martes, 31 de marzo de 2015

DESARCHIVO: COMISIÓN DE MEDIOS DEL CONGRESO

El caso de Gladys de  Lusinchi, por ejemplo
LB

Tiempo atrás, desempeñamos la Secretaría de la Comisión de Medios del Congreso de la República. Entre mediados de 1987 y finales de 1988, compartimos las responsabilidades con las políticas, pues, integrábamos el directorio nacional juvenil socialcristiano, electos por convención, sin que recordemos ahora si también su secretaría nacional de formación (o ya habíamos renunciado a esta labor administrativa). El caso está en que, por años, guardamos muchas copias del material que generó la Comisión, pretendiendo escribir algo extenso sobre los problemas relacionados con la libertad de expresión y otros derechos afines. Apenas, sobreviven muy pocos documentos.

Aprovechando el asueto de Semana Santa, forzado porque practicamente todo se paraliza en el país, removimos una caja de papeles quizá no tocada en más de una década. Hicimos la purga correspondiente y nos sorprendió hallar algunas copias de las actas de la Comisión y fotografías.

Algún día escribiremos sobre las vicisitudes concretas de lo que fue una dura faena para atender el caso de la Dra. Gladys Castillo de Lusinchi, comenzando por la citación en La Casona hasta la concurrencia al seno de la Comisión a la que le pidió atención, pues, en camino el proceso de divorcio con el entonces presidente Jaime Lusinchi, confrontó no pocos problemas hasta para expresarse públicamente. Como puede apreciarse, aunque era radical el enfrentamiento de la oposición y el gobierno, fue inevtable la unanimidad para consentir su presencia.

Había persecución, DISIP, presiones, maniobras, etc., pero,  al contrastar aquella situación que se nos antojaba crítica, con el presente, fue evidente la posibilidad real de ejercer cabalmente las responsabilidades parlamentarias, un superior reconocimiento de la división de los órganos del Poder Público, entre otras ventajas, incluida la pericia, la habilidad y la experiencia política indispensable que ahora luce ausente en buena parte de los elencos partidistas y - también - de la sociedad civil.

Evitando el extravío de las piezas, preferimos orbitarlas en el blog, con breves comentarios. El escáner e mano ha sido una buena solución.

LB


La Dra. Gladys Castillo de Lusinchi acude a la Comisión Permanente de Medios de Comunicación Social, en la sede administrativa del Congreso de la República, Caracas, 01 de diciembre de 1987. En la gráfica, el presidente de la Comisión (Julio César Moreno), el vicepresidente (Gehard Cartay) y el secretario (LB).


Acta de aprobación para la comparecencia de la Dra. Lusinchi.


Una de las sesiones ordinarias de la Comisión. En el presidium, el secretario LB y los diputados Cartay, Moreno y - creemos - Juvencio Pulgar. Entre los integrantes, los diputados Luis Mazzarri (quien luego tuvo que defender el diario "El Tiempo" de Trujillo del cual era propietario, siendo independiente pro-adeco, frente al propio gobierno) y Oscar Yánes. Obsérvese la sobriedad del salón (¿3er. piso de Pajaritos?), pues era antes impensable la fotografía del presidente de la República y la de su antecesor, presidiéndolo, como ocurre por estos años del XXI.


Otra sesión ordinaria de la Comisión: en el presidium, además, está el diputado Valeriano Humpiérrez: en el fondo, el diputado Pulgar; y ocupando as curules, distinguimos a los diputados Yánes, Mazzari, otro cuyo nombre olvidamos y Henry Ramos Allup.


Entregando una muy bien documentada denuncia al entonces director general de Telecomunicaciones del Ministerio de Comunicaciones, si mal no recordamos Lic. Sixto González, cuya comprobada leatad al gobierno de Lusinchi no obstaba para el trato respetuoso y cordial con el secretario de la Comisión que cumplía con sus labores, yendo a su despacho. La memoria falla, pudo ser el caso de la Venezolana de Televisión, de las emisoras radiales, de la publicidad gubernamental, entre tantos que se vntilaron e investigaron así el partido de gobierno tuviese mayoría. La Comisión de Medios estaba integrada exclusivamente por los diputados y, carente el Senado de una equivalente, en propiedad era del Congreso de la República.

3 comentarios:

  1. Además de la sobriedad general, también está la vestimenta, en contraste con los tiempos actuales; para entonces no se trataba de vanidad, ni de glamour pequeño burgués, si cabe el término, sino de respeto mismo hacia la institución parlamentaria. Buen aporte de Barragán.

    ResponderEliminar
  2. Esto es Historia pura, muchas gracias, Luis, por compartir esto con nosotros.

    ResponderEliminar