viernes, 31 de enero de 2014

HISTORIÓGRAFO

En la UCV bautizaron Bitácora de la Historiografía Venezolana de Germán Carrera Damas
31 Enero, 2014

Enrique Meléndez / especial Noticiero Digital / 31 ene 2014.- El profesor Germán Carrera Damas consideró que era de una enorme trascendencia el hecho de haber llevado a cabo el bautizo de su obra digitalizada Bitácora de la Historiografía Venezolana en la Universidad Central de Venezuela (UCV), no por lo que significa en su condición de autor sino por ucevista.
El evento se efectuó en el hall del edificio de la Biblioteca Central, y en el mismo estuvieron presentes las autoridades rectorales, encabezadas por la rectora Cecilia García Arocha, familiares del profesor Carrera Damas, entre ellos, su hermano Gustavo Luis Carrera; docentes de larga trayectoria y amigos suyos como Heinz Sontang, Antonio Pasquali, Carlos Blanco, además de los diputados María Corina Machado y Luis Barragán. La presentación de la obra quedó a cargo del vicerrector académico Nicolás Bianco, y quien además expuso la trayectoria docente y de investigador del profesor Carrera Damas, a propósito de su carrera de historiador.“Mi vida de historiador –manifestó el homenajeado- se formó en esta casa, y hoy llega a un punto culminante en el que la casa, mi casa presenta una obra gestada, producida y utilizada por esta casa y para esta casa. Se trata de la historia de la historiografía venezolana. Yo me siento, particularmente, complacido por el hecho de que es una especie de abono de cuenta de todo lo que yo le debo a la casa.
“Esto es algo extraordinario en lo que yo ni siquiera había pensado, pues eso permite lo que yo llamaría el Indice Absoluto. Usted puede consultar cualquier autor, cualquier obra a todo lo largo de la obra. Recordemos que su primera edición era, relativamente, corta; pero eso fue hace medio siglo. Ahora es una obra mucho más densa; que incorpora nuevos elementos, y creo que será de utilidad, para quien quiera saber como se ha escrito la historia en Venezuela”, agregó el ilustre historiador.
Expresó que la Bitácora de la Historiografía, además, se iba a ir actualizando, en la medida que en que se iban conociendo nuevos elementos, que incorporar; tomando en cuenta que la misma quedaba a cargo de la UCV. “La obra –explicó- es de la universidad. No es una obra mía. Es de la universidad, y eso me complace, especialmente”.
http://www.noticierodigital.com/2014/01/en-la-ucv-bautizaron-bitacora-de-la-historiografia-venezolana-de-german-carrera-damas/

 Entrevista a Germán Carrera Damas: Yo no distingo entre militaristas y civilistas, sino entre ciudadanos y no ciudadanos
Enrique MeléndezJueves, 23 de enero de 2014

Me temo que esa es una simplificación de la historia, ver las cosas de esta forma. Los militaristas y los centralistas han sido también civiles
Entrevista a Germán Carrera Damas: Yo no distingo entre militaristas y civilistas, sino entre ciudadanos y no ciudadanos
El historiador Germán Carrera Damas admite que los militares se entronizaron en el poder en Venezuela desde 1830, hasta el año de 1946; cuando se produce el primer ensayo de democracia moderna, capitaneado por Rómulo Betancourt; sólo que no está de acuerdo con equiparar al militar con la ideología militarista; pues, a su juicio, hay civiles que son militaristas, y hay militares que son civilistas.
Por otra parte, Carrera Damas se aferra a la tesis de que el verdadero padre de la democracia venezolana es Rómulo Betancourt, y que ante las acusaciones de fue el gran creador del “Estado patrimonialista”, indica que una de las primeras cosas que se plantea Betancourt en 1946 es constituir la Corporación Venezolana de Fomento, y esto con la idea de formar un verdadero sector privado moderno.
