sábado, 12 de octubre de 2013

TELÉGRAFOS DE VENEZUELA

El golpe revolucionario de Octubre
Marcos Fuenmayor Contreras

Me negué a entrecomillar en el título el adjetivo revolucionario, como suelen hacerlo mis amigos de la "izquierda tradicional", porqué Rómulo Betancourt no le tuvo miedo al término ni en los agitados años cuarenta (cuando llamó al Ejecutivo colegiado Junta Revolucionaria) ni en los inestables sesenta (cuando agrupó sus discursos presidenciales bajo la denominación La Revolución Democrática en Venezuela). Un síntoma grave del retroceso político experimentado por un amplio sector de la sociedad venezolana durante los años transcurridos del presente siglo lo constituye el temor y el rechazo a las transformaciones sociales, manifestado semánticamente en su aversión a términos como "revolución" y "socialismo".

Para 1945 el debate político e ideológico, tanto universal como continental y nacional, consistía en demostrar ante terceros quien avanzaba mas rápida y eficientemente en la ruta de la democratización y el progreso social. Hasta los regímenes mas retrógrados adornaron su discurso con el leguaje de las Naciones Unidas, pués la derrota del fascismo colocó a la defensiva incluso a los conservadores mas moderados. La guerra fria vino después, pero aún caliente el entusiasmo de la victoria, un sector "lúcido" del capital estadounidense comprendió la necesidad de recomponer su relación con América Latina, su periferia mas cercana, mediante una alianza con los sectores nacional-revolucionarios que garantizara el cumplimiento del "reparto del mundo" acordado en Yalta y evitara que sectores radicales canalizaran el clima de opinión generado por el triunfo de los Aliados.

En Venezuela se observa, a posteriori, una extrordinaria sincronización entre el acontecer nacional y los sucesos mundiales. Medina Angarita es la Segunda Guerra Mundial, el trienio adeco es la inmediata postguerra, y la dictadura militar la guerra fria. El objeto de las fuerzas motrices que impulsaron la Revolución de Octubre no fue otro que el de impedir el desarrollo del proceso de luchas por la independencia nacional estimulado por las victoriosas acciones de las fuerzas democráticas a escala mundial.

El sometimiento extraordinario de la economía venezolana al capital extranjero y su dependencia absoluta de las importaciones para su abastecimiento mas elemental, dada su condición de productor exclusivo de combustible fósil, han sido (y siguen siendo) las causas determinantes del desarrollo de los sucesos políticos en nuestro país. Para el final de la Segunda Guerra Mundial tres grandes consorcios petroleros se disputaban la supremacía en Venezuela: la Exxon, la Shell y la Gulf, que suministraron casi todo el petróleo que requirieron los campos de batalla de Europa. En 1943 el gobierno de Medina, aprovechando la coyuntura de la guerra, exigió y obtuvo una revisión de las concesiones petroleras otorgadas por Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez. Las empresas pagaron más al Estado a cambio de una prórroga por cuarenta años en los contratos. La Shell y los productores independientes norteamericanos quedaron satisfechos, no así la Exxon (subsidiaria de la Standard Oil) que controlaba el 55 por ciento de la producción nacional y defendió la inviolavilidad de los contratos originarios, pero no obtuvo el apoyo de la administración Roosevelt.

Con las transformaciones operadas en Venezuela a partir del 18 de octubre de 1945, ya con a Truman en la presidencia de USA, la Standard recuperó su influencia y aceleró el aumento de sus inversiones, así como, un crecimiento simultáneo de la producción y exportación de petróleo. Es evidente el vínculo entre ambos fenómenos, muy seguros debieron haberse sentido los inversionistas para acometer tal expansión.

Sin embargo, el nuevo período se caracteriza por la ampliación de los derechos políticos, económicos y sociales de la población. La Constitución de 1947 universalizó los derechos electorales y enumeró al detalle las garantías en materia de libertades públicas, reivindicaciones laborales, y condiciones sociales en general. A cambio suprimió la inmunidad de jurisdicción del Estado venezolano que se conservaba vigente con rango constitucional desde 1891.

"Un nuevo estilo populachero de gobierno se inicia, producto de la clásica demagogia de la pequeña burguesía. Se deterioran las jerarquías existentes en la República. Desaparece el respeto mutuo entre los venezolanos. Se rompen las viejas normas que regían las relaciones entre las clases sociales y una insubordinación empieza a brotar de lo mas profundo de la entraña de Venezuela. No era tal cosa, sin embargo, producto de una verdadera revolución popular, sino el fruto de la demagogia desatada desde el poder"1 Verdad que parece historia reciente...

(1) FUENMAYOR, Juan Bautista. Historia de la Venezuela Política Contemporánea (1899-1969). tomo V, pág. 441. Caracas, 1979.

http://opinionynoticias.com/opinionnacional/16997-el-golpe-revolucionario-de-octubre

Fotografías: Por una parte, la primera plana de Últimas Noticias, Caracas, 22/10/45. Por otra, una escena de la violencia octubrista,  Élite, Caracas, nr. 1966 del 01/06/66. Y, finalmente, el Presidente Medina Angarita junto al ministro del Trabajo y Comunicaciones, Julio Diez, al refrendar el decreto reglamentario del Seguro Social en Venezuela,

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