domingo, 29 de junio de 2014

¿SOLO LA IRREVERENCIA PLUTARQUIANA?

Alrededor de una vieja ilustración
Luis Barragán


La dramática y reveladora ilustración de Eneko, publicada en los años '90 del siglo XX, constituyó una inteligentísima crítica al momento y a la propia época de entonces.  Es necesario decirlo, sentimos que la situación ha empeorado en la República Rentista que somos, gracias a una visión presuntamente compartida y aparentemente consolidada por el gobierno nacional en torno a la gesta independentista de sus utilidades políticas inmediatas.

Naturalmente que la percepción que domina o tiende a dominar, cuenta con un trasfondo histórico sostenido, excepto por la menor intensidad de los años del llamado puntofijismo, referido por Véronique Hébrard:  “De allí que las lógicas que ‘permitieron’ su mitificación explican por qué en el imaginario nacional contemporáneo, la ‘militarización’  no es vivida por una gran mayoría de la población como una ‘usurpación’, sino como una ‘vuelta a las fuentes’ de la nacionalidad” (en: “Mitos políticos en las sociedades andinas” Equinoccio-Université-IFEA, Caracas, 2006: 296). Por cierto, acotemos con Naudy Suárez y su valioso como sintético “Calendario de historia civil de Venezuela”, el próximo aniversario del establecimiento del principio de la Fuerza Armada como no deliberante, pasiva y obediente, curiosa y paradójicamente decido por el general Eleazar López Contreras (20/07/1936), luego ratificado por su sucesor en la jefatura del Estado.

Hay cierta sensación de la escasa rentabilidad de toda irreverencia, disidencia u oposición política, por los sacrificios que comporta, aunque está – empero -  firmemente desmentida por la hazaña protestataria del estudiantado. La Independencia sería una suerte de mero trámite bélico, confiado exclusivamente al ejército en una línea rápida, recta y ascente, ausente toda contradicción u accidente, gracias a la existencia del héroe plutarquiano, trágico y requerido de sendos testigos, según el enfoque que Antonio Tovar ensayó para la Revista de Occidente (Madrid, año VIII, nrs. 30-31 de 1983).

Por consiguiente, se entiende, de un lado, que ese héroe – así le falte heroísmo real, palpable y sonante – tiene la correspondiente y reciente versión al arrancar el siglo XXI; del otro, la reunión y configuración del congreso constituyente de 1811 que declaró la Independencia, corre como  un elemento decorativo y prescindible, salvo la satanización del discrepante diputado Maya de La Grita.

Así las cosas, finalmente, con los constituyentistas y parlamentarios que estorbarían, tan pendientes de sus ganancias personales, asumida tan grave declaración, las operaciones militares subsiguientes y todas sus implicaciones políticas, fueron de una facilidad y uniformidad sorprendentes. Por azar, nos auxiliamos con la ilustrativa cita de Nicolás Perazzo:  “José Gabriel Lugo, por su parte, no vacila en ponerse al lado de los gestores de la Independencia. Don José Gabriel de Maya y Vidal, quien había figurado como Notario Público en 1801, ha asumido la tarea de organizar a las milicias de la ciudad para hacerle frente a las amenazas de los disidentes de Coro. José Gabriel Lugo entra a formar parte de ese Cuerpo, recibe educación militar y poco tiempo después figura como Teniente de Milicias. El Marqués del Toro emprende, en esa oportunidad, su infortunada campaña de Occidente. En San Felipe se sitúa el Cuerpo expedicionario que comanda Don Miguel Uztáriz. Las milicias pasan a integrarlo y así le toca al Teniente Lugo contribuir al realce de la proclamación de la Independencia, que se lleva a efecto, con resonante solemnidad, el 21 de septiembre, (SIC)  de 1811, después de sofocada la intentona de subversión contra el Congreso que llegaron a provocar los comisionados La Vaca y Maiz, desde Valencia y eliminada la amenaza de incursión por la Costa del Cuerpo expedicionario destacado desde Coro, al mando de Antoñanza” (“Tiempo y contemporáneos de Bolívar”, Ediciones de la Contraloría General de la República, Caracas, 1973: 102).

Ilustración: Eneko. Economía Hoy, Caracas (¿1993?).

Fuentes:
http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/19813-de-una-vieja-ilustracion
 http://www.medios24.com/alrededor-de-una-vieja-ilustracion-por-luis-barragan.html

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