¿Se puede considerar que hay una especie de dialéctica en nuestro devenir histórico; marcado por el hecho de que, mientras siempre ha existido una corriente militarista, que tiende al centralismo; existe otra civilista, que tiende al federalismo?
-Me temo que esa es una simplificación de la historia, ver las cosas de esta forma. Los militaristas y los centralistas han sido también civiles. No olvidemos que detrás de cada fechoría de un civil, había un egresado de la facultad de derecho, que le ha puesto forma legal. Es decir, que la complicidad cívico militar, si se puede considerar, ha sido permanente, y esto lo que quiere decir es que el pensamiento militarista no es exclusivo de los militares.
-Es más, he conocido y conozco militares civilistas; para quienes la carrera militar en un ejercicio profesional, y no una manera de asaltar al poder. Este es un hecho, porque en mi condición de embajador tuve una responsabilidad en dos extensas comisiones militares; en Colombia y en México; comandadas por tenientes coroneles. Puedo dar fe de que allí había una conducta ejemplar, con mucha seriedad y de manejo, estrictamente, profesional; es decir, de alguna manera incurrieron en actitudes, que uno pudiera considerar como lesivas a lo que es el decoro, la representación diplomática.
-De tal manera que yo no hago esa distinción entre militares y civiles; pues prefiero hacerlo entre ciudadanos y no ciudadanos. No debemos olvidar que el militar es un ciudadano, como lo puedo ser yo, un ciudadano profesor; sólo que él cumple una función específica, como la puedo cumplir yo, y se ajusta a unas normas, como lo puedo hacer yo.
-No se puede negar el hecho de que los militares han realizado una contribución muy importante en el desarrollo sociopolítico de Venezuela; pues, ¿quiénes sostuvieron y defendieron lo que se llama tendenciosamente IV República, contra la primera invasión cubana, y contra sus aliados criollos civiles; algunos de ellos hoy bastante en boga? ¡Los militares! Yo no ví un batallón de obreros o de campesinos combatiendo los focos guerrilleros.
-Fueron los militares los autores de lo que yo consideraría la consolidación de la mal llamada IV República, y es curioso que ese momento estelar de la historia de Venezuela; equiparable por completo al que se vivió a fines del siglo XVIII o comienzos del XIX, haya sido lo fundamental realizado con la colaboración plena de militares. Por eso, repito, yo no acepto esta división por arbitraria entre militares y civiles, y sigo pensando, hoy más que nunca, que los militares son ciudadanos venezolanos; que cumplen una función específica; por tanto, tienen su espacio en la sociedad democrática, tienen su espacio en un país democrático, y un espacio nada desdeñable.
-Me parece que es una simpleza identificar lo militar con lo militarista; hay civiles militaristas, como hay militares civilistas. Pero no se puede hacer esa simplificación. Si usted quiere, tómelo muy claramente en la composición de la Junta Revolucionaria de Gobierno del año 1945. Allí había militares, profundamente, civilistas; que contribuyeron de una manera determinante a la instauración, por primera vez, del poder civil en Venezuela.
Pero, la génesis de la asonada cívico-militar, que instaura esa junta revolucionaria, la promueve Marcos Pérez Jiménez, un hombre que viene influido de la escuela del general Manuel Odría en Perú, de donde ha egresado con altas notas, y comienza a constituir lo que él llamaba una logia militar.
-Tienes razón en cuanto a lo que es la corriente militarista. Pero quien promueve lo que sucedió en 1945 fue un señor que llegó a Venezuela en 1936; después de la muerte de Gómez, y ya traía la idea de que el pueblo venezolano no estaba preparado y dispuesto para enfrentarse a la construcción de una democracia moderna. Ese hombre se llamaba Rómulo Betancourt, que comenzó su prédica en una nación, donde eran contadas las personas que tenían un idea de lo que era la democracia.
