domingo, 12 de abril de 2015

CONTEMPORANEIDAD DE UN SUCESO

Sólo en comunidad puedo encontrar vida
Fray Marcos (Rodríguez)

La clave de todas las apariciones, que se relatan en los evangelios, es la que Jesús hace a la comunidad reunida. La experiencia pascual de los seguidores de Jesús demostró que es en la comunidad, donde se puede descubrir la presencia de Jesús vivo. La comunidad es la garantía de la fidelidad a Jesús y al Espíritu. Pero sobre todo, es la comunidad la que recibe el encargo de predicar. La misión de anunciar el evangelio no se la han sacado ellos de la manga, sino que es el principal mandato que reciben de Jesús.
Juan es el único que desdobla el relato de la aparición a los apóstoles. Con ello  personaliza en Tomás el tema de la duda, que es capital en todos los relatos de apariciones. "El primer día de la semana". Dios hizo la creación en seis días. Jesús da comienzo a la nueva creación. En Jesús, la creación del hombre llega a su plenitud. El local cerrado a cal y canto como consecuencia del miedo, delimita el espacio de la comunidad, fuera está el mundo hostil. Como el antiguo Israel, en su éxodo, están atemorizados ante el poder del enemigo.
Jesús aparece en el centro porque ahora, él es para ellos la única referencia y factor de unidad. La comunidad cristiana está centrada en Jesús. No atravesó la puerta o la pared, no recorrió ningún espacio; se hace presente en medio de la comunidad directamente. El saludo elimina el miedo. Las llagas, signo de su entrega, evidencian que es el mismo que murió en la cruz. Desaparece el miedo a la muerte. La verdadera Vida nadie pudo quitársela a Jesús ni se la quitará a ellos. La permanencia de las señales de su muerte, indica la permanencia de su amor. Garantiza además, la identificación del resucitado con el Jesús crucificado. La comunidad tiene ahora la experiencia de que Jesús vive y les comunica esa misma Vida.
El segundo saludo trata de darles fuerza para la misión. Les ofrece una paz para el presente y para el futuro. En los relatos de apariciones la misión es algo esencial, sobre todo en Jn; les había elegido para llevarla a cabo. La misión deben cumplirla, demostrando un amor total. Si toman conciencia de que poseen la verdadera Vida, el miedo a la muerte biológica no les preocupará en absoluto. La Vida que él les comunica es definitiva y permanece.
El verbo soplar, usado por Jn, es el mismo que se emplea en Gn 2,7. Con aquel soplo el hombre barro se convirtió en ser viviente. Ahora Jesús les comunica el Espíritu que da verdadera Vida. Se trata de una nueva creación del hombre. La condición de hombre-carne queda transformada en hombre-espíritu. Esa nueva Vida es la capacidad de amar como ama Jesús. Les saca de la esfera de la opresión y les hace libres (quita el pecado del mundo).
El Espíritu es el criterio para discernir las actitudes que se derivan de esa Vida. Debemos tener mucho cuidado al traducir estos textos y no hacerles decir lo que no dicen. El Espíritu, no se refiere a la tercera persona de la Trinidad. Se trata de la fuerza que les capacita para la misión. Del mismo modo, deducir de aquí la institu­ción de la penitencia, es ir mucho más lejos de lo que permite el texto. El concepto de pecado que tenemos hoy no se elaboró hasta el s. VII. Lo que entienden por pecado las primeras comunidades es algo muy distinto. Jesús no vino ni a juzgar ni a condenar; mucho menos a la comunidad.
El texto nos dice que, ante la comunidad quedará patente el pecado de los que se niegan a dar su adhesión a Jesús. Ni Jesús ni la comunidad dan sentencia, contra nadie. La sentencia se la da a sí mismo cada uno con su actitud. El Espíritu permite a la comunidad discernir la autenticidad de los que se adhieren a Jesús y salen del ámbito de la injusticia al del amor.
La referencia a "Los doce", aunque sólo eran once,designa la comunidad cristiana como heredera de las promesas de Israel. Tomás había seguido a Jesús, pero, como los demás, no le había comprendido del todo. No podían concebir una Vida definitiva que permanece después de la muerte. Separado de la comunidad, no tiene la experiencia de Jesús vivo. Una vez más se destaca la importancia de la experiencia compartida en comunidad.
