partir de ciertos enunciados o abstracciones, como lo asentó Bergoglio en La Habana? Claro que sí, pero luce – repito – insuficiente. Además, hubo claridad, contundencia y  precisión sobre los males del capitalismo, el terrorismo, el desastre medioambientalista, etc., pero ni siquiera una aproximación a la cada vez más degenerada respuesta que encuentra en un socialismo rapaz como el que padecemos en Venezuela, rapaz y capaz de hacerse para manchar las banderas ecológicas, la indigenidad, o la dignidad femenina: reprime y mata a 43 jóvenes por el solo hecho de protestar y encima de eso lo imputa a la oposición democrática, como formalmente habla de amor y ha sembrado de odios al país o de ecología y no para el desastre minero hacia el sur de una Venezuela lejana a la noticia. Sobre esto hay que hablar y orientar, acá hay un déficit que no llena a Iglesia Católica con sus enseñanzas sociales, excepto las valientes posturas de nuestra Conferencia Episcopal.  Acotemos, son cada vez menos los aportes de la teología de la liberación y está en veremos los de la teología del pueblo que inspira a Bergoglio, pues, sin necesidad de repetir el Concilio Vaticano, el de los sesenta ha sido suficiente, el esfuerzo teológico creador tiende a quedarse atrás: no se trata de as limitaciones de la Iglesia en Cuba que existe mientras no toque los coroticos del pesebre, sino de toda esta confusión, mezcla, contaminaciones que la propia noción de fe sufre con el culto a la personalidad en el poder y todo ese pastiche que los especialistas llaman la Nueva Era.

Finalmente, hay que decirlo: la opinión pública en Venezuela ha sido relativamente indiferente con la visita papal. Los políticos parecen no entenderla ni atreverse a ensayar una interpretación que vaya más allá de las formalidades, salvo contadas excepciones. Ni siquiera los que se reclaman como seguidores de la Doctrina o Enseñanza Social de la Iglesia se refieren a la encíclica de Francisco respecto a la Casa Común. No me diga nadie que opinión es aprovecharse de la oportunidad para escribirle a la cancillería a objeto de pedir que invite a Bergoglio a Caracas. Nada más. Pareció la carta perfumada de un vulgar gesto oportunista.  Una sandez que explica muy bien la crisis de un partido, como el que
hizo la petición, al que tampoco le hemos escuchado una sola interpretación del país de acuerdo a esa Doctrina o Enseñanza Social. Me resisto a creer en la ingenuidad papal, nada infalible en los asuntos terrenales, y ruego porque el Espíritu Santo hable por él. Pero ya lo pintan de filocomunista y eso no lo acepto. Empero, dice cosas que aparentemente lo meten en la larga lista de quienes, por omisión, en la mismísima Venezula ayudaron a la entronización del pastiche ideológico y político.

Fuente:
http://opinionynoticias.com/internacionales/23892-visita-papal


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