viernes, 11 de julio de 2014

AMOLADORES

EL UNIVERSAL, Caracas, 11 de julio de 2014
Cine y tiempo
Gabriel Vargas-Zapata

Hace ya tiempo que cierto cine de ciencia ficción, viene jugando con elementos muy imponentes, desde el punto de vista narrativo. Algo que a la vez, desde la cinematografía, permite crear tales situaciones e historias que, muchas veces no asombran tanto por su capacidad sintáctica como por su desplazamiento a la hora de hacer honor a aquello que siempre se ha conocido como la magia del cine. Se trata del tiempo.
Al filo del mañana (Doug Liman, 2014), es probablemente un abrebocas de lo que viene. También lo fueron Harry Potter y el prisionero de Azkaban (Alfonso Cuarón, 2004), o la misma Origen (Christopher Nolan, 2010), que a su modo, planteó también unos conceptos bastante innovadores acerca de la física del tiempo en el cine. Claro que jugar con un factor tan delicado en ciencia ficción, requiere unos esfuerzos mayores. No se trata de hacer películas que parezcan libros de Stephen Hawking, si no de construir una obra coherente, narrativamente hablando, y que además aporte entretenimiento al público más comercial.
El filme de Liman, ni siquiera se esfuerza en crear un trasfondo demasiado original. No hace falta. Con una puesta en escena sencilla y con grandes efectos especiales, revive en una especie de paralelismo futuro, los momentos más duros de la Segunda Guerra Mundial, en la que se incluyen cuestiones tan obvias como: una Inglaterra nunca invadida, el desembarco de Normandía, aunque desde luego Salvando al soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998) escribió el mejor recuerdo cinematográfico que se tenga al respecto; y un Hitler encapsulado en su Alemania pletórica. No sé si se trata de un homenaje o de una lección que sencillamente intenta decirnos: cuidado, a veces la historia de repite. Nada más oportuno ante los aires políticos que azotan a Europa tras el debacle económico de 2008.
Pero volviendo a la ya mencionada magia, el filme resulta apabullante porque narrativamente se sobrepone a cualquier otro elemento de la acción. Los viajes en el tiempo pasan de lo abrupto a lo sublime, las elipsis van construyendo e hilando una historia encerrada entre cuatro paredes que finalmente puede escapar y aterrizar sobre un final que aunque previsible, no deja de ser correcto. Lo único malo del cuento, es que la historia de amor que en paralelo se intenta desarrollar, no tiene ni encuentra sentido alguno. Blunt y Cruise jamás congenian, nunca saltan las chispas entre ellos y resulta estúpido tratar de enmendarlo con escenas clichés.
Al filo del mañana es en teoría, un buen experimento de lo que se supone será la evolución de un genero comprometido no ya con la historia del cine, si no con la de la humanidad. Sin llegar a ser una película importante, deja rastros que en definitiva son fieles, vuelvo y repito, a la magia.

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