domingo, 27 de abril de 2014

SANTORAL

EL NACIONAL, Caracas, 24 de abril de 2014 (Web)
El papa canoniza un modo de Iglesia
Arturo Peraza

La Iglesia de la cual habla el papa Francisco es la que soñó Juan XXIII y que quedó estampado en las páginas del Concilio Vaticano II. Pero no se trata de un problema de contenido, sino fundamentalmente de espíritu. Un espíritu que con mucha dificultad ha buscado abrirse paso en nuestra comunidad eclesial.
¿Es nuestra Iglesia hoy la que entonces soñó Juan XXIII al abrir el Concilio? Los modos y maneras de la Iglesia preconciliar han seguido y siguen estando presentes. Sus indicadores son claros: cesaropapismo, iglesia como estructura jerárquica, visión bipolar de la realidad que divide lo profano de lo religioso, sacramentalismo, ritualismo. De suyo no son elementos negativos. El problema es que cuando ellos se constituyen en el centro de la acción de la Iglesia y no el mensaje del evangelio, entonces aparecen como desviación.
La Iglesia aún no se deslastra de los fardos que el pasado nos ha impuesto. Conservar parece un verbo preferente en vez de impulsar. El miedo a abrir puertas y ventanas nos sigue atajando el alma. Y como dice el papa el real peligro de la Iglesia es morir encerrada por miedo a coger una gripe. Como clero tenemos actitudes de funcionarios tras escritorios defendiendo leyes. Todo esto estaba lejos de lo que una vez soñó Juan.
En un discurso improvisado la noche en que comienza el Concilio Juan se hace una voz más, con una función, la de Padre, en medio de una fraternidad que es la Iglesia, cuya misión es darle una caricia a la gente, en especial a los más chicos y a los más sufridos. (Véase el discurso en https://www.youtube.com/watch?v=PgrAOQKLecs). Esto recuerda cómo Francisco, al asumir su función de papa, le pide al pueblo que ore por él. Así la Iglesia, pueblo de Dios, es el sujeto y la jerarquía, su servidora. Roma se ve sirviendo a sus iglesias hermanas y no superior a ellas, la plaza se vuelve templo y el sacramento es la caricia al pobre. El centro es la alegría del evangelio.
Este hombre sencillo que fue Juan XXIII, el papa de la transición que se quedó y marcó un nuevo modo de ser y hacer Iglesia, el papa que fue a visitar cárceles y hospitales, el papa que escribió sobre la paz, es quien junto a Juan Pablo II será canonizado. Pero no es solo su persona, sino lo que se quiere destacar es un espíritu, un modo de ser, una enseñanza que se canoniza en él, se eleva a los altares para que mirándola podamos ver el mensaje que hoy nos vuelve a enviar el Señor.

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