martes, 10 de septiembre de 2013

40 INEVITABLES (1)

Gobierno de Allende
Julio César Moreno

En el año 1971, al lado del complejo clima político comienza a ocurrir en Chile la escasez de los artículos básicos de consumo, fenómeno que el gobierno atribuye al sabotaje de industriales y comerciantes. Para afrontar la grave situación y sus efectos económicos y sociales, el gobierno crea las Juntas de Abastecimiento y Precios (JAP).  Por este medio se trata de  implementar la participación de la población en la distribución de estos bienes, incorporando en los programas de abastecimiento a los centros culturales, centros de madres, centros deportivos y juntas de vecinos. A través de las JAP, se intenta combatir la especulación mediante tarjetas de aprovisionamiento, las cuales comienzan a negociarse ilegalmente, desarrollándose a pesar de la voluntad de las autoridades, un mercado negro que genera graves tensiones en los sectores populares.
A finales de Julio de 1971, el Partido Demócrata Cristiano, estremecido por graves contradicciones ideológicas y políticas, realiza una reunión del Consejo Plenario Nacional, con el fin de dirimir graves tensiones políticas internas. El dirigente Bosco Parra lidera una corriente que auspicia el acuerdo de la DC con el gobierno de Allende,  y pide que se prohíba cualquier acercamiento del PDC con la derecha. Al ser derrotada esta tesis, el sector radical renuncia al partido, y crea la “Izquierda Cristiana”, que se integrará luego a la Unidad Popular. El ex candidato presidencial Radomiro Tómic, a raíz de estos hechos, condena duramente a la UP, y afirma que este sector practica el sectarismo y niega la unidad efectiva del pueblo.
Fidel Castro llega a Chile el 10 noviembre de 1971, en una visita oficial que se prolonga hasta el día 4 de diciembre. Recorre poblaciones, fábricas, centros de estudio, y realiza manifestaciones populares, en las que promociona el modelo revolucionario cubano, y expresa su solidaridad con el régimen de la Unidad Popular. En una audiencia concedida por el Cardenal Raúl Silva Henríquez recibe de éste una Biblia. A la salida de la reunión  Fidel se pronuncia “por la unidad de socialistas y cristianos”.
Al pronunciar su discurso de despedida el 2 de diciembre en el Estadio Nacional de Santiago, Castro hace una audaz afirmación que al correr del tiempo encontrará un dramático sentido: "Hay algo que nos impresionó hoy muy profundamente.  Fueron las palabras del Presidente cuando reafirmó la voluntad de defender la causa del pueblo y la voluntad del pueblo, en especial cuando pronunció esta épica frase: que era presidente por la voluntad del pueblo y que su deber lo cumpliría hasta el día que completara su mandato. 0 lo sacarían muerto del Palacio Presidencial… Y quienes lo conocemos sabemos que el Presidente no es hombre de frases, que es un hombre de hechos. Quienes conocemos su carácter sabemos que así es.  Y cuando se cuenta con ese sentido de la realidad, cuando el pueblo sabe que puede confiar en el hombre que ahí lo representa y que de tal manera pronuncia en esa lacónica frase su decisión de resistir los intentos del enemigo exterior, en complicidad con los reaccionarios interiores, cuando el pueblo puede contar con eso y cuando los enemigos saben eso, ya eso constituye una seguridad, una confianza, una bandera....Y nosotros, como latinoamericanos felicitamos de corazón al Presidente por esa valerosa y digna afirmación". 
A finales de 1971, el clima de enfrentamientos se acrecienta, provocando numerosos conflictos en los cuales el gobierno y la oposición movilizan a sus cuadros militantes en acciones de calle.  La situación económica se deteriora y la escasez de los productos básicos estimula la protesta popular promovida por los sectores adversos al régimen.
