"Todo esto me hace reflexionar muchísimo sobre la calidad de la evangelización de la América Latina. Con frecuencia, la formación cristiana que nosotros los misioneros logramos impartir es demasiado exterior, formal, ritualista, construida sobre tradiciones importantes. No siempre hemos sabido transformar el corazón de las personas. He aquí porqué muchos guerrilleros me pedían que bendijera sus fusiles ! (...) Nuestra manera de hacer misión y de vivir el cristianismo debe ser repensada radicalmente. ¿Qué significa realmente ayudar a las personas a ser cristianas? No basta contar los bautizados y razonar en términos puramente cuantitativos. Las personas van marcadas con el amor de Dios. Jesús dijo que fuéramos por el mundo y dejáramos en el prójimo el signo del amor de Dios. Nunca nos pidió que hiciéramos proselitismo. Sin embargo, esto es lo que hemos realizado durante siglos, aunque la intención original de Jesús era diferente. La Iglesia ha caído en el proselitismo y muchas veces en el fanatismo contra los no cristianos: pensemos sólo en la inquisición y en las cruzadas (...) El pluralismo religioso con el reencuentro, reconciliado, entre todas las expresiones religiosas dará vida a la espiritualidad más atrayente del futuro"
Leonel Narváez / Alessandro Armato("La revolución del perdón", San Pablo, Bogotá, 2011: 35)
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