miércoles, 18 de diciembre de 2013

CUADERNO DE BITÁCORA

Hay un instrumental de Estado para referirse a Bolívar, una tarea obligada de la agenda presidencial en cada significativo aniversario. Ayer, con la presencia de varios mandatarios del continente, se hizo mención. Y, en otro lado de la ciudad, con la rueda de prensa de La Movida Parlamentaria, hubo una distinta invocación, pues, estamos entregados a potencias extranjeras y, detrás del pretendido aumento de la gasolina, abulta demasiado.

Dos ideas nos marcan angustiosamente. Por una parte, la contrastante propuesta de aumentar la gasolina a finales de los ochenta del XX, que desató las iras y temores inflamadas también y con más ahínco, brindando otra perspectiva a la subversión improvisada,  desde la parcela política e ideológica que hoy gobierna. Por lo menos, hubo un propósito de rectificación, por entonces, sintetizado en el programa de ajuste y reforma estructural de la economía venezolana.

Por otra, en los días que corren, hay una enorme emboscada, pues, bajo la promesa del gas del bueno, sin temblarle el pulso a la hora de la represion inmediata que luego teatralizarán para victimizarse, ese aumento es para favorecer e intentar perpetuar el actual orden de cosas, con la complicidad de la dinastía de los Castro que, es así, nos gobierna. Luego, no hay un aumento, si es que se produce y no es un globo de ensayo parecido al último  apagón caraqueño, es para sustentar la cleptocracia, sin el contexto de una voluntad y un proyecto de rectificación y rebrujulamiento.

Así arribamos a otro aniversario de la muerte de Bolívar, en una república que lleva su nombre y que, por cierto, luce pertinente recordar: "Identificar oficialmente a la república con el nombre de Libertador significa la creación de una clarificación errónea, falaz y perjudicial de los hechos sucedidos dentro  de nuestros contornos desde el Descubrimiento, por lo menos", afirmó Elías Pino Iturrieta ("El divino Bolívar", Catarata, Madrid,2003: 234).

Una ilustración, es de Ugo en tiempos de un exaltado bicentenario (El Diario de Caracas,  20/07/1983). Y, la otra, pertenece a Eneko, retratando aquellos tempestuosos tiempos (Economía Hoy, Caracas, 26/05/1990).

LB

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