El primero de diciembre, encontrándose aun Fidel Castro en territorio chileno, se realiza una marcha de miles de mujeres que desfilan por las calles de Santiago portando cacerolas vacías como símbolo del desabastecimiento y el alto costo de la vida. Se producen violentos enfrentamientos entre los manifestantes y brigadas de la Unidad Popular. La participación de los activistas de la UP, quienes enfrentan violentamente a la oposición, y la acción represiva de las fuerzas de carabineros deja como saldo numerosos heridos. La reacción gubernamental es considerada por los organizadores del evento como un acto de sabotaje propiciado desde la cúpula del poder. Las manifestaciones se extienden durante las horas de la noche a los barrios de la capital, en los cuales se escucha el sonar de las cacerolas vacías, que a partir de entonces se convierten en icono sonoro de la protesta ciudadana.
El gobierno responde a las acusaciones de la oposición, y afirma que la manifestación es un acto sedicioso, que agredieron a miembros de la UP, que se dañaron edificios gubernamentales, incluyendo la residencia del Presidente Allende, y que  por esta razón se había actuado en resguardo del orden. El Ejecutivo cierra emisoras de radio y cancela permisos  para nuevos actos públicos. El Presidente Allende designa al General Augusto Pinochet como encargado de ejecutar las medidas destinadas a reprimir los brotes de violencia. Este asume, por decreto gubernamental y en su condición de Jefe Militar de la Guarnición de Santiago, la jefatura de la Zona de Emergencia en la capital de la República. El bando expedido por Pinochet, prohíbe las manifestaciones, establece la censura de prensa,  señala que la infracción de estas medidas tendrá como sanción  la clausura del medio y la denuncia ante los tribunales. El General se reserva la exclusividad de las informaciones a la prensa, e igualmente  el control del tránsito de personas en la ciudad.
El año 71 finaliza en medio del lenguaje hostil y  el enfrentamiento que conducirá de manera irreversible hacia mayores y más graves conflictos. Por su parte, elementos extremos vinculados a la derecha política actúan en movimientos radicales que trabajan abiertamente por el derrocamiento del régimen y realizan acciones terrorista como respuesta a los grupos extremistas de izquierda. El más importante de estos sectores es "Patria y Libertad".
LA PRESENCIA MILITAR EN EL GABINETE. SUS GRAVES CONSECUENCIAS
El año 1973 se inicia en el marco de lo que será la confrontación definitiva entre los dos polos que dividen radicalmente a Chile. La presencia de las Fuerzas Armadas en el nuevo Gabinete designado por Allende a finales del año 1972, ha puesto en evidencia la fragilidad del liderazgo civil. El paro del transporte ha demostrado la capacidad de la oposición para colocar en jaque a la actividad económica. Los gremios patronales conscientes de su poder, han asumido de manera militante el enfrentamiento político. La democracia cristiana y la derecha, colocan a un lado sus tradicionales diferencias y conforman un bloque que compacta a las clases alta y media, a sectores juveniles, a gremios profesionales, así como a sectores de trabajadores y campesinos que en las zonas populares enfrentan a la Unidad Popular. Huelgas, manifestaciones y hechos de violencia, profundizan una situación conflictiva, frente a la cual los militares asumen progresivamente el papel de árbitros de la pugna civil. Por decisión de Allende, el General Augusto Pinochet había intervenido como Jefe Militar de la zona de emergencia en Santiago, a raíz de la realización de la violenta “marcha de las cacerolas” imponiendo el orden en la capital. También por decisión de Allende, al realizarse la huelga del transporte durante el mes de octubre de 1972, el Almirante José Toribio Merino, en su condición de Comandante de la Marina en Valparaíso, desempeña el mismo papel represivo. Merino y Pinochet serán en septiembre del 73 figuras centrales y protagónicas en la realización del golpe militar.
En la "Nueva Historia de Chile," publicada por el Instituto de Historia de la Universidad Católica de Santiago en 1992, al analizar el proceso de incorporación de los militares al gobierno de la UP, se señala que la participación castrense en la actividad política significó un elemento decisivo en el quiebre  de la democracia: “Los militares chilenos habían estado ausentes de la política desde 1932.  Desde ese año, cuando dejaron el gobierno en medio de un gran desprestigio, habían permanecido dedicados a sus labores propias. Tenían una buena capacidad profesional a pesar de los menguados presupuestos de Defensa, que tendieron a disminuir en los gobiernos de Jorge Alessandri y Eduardo Frei. Aunque en general las Fuerzas Armadas tenían arraigo popular, fundado en la leyenda militar de guerras victoriosas alimentadas por libros, como la novela "Adiós al Séptimo de Línea" aparecido en la década de los sesenta , eran de hecho un sector aislado de la sociedad chilena”.