-¿Usted conoce que Betancourt pronunció un discurso en un teatro de aquí de Caracas? Una parte de ese discurso se titula: El Ejército y la Elección Presidencial; donde él acuñó una frase, que significaba mucho: la prédica democrática no se ha detenido ante los muros de los cuarteles, y agregó: las fuerzas armadas están preparadas para respetar a un gobernante civil.
-Te voy a decir más, el 17 de octubre de 1945 en la noche; en el famoso mitin del Nuevo Circo; donde yo estuve presente; entonces tendría unos 15 años, pero tenía un interés despierto por la política, yo escuché a Rómulo Betancourt hablar en términos generales sobre la democracia, y de ninguna manera excluir a los militares.
Si partimos del hecho de que Betancourt promovió lo que algunos sociólogos han comenzado a considerar como el “Estado patrimonialista”, esto es, el Estado dueño de todo, ¿cómo es que se le puede considerar liberal?
-Estos distinguidos amigos, científicos políticos, y por quienes siento un gran respeto, no pocos de ellos, tampoco los historiadores, exhiben una seria carencia de sentido histórico. No quiero decir que no sean doctos en sus campos. Lo que quiero decir es que para toda ciencia social, si no se tiene un buen asentado sentido histórico, nacido de la aproximación crítica al conocimiento histórico, se corre el riesgo de generalizaciones o de apreciaciones, que están muy lejos de corresponderse con la realidad, y en este caso es curioso que pueda decirse eso de un hombre que, viniendo del comunismo militante; como lo fue Rómulo Betancourt, una de las primeras cosas que se plantea en 1946 es constituir la Corporación Venezolana de Fomento, y esto con la idea de formar un verdadero sector privado moderno.
-Pero no en el sentido de políticas globales; sino formando gerentes, formando propietarios, formando inversionistas, y sus primeros pasos estuvieron dedicados a la consolidación, justamente, de una burguesía, capaz de ser la alternativa de poder para el sector político en la instauración de la democracia.
-Aparte de que yo no conozco otro caso de un hombre que haya ido a todas las reuniones de Fedecámaras; que haya hablado en todas las reuniones de Fedecámaras, sin descuidar el diálogo con los trabajadores, con los campesinos; haciendo siempre un llamado a que debía articularse el trabajo con el capital y la técnica, para lograr la verdadera independencia económica de Venezuela.
-¡Qué curioso! Impulsó, además, una reforma agraria que tendió a formar empresarios del campo. Entonces, ¿a qué se están refiriendo, cuando hablan de esa palabra extraña, que usted ha dicho ahora? ¿Cómo es?
Patrimonialista.
-Hasta me resulta difícil pronunciarla. Yo no le veo ningún fundamento a eso. Eso debe venir de los franceses. Nuestros científicos políticos, en general, tienden mucho a leer a los autores franceses. Yo también los leía; puesto que estudié allá. Practican algo muy especial, y es decir lo mismo, pero con otras palabras o crear un nuevo vocablo, para identificar una realidad que no existió. Desgraciadamente, esto es muy frecuente en el estudio de las ciencias sociales, e incluso en la historia misma de Francia. Por eso los anglosajones los consideran a ellos ensayistas (risas). No los consideran historiadores. Ni tampoco científicos sociales.
El Libertador fue un exaltado antifederalista; como lo demuestra, sobre todo, en su Discurso de Angostura; constituyendo la máxima expresión suya, en ese sentido, el hecho de declararse dictador en 1827. ¿Por qué la historiografía le ha pasado de lado a estas tendencias totalitarias del Libertador?
-Cuando uno ve la historia, críticamente, parte de la idea de que tiene, por lo menos, dos caras. Usted dice en este caso antifederalista, y yo le digo que el Libertador lo que estaba era preocupado; no sólo por el destino, sino por la consolidación, y la perduración de su obra; además de la independencia de su país.
