lunes, 4 de agosto de 2014

COMPLICIDAD PSICOLÓGICA

Del culto tatuado a la personalidad (y nota previa)
Luis Barragán


La inconformidad evidentemente está reprimida en muchos sectores medios y populares, como ocurre en el emblemático oeste caraqueño.  La diputada María Corina Machado participó efectivamente en una Asamblea de Ciudadanos realizada en Caricuao e, inmediatamente después, los colectivos consabidamente armados se presentaron y, además,  le dispararon a corta distancia: impactado el vehículo, afortunadamente salió ilesa, pero el caso ejemplifica muy bien su coraje y el de todos los venezolanos que ya se apoderaron del miedo gubernamental, dispuestos a celebrar el Congreso de Ciudadanos.

La ya inimaginable necropolítica

Sucedánea de la antipolítica, los elencos actuales en el poder necesitan urgentemente de Chávez Frías para mantenerse y, por ello, recrudece el culto a la personalidad huérfano de la correspondiente solución de continuidad.  Deseándolo parte de la nueva identidad nacional que procuran construir, creyéndola fruto de una constante maniobra publicitaria, el pretendido y  revelador aumento de la gasolina está precedido de la festejada fecha natal, al igual que de la insólita ocurrencia de estamparlo en el cuerpo de los que también lo aspiran como una inequívoca credencial en sus afanes clientelares.


Se dirá que el régimen se postmoderniza con el sello gráfico que impone a sus seguidores, a través de sendos operativos merecedores de una mejor causa. Así como enumera la desesperación, marcando  el brazo de las personas que hacen cola para adquirir los alimentos de la ya escasa oferta del Estado, ahora pretende el imborrable y memorable  tatuaje que pudiera pasar de la sencilla rúbrica a un inaudito código de barras.

El culto a la personalidad no expresa la mera afición litúrgica de sus beneficiarios, sino que manifiesta una necesidad extrema de preservación del poder, incluyendo, curiosamente, su denuncia a juzgar por la extraordinaria maniobra de Kruschev, dada la por entonces indudable solidez del régimen a mediados de los ’50 (XX),  como deducimos de la parte final del infaltable Isaac Deutscher y su biografía política de Stalin. Ahora, curiosamente, la debilidad del régimen venezolano acentúa por cualesquiera medios una devoción que, por cierto, ha trabajado acuciosamente Miguel Ángel Perera en una obra publicada dos años atrás.

Necesidad que implica una suerte de  una masiva complicidad psicológica y sobre la cual los especialistas pudieran orientarnos, abundando los hechos preocupantes de una novísima y asombrosa patología. La necropolítica adquiere dimensiones inimaginables, haciendo del laboratorio nuestro gentilicio.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2014/08/del-culto-tatuado-a-la-personalidad-y-nota-previa/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1045699

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