En este análisis de la Universidad Católica, destaca como aspecto significativo la formación de las Fuerzas Armadas fundamentada en valores nacionalistas y anticomunistas, y en ideas fuertemente conservadores adquiridas por casi todo los oficiales del Ejército y la Fuerza Aérea en centros de entrenamiento norteamericanos ubicados en Estados Unidos y Panamá. Al describir “la estructura y el poder militar de las Fuerzas Armadas Chilenas en 1973 el estudio realizado indica que a pesar de contar por lo general con equipos anticuados, este material era importantes ya que “el Ejército conservaba el esquema prusiano de cobertura territorial, es decir su distribución en el territorio nacional, inclusive en ciudades alejadas de la frontera como Valparaíso”.
El Ejército para ese entonces contaba con 32 mil soldados, la Armada con 18 mil efectivos, incluyendo  las fuerzas de Infantería, la Fuerza Aérea 10 mil y Carabineros 30 mil. Unos 90 mil efectivos bien entrenados, “cifra que muestra evidentemente a las claras, que de no dividirse, podían acabar fácilmente con los pequeños grupos de paramilitares  políticos”.
“A pesar de la reconocida tendencia antimarxista de las Fuerzas Armadas, Allende trató de ganárselos desde los inicios de su gobierno aumentando sueldos y destinando mayor presupuesto para equipamiento.  En contraste la mayor parte de los dirigentes de la U.P. se mostraron desconfiados de aquellos”, dice el estudio realizado por la Pontificia Universidad. Y agrega que, “aunque contaban con peso político y capacidad coercitiva, la incorporación de los militares al gobierno no detuvo el proceso de deterioro de éste. La izquierda radicalizada, continuó empujando “hacia la toma del poder total" sin darse cuenta, que cuando se apela a la violencia, finalmente se imponen quienes son capaces de ejercerla en mayor grado, y ese papel en Chile lo desempeñaban las Fuerzas Armadas. Es posible que en su ignorancia e ingenuidad acerca de la mentalidad y organización de aquellas, e intoxicadas por las utopías y el auto convencimiento, algunos de los dirigentes de la UP creyeran que ellas podían se derrotadas o divididas, lo que resultó uno de los errores mayores en la historia de Chile”.
La designación del General Carlos Prats como Ministro del Interior, es una medida inevitable y necesaria para Allende, vista su escasa capacidad de maniobra, en un momento en el cual el choque entre civiles tenía características irreversibles. El prestigioso oficial, era un militar de profunda vocación y formación civilista. Comparte  duras tareas con el General Schneider cuando éste ejerce la Comandancia del Ejército, en los difíciles últimos meses del gobierno de Eduardo Frei Montalva. Profesaba Prats con verdadera convicción la llamada "Doctrina Schneider," según la cual las Fuerzas Armadas de Chile eran obedientes al mandato de la Constitución y a los gobiernos electos democráticamente. Desaparecido su antecesor, Prats se convierte en la más respetada figura militar capaz de otorgar un margen de confianza ciudadana, en la difícil coyuntura que vivía la democracia chilena. A pesar de ello, la radicalización política terminará desplazándole del poder. Y a los pocos días de su retiro ocurrirá el golpe de estado que pondrá fin al sistema democrático, para dar paso a la dictadura de la Junta Militar de Gobierno.
LA ESCUELA NACIONAL UNIFICADA. ELECCIONES PARLAMENTARÍAS. DIVERGENCIAS EN LA UNIDAD POPULAR.
Los temas de conflicto político y social continúan ocurriendo en 1973, motivados por una carga ideológica a la cual se aferran de manera irrenunciable las distintas corrientes del gobierno y la oposición.
