lunes, 14 de abril de 2014

APENAS, UN SIGLO

EL PAÍS, Madrid, 8 de abril de 2014
María bonita, 100 años después
Varios actos celebran en México el centenario del nacimiento de la actriz más temperamental de su cine, María Félix
Mari Luz Peinado 

“María Félix nació dos veces: sus padres la engendraron y ella, después, se inventó a sí misma”. En solo una frase, el Premio Nobel mexicano Octavio Paz condensó la esencia de la que probablemente sea la actriz más importante de la historia del cine de su país. María de los Ángeles Félix nació el 8 de abril de hace 100 años y murió exactamente 88 años después. Sus personajes traspasaron las pantallas y ella acabó interpretando uno de ellos, el de una mujer fuerte, independiente, con ideas claras y lejos de la sumisión de los hombres. Este martes arrancan los actos de homenaje a La Doña, muchos de ellos populares porque, a pesar del tiempo, María Félix - María Bonita - sigue siendo de su público.
Nada tuvo que ver la chica de nació en Álamos, en el Estado fronterizo de Sonora, con la mujer que murió en su casa de la colonia Polanco en la capital de Ciudad de México. A la primera la casaron a la fuerza, fue madre a los 21 años y se separó de su marido, lo que la convirtió en objeto de críticas y chismes. La segunda tuvo múltiples amantes, se casó con figuras como Agustín Lara y Jorge Negrete y hablaba en la vida real como lo hacían los personajes de sus películas.
Entremedias, el director de cine Fernando Palacios, con quien rodó La china poblana (1943), le había ofrecido trabajar como actriz y ella - segura de sí misma y acompañada de su belleza - había conseguido convertirse en una celebridad. “María Félix es la máxima estrella del cine mexicano, tanto en su etapa de esplendor como después. Ni Dolores del Río consiguió el impacto social y popular que La Doña [apodo que tomó tras protagonizar Doña Bárbara (1943)]”, explica José Antonio Valdés, jefe de información de la Cineteca Nacional de México.
María Félix rompió con ese papel de mujer sumisa e impulsó a otras mujeres a hacerlo"
En el moderno edificio de la cineteca capitalina - inaugurado a finales de 2012 - se celebrará el acto más importante de este 8 de abril, cuando se inaugure la Librería María Félix, dependiente del Conaculta, el máximo órgano de la Cultura en México. Un acto simbólico aunque con menos brillo que otros homenajes, como el que se celebró hace apenas una semana en Bellas Artes en memoria de Octavio Paz. Los usuarios del metro de la ciudad podrán ver en la estación de Bellas Artes catorce modelos de una de las mujeres mejor vestidas del mundo, como fue reconocida en 1984 por la Cámara Nacional de la Moda Italiana y la Cámara de la Alta Costura de Francia.
A lo largo del año se realizará en la Cineteca un ciclo de cine con algunas de sus 47 películas, muchas de ellas rodadas en México pero también en Italia, España y Francia. También se le rendirá un homenaje en la gala de los premios Ariel - los galardones del cine mexicano - que se celebrará a finales de mayo.
El legado cinematográfico de la actriz es tan importante como la huella que dejó su personalidad. “Deberíamos revalorar a María Félix. No fue solo la evidente gran estrella del cine sino que, además, jugó un importante papel en la industria clásica del cine mexicano, en aquel momento sometida al peso de lo masculino. María Félix rompe con ese papel de mujer sumisa e impulsa a otras mujeres a hacerlo. Lamentablemente, no lo consigue: son los años 40 y la liberación femenina en México llegó mucho más tarde”, explica Valdés. 
Su carácter desacomplejado y directo se ve retratado en los cuatro tomos que componen Todas mis guerras, la biografía hecha con los recuerdos de la actriz publicada en 1993 y supervisada por el historiador Enrique Krauze. En sus páginas se cuentan las apasionadas relaciones de la actriz, que despertaba admiración entre hombres y mujeres. Deslenguada y sin complejos, hay multitud de documentos gráficos en los que María bonita - canción que Agustín Lara le compuso durante su luna de miel en Acapulco - habla sin pudor de su vida de estrella. “La vida es una borrachera, pero no con alcohol”, le decía al mítico presentador mexicano Jacobo Zabludowsky. “Yo envidia no sé lo que es. Tenerle celos a un hombre, nunca me ha pasado. Si un hombre no me quiere, pues que le vaya bien. Yo nunca he llorado por nadie”.
“Pero ella era una mujer encantadora, amable y atenta. No era altanera ni soberbia y que cuidó a su madre hasta que murió”, explica el reconocido escenógrafo mexicano David Antón. En su opinión, la fama que se creó alrededor de la actriz tiene más de mito que de realidad y muchos se quedaron con aquella imagen que transmitía su personaje de Doña Bárbara. “Yo la conocí a mediados de los 50 porque era buen amigo de su hijo Enrique. Y era bellísima. Mira que la fotografía de la época era buena, pero el cine no pudo retratar lo bonita que era”, recuerda Antón.
La vida de María Félix está en venta. Desde su muerte, muchos de los objetos personales de la actriz han sido subastados
Enrique fue el hijo que tuvo María Félix con su primer marido. A pesar de haber estudiado para diplomático, finalmente siguió los pasos de su madre y se convirtió en actor y murió en 1996 a los 61 años. Fue el único hijo que tuvo la actriz que, como reconoció públicamente, tuvo un aborto cuando estaba casada de su cuarto marido, el francés Alex Berger. “Yo quería darle un hijo a Alex porque nunca me lo pidió”, llegó a decir la intérprete.
Una parte de los recuerdos de la vida de éxito que emprendió cuando decidió dedicarse al cine se almacena en un salón-museo que también hace las veces de salón de fiestas en el este de la Ciudad de México. Entre el juego de tocador de La Señora - como la llama Alejandro Martínez, uno de los encargados del espacio - y uno de los premios que le otorgaron, se encuentran fotografías, revistas y pinturas que retratan a la actriz, así como objetos de su vida cotidiana. Su club de fans se ha encargado de recopilarlas a través de los años y muchas de ellas las compraron a través de subastas.
La vida de María Félix está en venta. Al morir - de acuerdo con su testamento - todos sus bienes fueron a parar a su asistente personal, Luis Martínez de Anda, de 28 años. Desde entonces, muchos de los objetos personales de la actriz han sido subastados. Desde el club de fans de la actriz aseguran que Martínez de Anda les ha ofrecido “traspasar” los gastos de mantenimiento de la tumba de la actriz. El mausoleo se encuentra en el panteón francés y, según Alejandro Martínez del club de fans, el heredero de La Doña pide 50.000 pesos (casi 4.000 dólares). Parece que no solo los recuerdos de su vida se pueden comprar y vender, sino que también parte de su muerte.

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