Hemos visto al Señor. No es una mera afirmación de visión sensorial. Significa la experiencia de la presencia de Jesús que les ha trasformado. Les sigue comunicando la Vida, de la que tantas veces les había hablado. Les ha comunicado el Espíritu y les ha colmado del amor que ahora brilla en la comunidad. El relato insiste en que Jesús no es un recuerdo del pasado, sino que está vivo y activo entre los suyos. A pesar de todo, los testimonios no pueden suplir la experiencia, y Tomás es incapaz de dar el paso.
A los ocho días... Cuando se escribe este texto, la comunidad ya seguía un ritmo semanal de celebraciones. Jesús se hace presente en la celebración comunitaria, cada 8 días. La nueva creación del hombre que Jesús ha realizado durante su vida, culmina en la cruz el día sexto. Estaban reunidos dentro, en comunidad, es decir, en el lugar donde Jesús se manifiesta, en la esfera de la Vida, opuesto a "fuera", el lugar de la muerte. Tomás se ha reintegrado a la comunidad. Ahora puede experimentar lo que no fue incapaz de creer.
Jesús se dirige a Tomas, porque viene para todos, y una vez dentro de la comunidad, también Tomás encontrará a Jesús. Una vez más, las señales son inseparables de la muerte por amor. La resurrección no lo separa de la condición humana anterior. No es el paso a una condición superior sino la misma condición humana llevada a su culminación.
La respuesta de Tomás es extrema, igual que su incredulidad. Al llamarle Señor, reconoce a Jesús y lo acepta dándole su adhesión. Al decir "mío" expresa su cercanía, como la Magdalena. Después de 1,18, es la primera vez que es llamado simplemente "Dios". Los judíos lo habían acusado de hacerse igual a Dios e incluso Hijo de Dios. En (1,1) se había dicho: "un Dios era el proyecto". Jesús ha cumplido el proyecto, amando como Dios ama. (14,20) "Aquel día experimentaréis que yo estoy identificado con mi Padre". (14,9) "Quien me ve a mí, ve al Padre". Dándoles su Espíritu, Jesús quiere que ese proyecto lo realicen también todos los suyos, con la misma fuerza con que él lo realizó.
Tomás tiene ahora la misma experiencia de los demás: Ver a Jesús en persona. El reproche de Jesús se refiere a la negativa a creer el testimonio de la comunidad. Tomás quería tener un contacto con Jesús como el que tenía antes de su muerte. Pero la adhesión no se da al Jesús del pasado, sino al Jesús presente, que es a la vez, el mismo y distinto. El marco de la comunidad hace posible la experiencia de Jesús vivo, resucitado.
Por exigir esa presencia externa y sensorial, la experiencia de Tomás no puede ser modelo. Fijaros lo curioso del caso. El evangelista elabora una perfecta narración de apariciones y a continuación nos dice que no es esa presencia externa la que debe llevarnos a la fe. La demostración de que Jesús está vivo, tiene que ser el amor manifestado en la comunidad. La advertencia es para los del tiempo en que escribió el evangelio y para todos nosotros. En 14,19 había dicho: "Vosotros me veréis porque yo tengo Vida y también vosotros la tendréis". El mensaje queda abierto al futuro. Muchos seguirán creyendo aunque no lo vean.
El mensaje para nosotros hoy es muy claro: Sin una experiencia personal, llevada a cabo en el seno de la comunidad de los creyentes, es imposible acceder a la nueva Vida que Jesús anunció antes de morir y ahora está comunicando. Todos nosotros tenemos que pasar el mismo proceso. Se trata del paso, del Jesús aprendido, al Jesús experimentado. Ese cambio siempre será difícil, pero sin él, no hay posibilidad ninguna de entrar en la dinámica de la resurrección. Que Jesús siga vivo, no significa nada si no vivo yo mismo.
Meditación-contemplación
¡Dichosos los que crean sin haber visto!
Todos estamos en esas circunstancias,
porque la confianza hay que ponerla en lo "invisible".
Lo que se puede ver y palpar, no puede ser objeto de fe.
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La fe tampoco consiste en esperar que algo venga de fuera.
Ni en confiar en que un día tendré lo que ahora no tengo.
Para confiar en lo que ya tengo,
primero hay que descubrirlo, aceptarlo y vivirlo.
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Mi principal tarea es descubrir esa Vida que Dios ya me ha dado
Y poner todo mi ser al servicio de su desarrollo.
Mi objetivo debe ser desplegar la Vida al máximo
y manifestar su plenitud (amor) a través de todas mis obras.

Fuente: http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/6218-solo-en-comunidad-puedo-encontrar-vida.html
Cfr. José Martínez de Toda (SJ): http://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-tomas-incredulo
Ilustración: Pedro Paricio.

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