El Ministro de Educación Jorge Tapia, al iniciarse el año escolar anuncia la intención del gobierno de establecer la reforma educativa, implementando un proyecto de Escuela Unificada, “sin imposiciones doctrinarias”, que será “una fuente permanente de liberación"   y que   "permite al pueblo hacer realidad una sociedad de participación”.    La reforma educativa era concebida, de acuerdo a los enunciados del proyecto, como: “Un sistema Nacional para la Educación Permanente, en una Sociedad de Transición al Socialismo”. La Iglesia católica a través del Cardenal Raúl Silva Henríquez, señala que el proyecto debe postergarse, hasta tanto se produzca una amplia discusión.  Expresa el Cardenal que la reforma “no contempla los valores humanos y cristianos que forman parte del patrimonio espiritual de Chile”  La Democracia Cristiana a través de Patricio Aylwin, rechaza la propuesta y señala que ella forma parte de un proyecto ideológico de la UP.
El fenómeno de la escasez de los productos básicos se hace cada vez más grave, estimulando el mercado negro y el acaparamiento.  El gobierno actúa a través de las Juntas de Abastecimientos y Precios (JAP), intentando combatir este problema, y crea la Secretaría Nacional de Distribución y Comercialización, recibiendo una vez más el auxilio de las Fuerzas Armadas, al designar en el nuevo organismo al general  de la aviación Alberto Bachelet Martínez.
La Unidad Popular denuncia la existencia de una política de sabotaje al abastecimiento por parte del comercio.  La oposición acusa al gobierno de manejar políticamente a las JAP, y de realizar allanamientos y requisiciones arbitrarias. En medio del debate que sacude al país, se ponen en evidencia importantes discrepancias entre los principales partidos de la Unidad Popular. El Ministro de Economía Orlando Millas, militante del Partido Comunista, propone un proyecto que aborda nuevamente el tema de la delimitación de las áreas de la economía, a través de una ley que se sometería a la consideración del Congreso. En este proyecto legislativo se plantea la posibilidad de devolver a sus propietarios, algunas empresas expropiadas por el Estado.  La iniciativa del Ministro comunista es rechazada por la dirección del Partido Socialista. El Secretario General de esa organización  Carlos Altamirano, crítica públicamente el proyecto del Ministro Millas y señala que ninguna empresa debe ser devuelta a sus antiguos dueños, afirma que “es un derecho del pueblo criticar los errores del gobierno”, y que “desde las bases socialistas ha surgido la consigna de “Avanzar sin Tranzar” .
El Secretario General del Partido Comunista Luis Corvalán, responde a los socialistas mediante carta pública, invitándoles a evitar confrontaciones que dañen la imagen del Presidente y del gobierno de la Unidad Popular. Afirma la comunicación de Corvalán, que la consigna de los comunistas es "Avanzar y no retroceder, en los cambios, bajo la dirección del gobierno actual.".El dirigente comunista, cuestiona frontalmente la actitud asumida por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), acusándoles de pretender crear un poder popular al margen del gobierno del Presidente Allende.
En el mes de Marzo se realizan elecciones parlamentarias.  La Democracia Cristiana conforma una alianza electoral con los grupos de derecha para enfrentar a la Unidad Popular. La oposición intenta ganar los dos tercios del nuevo Congreso, para lograr el cambio de gobierno. Por su parte UP trata de impedir que esto ocurra, buscando sobrepasar el 40% de los votos. En esta elección, la oposición obtiene el 57% de los sufragios, y el gobierno el 43%.  El resultado electoral, permite al gobierno continuar vetando las leyes que emanan del Congreso, mientras la oposición se ve incapacitada de lograr la remoción presidencial por la vía legislativa.
El ex Presidente Frei Montalba, refuerza su liderazgo político al resultar electo Senador por Santiago. Las manifestaciones públicas, tanto de la Unidad Popular como de la oposición continúan realizándose en todo el país. La violencia política se intensifica, participando en estos actos los grupos radicales de la izquierda, cada vez mas diferenciados de las políticas de Allende, a las cuales critican por mantenerse dentro del orden burgués. Por su parte la extrema derecha a través del grupo Patria y Libertad realiza acciones terroristas y atentados, destinados a producir la desestabilización del régimen.
