lunes, 9 de septiembre de 2013

EN TRÁNSITO

NOTITARDE, Valencia, 8 de septiembre de 2013
Caminando con Cristo
Condiciones para seguir a Jesús (Lc.14, 25-33)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

El evangelio de este domingo nos presenta a Jesús camino hacia Jerusalén donde le espera su pasión, muerte y resurrección. En ese caminar le seguía mucha gente y era lógico por lo que la gente iba viendo de aquel hombre que hacía milagros y cosas inimaginables delante de sus ojos. Habían muchos que lo buscaban por interés y por eso Jesús aclara bien lo que significa ser discípulo suyo; es decir, quien quiera seguirlo de verdad y tenerlo como único Maestro, debe aceptar las exigencias o las condiciones que impone el discipulado. Por tanto, seguir a Cristo tiene sus implicaciones radicales, toca lo más profundo del ser humano, toca sus afectos y a partir de ese seguimiento y sus demandas el cristiano debe aprender a establecer sus prioridades. ¿Cuáles son las exigencias que pone Jesús para seguirle con sinceridad? Dice que quien no pospone a sus familiares, en el texto hebreo la cita textual es "odia", que se traduce por amar menos, ya que Jesús no pide odio, sino amar menos y colocar el primer amor en Él y ¿por qué lo hace? Porque no es un simple hombre en medio de aquella multitud; es Dios encarnado, el Emmanuel y como dice el primer mandamiento, hay que amar a Dios con toda la mente, con toda el alma, con todo el ser, con todo el corazón. Además, El Padre Dios nos ama siempre y nos amó de primero. Por el vivimos, nos movemos y existimos. Debemos retribuirle el amor que siempre nos manifiesta y que de manera perfecta nos ha manifestado en Cristo. Quien no ame a Cristo más que a sus propios seres queridos, no puede ser discípulo suyo. Quien no le da espacio a Dios en su vida, quien no tiene un tiempo para acercarse a la Santa Misa, para hacer una buena confesión, para leer en actitud de oración la Sagrada Escritura, para servir a los más pobres, para trabajar por la Iglesia o colaborar con sus buenas obras, no puede considerarse discípulo de Jesús. Quien piensa que ser cristiano es un simple ritualismo y no vivir cada día como un buen cristiano y darle tiempo a Dios en su diario vivir y valora otras cosas más que a Dios, no puede ser discípulo de Cristo. Otra exigencia que pone Jesús aparte del amor primero y fundamental para Dios, es tomar la cruz de cada día y seguirle con alegría. Porque no se puede ser cristiano sin pasar primero por la pasión; es decir, no solo asumir los momentos de gloria, de alegría y felicidad que se nos presentan en la vida, sino que con la misma disponibilidad y con profundidad de fe debemos aceptar los momentos adversos de nuestra existencia; saber que son una oportunidad para madurar nuestro seguimiento de Cristo y para recordar que nuestra fuerza y refugio está en Dios. No es buscar el dolor por el dolor, sino que cuando llegan las vicisitudes del camino, saber sobreponernos y pedir fuerzas y aprender de Aquél que antes que nosotros llevó la cruz, sufrió el dolor y la muerte para liberarnos de nuestros pecados.
Una última exigencia que pone Jesús a sus discípulos, en medio de la parábola que dirige a sus oyentes, es el desapego de los bienes materiales y esto va en sintonía con el primer mandamiento. Nuestro corazón no debe estar apegado a las cosas de este mundo, sino centrado en Dios. Como lo dijo Él mismo en una oportunidad: "Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón" y no debemos acumular riquezas para esta vida, sino para la vida que no termina y que paradójicamente es en la que menos invierte mucha gente o la mayoría de las personas, pensando que solo esta vida importa y nada más. Hay que invertir en el amor que no pasa nunca, es eterno.
El evangelio de este domingo, es por tanto, una clara invitación a una opción personal por Cristo; hay que decidirse a seguirle, amarle de todo corazón y así todos los cristianos unidos y cada cristiano en particular debe testimoniar ante el mundo que Dios debe ser amado y buscado sobre todas las cosas, preferido por encima de cualquier persona y honrado siempre y en toda circunstancia. No es que dejemos de amar a nuestros seres queridos, no es que dejemos de utilizar las cosas de este mundo, no es que pensemos que ser cristiano no es un llamado a la felicidad plena; pero esa felicidad es plena cuando se pone a Dios de primero, pide renunciar a las cosas efímeras y pasajeras de éste mundo.
IDA Y RETORNO: El Santo Padre ha tenido a bien elegir como nuevo Secretario de Estado del Vaticano a Mons. Pietro Parolín, hasta ahora Nuncio Apostólico en Venezuela. Para los cristianos católicos y los venezolanos en general no debe pasar desapercibido este hecho que como Iglesia y sociedad nos toca presenciar. Deseamos a Mons. Parolín éxito en la delicada labor que Cristo y la Iglesia le confían y como él mismo ha pedido, oramos para que su labor siempre sea guiada por el Espíritu Santo y junto al Santo Padre pueda orientar las respuestas, tareas y la presencia de la Iglesia en el mundo, para que el mensaje de Cristo siga siendo predicado.

Cfr.http://elimpulso.com/articulo/todo-nada#
Reproducción: LB, Magdalena Suárez, "Cristo". Élite, Caracas, nr. 1980 del 07/09/1963.

No hay comentarios:

Publicar un comentario