domingo, 22 de junio de 2014

POSTALES DE STALINGRADO

De un cierto género postal
Luis Barragán


Por su consistencia y duración, el ministro chavista por excelencia fue Jorge Giordani. Agobiado por la crisis que legó, Nicolás Maduro – así de simple -  decidió botarlo.

Podrá decirse que el planificador, al tramitar su despido mediante la formalidad de una renuncia, cuida de nuevo por su buen nombre revolucionario, tal como lo hizo por todos estos años a través de una extensa bibliografía, como si faltara un detalle. Argumentando, como no lo hizo con las Memorias y Cuentas que suscribió, sus libros alcanzaron la prestancia del autorretrato que cuidadosamente afinaba con sus decisiones y responsabilidades de Estado.

Hay quienes todavía lo descalifican, porque muy antes era un docente modestísimo que, sin estridencias, expresaba sus convicciones,  hasta que le llegó la hora del poder; e,  incluso,  para preservar su posición también se aventuraba a la procacidad tan del gusto del fenecido presidente.  Convencido de sus destrezas pedagógicas al hablarle a la bancada parlamentaria del oficialismo, disparaba un misil de insultos a la de oposición: escoria, fue uno de los términos que el tratadista ensayó con éxito. Sin embargo, el problema ya no es Giordani, sino lo que denuncia con un contundente acento postal: un género – digamos – que implica a demasiadas personas, trascendiendo el propio afán epistolar.

El problema no es que el remitente ha debido privadamente formular sus críticas, como lo advierte un porcentaje de sus destinatarios que siguen gobernando, ni que fracasó en el desempeño de sus funciones, pues, basta con darse una vuelta por las realidades que nos atormentan para comprobarlo. El problema está en la gravedad infinita de sus denuncias que no pueden quedar en el vacío. El problema se ubica en la continuidad de un gobierno que nos ha hundido a todos. El problema reside en el altísimo precio que todos pagamos por la inevitable lucha de las camarillas en el poder. El problema lo hallamos en los millones de destinatarios, a lo largo y ancho de un país, que piden no sólo explicaciones, sino un cambio de dimensiones históricas. El problema lo apuntamos a la cínica y descarada inmoralidad de un régimen.

Cayendo en la trampa del gobierno, es cosa secundaria si Giordani pasa o no por taquilla para retirar sus prestaciones sociales.  Ahora, el problema no es él, sino el gobierno que deja.

Fuente: http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/19711-de-un-cierto-genero-postal

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