El choque institucional entre los Poderes Públicos se agudiza de manera cada vez más evidente, al señalar la Corte Suprema de Justicia que el gobierno viola la Constitución, cuando impide a las fuerzas de carabineros ejecutar las órdenes emanadas de los tribunales destinadas al desalojo de fábricas y predios agrícolas ilegalmente invadidos. El día 8 de junio, el Presidente de la Corte Suprema envía una comunicación a la Cámara de Diputados dando cuenta de aquellos procedimientos intentados por los jueces y que han sido desacatados por la fuerza pública. El 10 de Junio, la oposición logra finalmente la aprobación en el Congreso de la reforma constitucional que delimita las áreas de la economía. Esta iniciativa parlamentaria, persigue entre otros objetivos impedir la expropiación de los predios agrícolas inferiores a 40 hectáreas, y otorga la propiedad de la casa y el huerto a aquellos campesinos que laboran en el área reformada. En el transcurso de un acalorado debate, en el que los parlamentarios oficialista y los de la oposición se intercambian fuertes acusaciones, la oposición acusa al gobierno de distorsionar la reforma agraria, negando a los campesinos el derecho a la propiedad sobre las tierras en las que laboran, para convertirlos en asalariados del Estado-Patrón.
 Al producirse la votación,  los parlamentarios de izquierda se retiran de la sesión en señal de protesta y ratifican su decisión de rechazar nuevamente esta medida a la que califican de inconstitucional por no contar para su aprobación con los dos tercios de los congresistas, denuncian que la democracia cristiana y la derecha transitan el camino de la sedición seudo-legal, y acusan al Parlamento, a la Contraloría y a la Corte Suprema de ser “trincheras derechistas” al servicio de la subversión.
Una concentración de obreros del cobre que se han declarado en  huelga en Rancagua, en la mina de El Teniente, parte hacia Santiago, con el fin de denunciar las políticas de Allende y la Unidad Popular. La protesta obrera, obtiene el respaldo de otros sectores laborales vinculados a la actividad minera. Los trabajadores de las minas de Chuquicamata decretan un paro de solidaridad por 48 horas. En el transcurso de la marcha de los trabajadores de El Teniente hacia la capital de la república, se producen violentos enfrentamientos con las  fuerzas de carabineros. Los mineros logran llegar el 16 de junio, al centro de Santiago, refugiándose en la Universidad Católica donde reciben el respaldo de la dirigencia estudiantil. En las inmediaciones del recinto universitario, ocurren choques entre los grupos de la Unidad Popular y de la oposición. El Partido Comunista y el Partido Socialista, califican al movimiento huelguista como artificial y sedicioso, y solicitan al gobierno una actitud enérgica, ante quienes, a su juicio, buscan el estallido de la guerra civil. La huelga de los mineros se prolonga durante 74 días.
El 16 de Junio, el Partido Nacional declara formalmente que:"Allende ha dejado de ser Presidente Constitucional de Chile”.  Señala un comunicado emitido por esa dirección partidista que, "a la luz de la moral y el derecho nadie está obligado a obedecer a un gobierno que no es legítimo" y exhortan al parlamento a considerar la ilegitimidad del régimen de la Unidad Popular. 
El Partido Comunista y el Partido Socialista denuncian atentados y ataques en contra de sus sedes. El día 27 de junio un sorpresivo incidente, en el cual resulta involucrado el General Carlos Prats viene a derivar en un delicado acontecimiento que contribuye a elevar aún más el ya deteriorado ambiente político del país. Los hechos se inician cuando el Comandante en Jefe del Ejército, al trasladarse en su automóvil por una concurrida avenida de la capital, es increpado por una dama que le  cuestiona de manera irrespetuosa su apoyo al gobierno de Allende. Lo que pudiera haber sido un altercado de poca monta, se convierte rápidamente en un tumulto de gran magnitud en el que participan activamente numerosos transeúntes que  manifiestan con vehemencia su solidaridad con la protestataria dama, y obligan a Prats a abandonar el coche oficial. Ante el acoso al cual es sometido Prats dispara su arma de reglamento, y logra escapar del violento asedio gracias al auxilio de un taxista que transitaba por el lugar.
