miércoles, 16 de abril de 2014

PREDICAMENTO

Celebración de la vida
Luis Barragán


A Hilda Elena, en su cumpleaños.
Bendición.


El régimen expone un abultado repertorio de consignas, repetidas hasta la saciedad por una larga década y media, consagrando el divorcio entre la prédica inconsistente y los hechos inalterables de los que no puede huir por obra de los eufemismos. Bastará con revisar las intervenciones del mal llamado diálogo de Miraflores, recientemente efectuado, para constatar las flaquezas – incluso – ideológicas de los elencos del poder: pesan más las ofensas que los argumentos.

El culto a la personalidad extinta no provee los referentes éticos indispensables, forzando una vinculación que los elementos mágico-religiosos que sirven de trasfondo a tan inédita experiencia política. Por consiguiente, el esfuerzo de superación del actual desorden establecido es mayor.

Creyentes o no, esta Semana Santa debe ser motivo de una profunda reflexión sobre los valores y antivalores que realizamos, habida cuenta de  las  consecuencias de la consabida represión gubernamental y las interpretaciones que suscita.  El monopolio político y social del poder por esos elencos que prácticamente quebraron al país, celosos de sus privilegios y capaces de apelar a cualesquiera pretextos, ocurrencias y caprichos, no debe contentar ni siquiera a sus declarados simpatizantes: importa el discernimiento que se convierta en un valiente cuestionamiento que, además, esclarezca el proyecto que los anima y que no pueden jamás aceptar su realización a través de las muertes, lesiones y prisiones que ha generado su exagerada defensa.
Vamos hacia la Pascua de Resurrección que es celebración de la vida prometida, más importante que el rumboso período navideño y de año nuevo.  Y acercarse a Jesús con sencillez creadora, sin que nos propongamos un estudio histórico o teológico, exige contrastar su mensaje con todo lo que sucede, en defensa de la verdad que no debe fenecer,  desde nuestra propia experiencia personal y comunitaria: resulta un paso indispensable para descubrirnos en el otro y en los otros camino a una libertad liberadora que los falsos mesías de la hora falsifican, adulteran y manipulan.

Algo muy serio ocurre y urgimos de una interpretación correcta para la más adecuada respuesta y compromiso, por lo que no es posible escapar, amenazados por una violencia superior: la de los antivalores que redundan en la cultura de la muerte.  Sencillez creadora: interrogarse, discernir y actuar según nuestras posibilidades, en reclamo de una cultura de la vida por la que se lucha conquistándola y celebrándola.

Reproducciones: En la edición de Élite del 16 de abril de 1960 (Caracas, nr. 1803), Oscar Yánes y Julio César Martínez suscriben un reportaje de título revelador: "Jesús y los problemas venezolanos". Por cierto, afianzados en sendas citas bíblicas, el fotomontaje constituye acaso un ejercicio precursor de lo que, después, se entenderá como teología política o de a liberación.


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