-No era la República, lo que le preocupaba, era la independencia. Su vida se consumió en ello, y tenía miedo, de que el uso de ciertas prácticas republicanas, en una sociedad que no tenía ninguna experiencia política; que había nacido y crecido bajo la subordinación a nuestro rey; que era, gozosamente, monárquica, podrían generar la debilidad, y dar al traste con una independencia, que había costado tanto.
-Pero esto no quiere decir que fuese contrario a la libertad. No, lo que consideraba era que se requería un lapso razonable, en el cual los pueblos ensayaran y aprendieran a ejercer la libertad. Fíjese qué curioso: cuando él hace la Constitución para Bolivia en el año 1825, expresa que ha preparado la Constitución más liberal conocida.
-Comienza por establecer esta cosa “horrible”; imagínese, desde la publicación de la Constitución; queda abolida la esclavitud. Es decir, el mismo sitio donde los grandes criollos caraqueños habían sacrificado a Picornell, Gual y España, y habían rechazado a Miranda, y Bolívar manda a que desde que se publique esa Carta Magna queda abolida la esclavitud, y las leyes proveerán alguna indemnización si hubiere lugar a ello. ¿Eso no es ser liberal?
-Yo no entiendo entonces qué se quiere decir con liberalismo; lo que pasa es que confunden federación con libertad. No, porque la federación no puede ser sinónimo de libertad. Usted puede tener un estado centralista federal; donde cada gobierno de estado sea, a su vez, un pequeño gobierno centralista. Pero otra cosa es la libertad; la libertad tiene que ver con la formación del poder, y eso es lo que a Simón Bolívar le producía temor.
-Mire, yo no me precio de ser bolivariano, en el sentido usual del término; pero yo respeto la significación histórica de un hombre, que fue una gran figura, no sólo venezolano y americano, sino mundial, y lo digo con absoluta responsabilidad, después de haberle dedicado unos cuantos años al estudio de Bolívar. Yo soy el autor del libro sobre el culto a Bolívar; que, en su momento, parecía iconoclasta; pero que ahora va por su séptima edición.
-Es decir, mi visión de esto no es nueva, sino que data de 1975; cuando yo escribí ese libro, y le digo, admiro en Simón Bolívar el que llega a ser un hombre con tal experiencia brutal, esa escuela que él siguió; desde su salida al exilio en el año 12, hasta su muerte, y duda en un momento dado, de que aquella obra, que había costado tanto; pudiese no ser bien servida, justamente, por un ejercicio, vamos a decirlo de un modo imprudente, inexperto más bien de la libertad.
-Eso es lo que explica la carta de Bolívar a Patricio O´Campbell; que ha sido tergiversada, y así se ha dicho que Bolívar le temía al imperialismo norteamericano. ¡No! A lo que temía era a la libertad, representada en aquel momento en los EEUU por Jefferson, que estaba muy empapado por la revolución francesa, y él pensaba que la independencia de estos pueblos, que habían estado gozosos bajo la dominación de la monarquía y de la iglesia, y que es lo que hace ver también en Angostura, cuando dice que nuestros estómagos no estaban hechos para digerir ese alimento tan difícil y tan especial; por eso pusiera quedar en peligro; ya que la independencia en aquel momento era la cuestión central.
Volviendo al tema del militarismo, ¿cuál es el balance que tiene usted de lo que fueron los gobiernos militaristas y los gobiernos civilistas?
-Aquí hay que hacer una división, y es que hay un período, que va de 1830; cuando los venezolanos rompimos con Colombia, nuestra más alta creación, y la cual surgió desde Angostura en 1819; luego la constituimos en Cúcuta en 1821, y luego la rompimos entre el 28 y el 30; la rompimos en Caracas y Valencia. Bueno, desde aquel momento se observa un primer período en el cual el Estado de la sociedad venezolana se encontraba en una situación muy difícil: inseguridad, robos; la imposibilidad de desarrollar una actividad sistemática en el orden civil de la producción, ¿me estaré acaso confundiendo con el presente?
