domingo, 29 de diciembre de 2013

CUADERNO DE BITÁCORA

Contraste que abulta respecto al pasado, es la libertad y la transparencia de la información. Digamos, no era completa una y otra, pero hubo el inevitable derecho al pataleo con el correspondiente costo político cuando el gobierno los desconocía. Por ejemplo, cualquier podía ir a una de las torres del Centro Simón Bolívar y obtener del ministerio correspondiente el informe semanal sobre la data petrolera. No era necesario apelar, como ahora, a las redes para que la OPEP y la Agencia Internacional de Energía (AIE), nos permitan deducir las cifras reales. Además, existía y se consolidó la obligación institucional del reporte ministerial, claro está, hasta que llegó Chávez Frías al poder. Y, por si fuese poco, en ese antes, los números pdían ser objeto de un intenso debate parlamentario cuando no de los medios de comunicación social y sus fuentes especializadas, las que captaban también las opiniones de los gremios sindicales y empresariales...

LB

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