martes, 24 de junio de 2014

VOCACIÓN Y OFICIO


Del que daba de leer

Luis Barragán

Convengamos, ha desaparecido lentamente la historia de la prensa cotidiana e independiente, excepto que tengamos por tal la que frecuenta los medios oficialistas con una inocultable intención manipuladora.  Diferente a lo que ocurría ayer, el pasado luce como un dato prescindible y, por ello, tendemos a repetir sus dramas, inexactitudes y traumas.

Fue importantísima la contribución periodística de Ramón J. Velásquez, añadido el ejercicio docente, al divulgar con autoridad la historia que  investigaba, escribía y – faltando poco – hacía. Dando para leer, no nos referimos sólo a una obra fundada y bien escrita, sino a sendas compilaciones como las referidas al pensamiento político venezolano de los siglos XIX y XX, entregándonos un patrimonio documental que ha podido perderse;  o, afanado por otros hallazgos, impulsando la  Fundación para el Rescate Documental Venezolano (Funres), lamentablemente desaparecida.

Antes de entregar la pieza bibliográfica, los venezolanos de entonces tuvieron la  ocasión de ver por entregas “La caída del liberalismo amarillo” en la revista Élite de finales de los cincuenta, por ejemplo; u, otro, al dirigir en dos ocasiones un relevante periódico de la prensa capital, la historia estuvo diaria y amenamente presente, por no citar la sección de crónicas que creó, iniciativa propia del que luego será individuo de número de la Academia Nacional de la Historia y de la Venezolana de la Lengua, que todavía nos deleita en nuestras visitas a la hemeroteca por su variedad, vocación polémica y humor. Acotemos, ocupando altas responsabilidades de Estado, lejos de ensimismarse arqueológicamente para capitalizarlo, seguidamente fundó el Archivo Histórico de Miraflores y lo compartió a través de los magníficos boletínes que, por cierto, no nos llegan desde hace década y media.

Lo caracterizaba la sencillez de un hijo del Táchira que, con plena conciencia regional, lo llevó a la creación de la  Biblioteca de Temas y Autores Tachirenses, además de brindar su inmediata amistad con los paisanos, así distaran de sus posturas políticas. Y, algo que el arte únicamente posibilita, nos quedó viva la representación que se hizo del joven reportero en “Diógenes y las camisas voladoras” de Javier Vidal, aunque aún nos parece innecesario que Francisco Suniaga le confiriera un pseudónimo en “El pasajero de Truman”.

Acumuló una extraordinaria experiencia política que probó, y probamos los venezolanos, en las difíciles e irrepetibles circunstancias de 1993.  No obstante, evitando la tentación de excedernos en una nota relacionada con alguien a quien no tuvimos la suerte de conocer personalmente, pero sí de leerlo, rendimos tributo a quien fue – reivindicando oficio y vocación – un servidor público.

Reproducción: Destaca Ramón J. Velásquez, Secretario de la Presidencia de la República, al comenzar la reunión de los ministros tras el atentado contra el Presidente Betancourt. “Un vacío en la reunión, el Presidente de la República”, refiere la leyenda. La Esfera, Caracas, 25/06/1960.

Fuentes:
http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/19734-del-que-daba-de-leer
http://www.noticierodigital.com/2014/06/el-que-daba-de-leer/
ttp://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1040171

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