-No, no, le estoy hablando del pasado (risas). Eso hizo creer a muchos hombres ilustres, entre ellos a Antonio Leocadio Guzmán, que se requería que alguien ejerciera algo así como la tutela de la República; para poder funcionar; porque si no se reestablecía un cierto grado de orden, no se podía establecer la República. Bueno, ¿quiénes podían establecer el orden? Los militares, y quienes ya se han entronizado al momento de solicitar los civiles participación en el poder, y ese poder militar en Venezuela duró hasta 1946.
El historiador Guillermo Morón afirma que no es muy exacto considerar a Rómulo Betancourt como “padre de la democracia”; antecediéndolo, en ese sentido Eleazar López Contreras; quien, a su juicio, dio muestras de presidir un régimen democrático; primero, al cortar su período presidencial; segundo, el llevar a cabo una transición de poderes; una vez que deja la presidencia en manos de Isaías Medina Angarita, elegido en unas elecciones. ¿Cuál es su punto de vista?
-Este es el libro de Historia de Venezuela, que el régimen le está imponiendo a los niños (abre la página de un libro escolar, y allí está una caricatura; donde aparece la zanja, atravesada por un puente; en aquella orilla se lee: gomecismo; en la orilla de abajo se lee: democracia; en el puente se lee: López Contreras). ¿Qué le parece a usted? No es muy novedosa esa tesis; pero es igualmente falsa.
-Por una razón fundamental, y no es un parecer: ¿qué cosa define la democracia? ¿La libertad? No, la libertad puede haberla en régimen, simplemente, tolerante. El déspota bueno, el déspota malo, más o menos bueno, más o menos malo; ese no es el problema. La construcción de esto y aquello; eso es un deber del gobierno. ¿Qué se aprobó una ley de tal y cual cosa? También se debe legislar.
-Para medir el grado de democracia de un régimen hay tres indicativos fundamentales; que están combinados por sus fundamentos; ¿cómo es la formación del poder? Si el poder es formado un gran elector; por el que termina su período, y nombra una especie de albacea; heredero: llámese López Contreras o lo que fuere; ese régimen no puede tener un origen democrático.
-Segundo, el ejercicio de poder. Si el ejecutivo es el supremo ente público (¿estaré hablando del pasado o del presente?); aunque haya Congreso; aunque haya de todo; porque, ¿quiénes eligen a los presidentes? Los congresistas, y ¿quiénes los eligen a éstos? El presidente, y lo que significa que si el ejercicio es de esa naturaleza, no puede ser democrático.
-Tercero la finalidad del poder; pues si la finalidad del poder es favorecer a un solo sector social o regional o a un grupo profesional o a un grupo ideológico eso no puede ser democracia.
-Los tres factores son necesarios, y ¿sabe qué los unifica? El ejercicio de la soberanía popular; el ejercicio libre. No es el voto; es el ejercicio de la opinión, de la organización política, del acceso al poder, y que actúe como el supremo regulador de la situación en general de la sociedad; bueno, ese es un régimen democrático.
-El régimen de López estuvo muy lejos de eso; aunque nos dejó una gran contribución. Sí, una contribución, pero que ha sido mal entendida, y es el bendito Programa de Febrero, donde se hizo el enunciado de lo que había que transformar en el país. Pero era continuista, y la prueba es que él escogió a su sucesor: Medina fue elegido por López.
¿Pero fue elegido en una elecciones?
-¿Pero quien elegía a los electores? Se trataba de unas elecciones de tercer grado. Los ciudadanos elegían a los electores, los electores elegían a los diputados y los diputados elegían al presidente. Entonces, ¿quién terminaba eligiendo al sucesor? Mire, hay una frase testimonial del propio Medina Angarita, repetida por gente muy sería: “Yo podré llegar hasta un civil, como sucesor; pero que sea andino; porque si no López me tumba.
