lunes, 30 de diciembre de 2013

TRASFONDO

Venezuela ¿nación o tribu?
Luis Barragán


Faltando una más acertada denominación, el fenómeno chavista no fue tan circunstancial como algunos lo pronosticaron en las postrimerías del siglo pasado.  Ha sintetizado a la Venezuela profunda, manipulándola, aunque no sorprenderá que naufrague al dar con otros hallazgos involuntarios e insospechados.

Un consumado académico, Miguel Ángel Perera, ha entregado “Venezuela ¿nación o tribu? La herencia de Chávez” (UCV, Caracas, 2012), dando cuenta del mito político, los fundacionales y patrióticos, el héroe y la sociopatología, las innovaciones y la tribalidad, perfilando la doctrina del barinés, la tribu que somos y la república inconclusa. Abanicando la especialización, nos permite subsumir los más variados aspectos en un adecuado y especifico marco teórico que atisbó, demandándolo, Ana Teresa Torres en un anterior esfuerzo.

Es otro el imaginario, propio de la deliberada polarización que canaliza y organiza las inevitables expectativas, experiencias y explicaciones (204), construido también sobre la insurgencia de los sesenta que, al forzar la épica, incurre en la “impostura de presentar la lucha armada como ejemplo de heroicidades” (110). Disciplinas como la sociología, la antropología cultural y la psicología  social concurren para contextualizar hechos y políticas concretas, agotando responsablemente  la bibliografía disponible.

Subrayemos la intensidad del estilo cuartelario y el harto decisivo lenguaje militar  (147) que, amén de darle soporte a la agresividad y la violencia anegadas,  le conceden una identidad a los elencos del poder que administran exclusivamente todo ascenso social, generando una boliburguesía y toda una nomenklatura (231), aunque el autor debe actualizarnos con la aparición de un sector que se ha dado en llamar “pranes”, pues, al publicarse el libro, todavía no contaba con la actual y angustiosa visibilidad.

Está en lo cierto Perera al reiterar que Chávez Frías fue un “prestidigitador de la palabra” (118), colocando en la acera opuesta a una oposición que redescubrió la “ciudadanía con ánimo deportivo aeróbico, espíritu de boy scout y un remarcable voluntarismo cristiano” manifiesto en sus marchas y actividades relacionadas (206).  Acá queda pendiente una aproximación critica, porque igualmente – sostenemos – se dieron eventos significativos, aunque prontamente olvidados, como como los llamados “Petarazo” y “Catiazo”.

La obra en cuestión, amerita de una serena consideración de los que, dentro o fuera del poder, adivinan otra etapa política y quién sabe si histórica, con el madurato y la resuelta desaparición de matices.  Acentúemos, existen especialidades que aún pueden aportar y mucho, distintas a la simple encuestología.
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/5184250.asp

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