Porque López Contreras siempre amenazó con eso, ¿no?, sobre todo, después de salir de la presidencia.
-Por eso le digo, y por eso Uslar Pietri siempre se quedó en el aparato. Su sueño de ser presidente de la República no se cumplió. No porque los adecos lo hayan condenado por peculado; sino porque realmente no era posible que siendo un civil, sin ser andino, llegara a la presidencia de la República. Entonces. ¿cómo se puede hablar de democracia en ese período?
¿Cómo ve usted el establecimiento del régimen comunal en Venezuela? ¿Usted que la estructura política administrativa del país, aprobada a raíz de la reforma de la Constitución, que dio paso a la descentralización es irreversible?
-Mire, ahí yo estoy comprometido, personalmente. Yo fui el director de la subcomisión de reforma institucional de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado. Un grupo de unos 15 hombres muy ilustres trabajamos allí con verdadera dedicación; para concebir una alternativa entre el poder centralizado y el poder democrático; luego de muchísimas consultas, y de evaluar experiencias de otros países de la América Latina, etcétera, llegamos a la conclusión de que los objetivos fundamentales de la Copre, que eran la modernización del Estado, a través de la profundización de la democracia se lograría colar esa descentralización
-Si usted lo quiere resumir en unas pocas palabras: la descentralización significaba distribuir el poder político, administrativo en los diversos sectores en los que se hallaba dividida la República; de tal manera que la gente comenzara el aprendizaje real de la ciudadanía democrática. No sólo eligiendo a quienes habrían de gobernar en su área, sino asumiendo la responsabilidad de lo que se hiciera o no se hiciera con aquella elección.
-Porque si un hospital no marchaba, la culpa la tenía un ministro que estaba en Caracas. Yo recuerdo el caso de un venerable sacerdote que llegó a Caracas, procedente de Achaguas, y a quien le preguntaron: ¿qué lo trae por aquí padre? El respondió: “Yo vine a solicitar unas láminas de zinc, para la iglesia; porque el techo de la iglesia tiene unas goteras”. Nosotros comprendimos que la descentralización significaba; en primer lugar, repartir el poder. Ya aquella cosa del presidente de la República; que nombra al gobernador; que nombraba, indirectamente, al alcalde, y que nombraba, indirectamente, a los concejales, a través del gobernador. ¿Estoy hablando de antes o de ahora? (Risas) La historia le juega a uno estas malas pasadas, pues llega un momento en que uno se extravía.
-Eso había que quebrarlo, literalmente, quebrarlo; de tal manera que, después de casi 200 años de vida independiente los venezolanos comenzáramos a aprender el ejercicio de la soberanía. No ya a manifestarlo en una elección, sino el ejercicio de la soberanía como responsabilidad definitoria de la soberanía.

-Finalmente, lo que es el último bastión de la democracia, asediado, complicado, falseado, sigue siendo el último bastión, y no van a poder demolerlo; por lo siguiente: ¿tú conoces algunos de los cambios operados desde 1945, desde de 1948, desde 1958 o desde la década de 1990? Falseados, sí; tergiversados sí; pero todo aquello que fue sembrado como los fundamentos de una sociedad liberal democrática moderna no ha podido ser erradicado.
-La comuna es una forma de consolidar la tutela sobre la sociedad a través de un centro único de poder de un hombre que interpreta el sentir popular. El objetivo de este régimen es demoler la República. ¿Por qué demoler la República? La base de la República es el municipio. ¿Por qué demoler la República? Porque al demoler la República ya no necesita más consultar la soberanía popular: Cuba.
-El gran temor de este régimen, más que del cubano; porque son épocas históricas diferentes, es que toda consulta a la soberanía popular es un riesgo, y un riesgo que se ha venido manteniendo a lo largo de quince años, y que en vez en disminuir ha crecido.

http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/2125307.asp

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