Como consecuencia de estos hechos, estallan actos de violencia que obligan al gobierno a decretar el Estado de Emergencia en la capital de la República.

LA HUELGA DEL TRANSPORTE. GABINETE CIVICO MILITAR.  ALLENDE Y LA SIP
“EL COBRE  ROJO”. “EL MINUTO DE CHILE". GIRA PRESIDENCIAL
Durante el mes de octubre de 1972, se producen graves enfrentamientos entre el gobierno chileno y los gremios de transporte al anunciar el Ejecutivo su decisión de intervenir este sector mediante la creación de empresas mixtas con la participación del Estado. Los transportistas se declaran en huelga el día 10, paralizando sus actividades cerca de doce mil dueños de camiones. El gobierno declara el estado de emergencia en las zonas más afectadas por el movimiento y coloca a estas regiones bajo control de los jefes militares. El mismo día 10, la Confederación Democrática, en la cual se habían organizado todos los partidos de oposición, realiza en Santiago una concentración de protesta contra las políticas oficiales solicitando abiertamente la renuncia del gobierno.
Ante la grave situación política planteada por el paro de transportistas, el ex presidente Eduardo Frei pronuncia una alocución pública a través de la radio y televisión en la que afirma que su partido es contrario al derrocamiento del gobierno, y plantea nuevamente como alternativa a la crisis política la convocatoria a un plebiscito. El conflicto llega a su fin al ser designado el 2 de noviembre el General Carlos Prats Ministro de Relaciones Interiores, y los comandantes de la Armada y la Aviación, ministros de Obras Públicas y de Minería respectivamente. Luego de la designación del nuevo Ministro del Interior, el gremio de transportistas decide poner fin a la huelga que se había prolongado durante tres semanas, manifestando de esta manera la dirigencia patronal su confianza en los nuevos funcionarios militares.
En la segunda semana del mes de octubre, con motivo de la realización  en Santiago de la reunión anual de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el Presidente Allende recibe en su residencia de la calle Tomás Moro a los directivos de esa asociación empresarial Arturo Uslar Pietri, Rodrigo Madrigal, Julio Mezquita, y Andrés Heiskel, representantes de Venezuela, Colombia, Brasil y Estados Unidos respectivamente. De acuerdo con la información reseñada el día 13 por el diario El Nacional de Caracas, Allende manifestó en el diálogo sostenido con los editores, su voluntad de no utilizar la fuerza para implantar los cambios revolucionarios, y su compromiso de entregar el poder a quien resulte electo en el próximo período constitucional “aunque sea un opositor”. Y al definir la naturaleza del régimen que preside dice que a pesar de no negar su condición de Presidente Socialista Marxista, su gobierno no lo es, aun cuando “el programa de la Unidad Popular es de preparación para el socialismo”.  
En torno a las amenazas que se ciernen sobre el régimen de la Unidad Popular, el diario francés Le Monde publica el día 12, un editorial titulado: "Derrocar a Allende mediante la estrangulación económica", en el cual se comenta en relación al embargo al cobre chileno ejecutado por un tribunal francés, en base a una demanda introducida por la transnacional norteamericana Kenecot, antigua concesionario de las Minas de El Teniente. El artículo señala que “estas medidas en contra del “cobre rojo de Chile”, pueden contribuir de una manera importante a la operación de estrangulación de la economía chilena, en acuerdo tácito con los Estados Unidos".
             En una conferencia pronunciada el 18 de octubre, en la Logia Masónica, de la cual forma parte, el Presidente Allende califica la situación del país como "El Minuto de Chile".  Hace referencia al suicidio del Presidente Balmaceda, y cita palabras del Presidente Aguirre Cerda, haciéndolas suyas: "Yo digo lo mismo que él expresó en 1939, cuando afirmó que "sólo saldría de La Moneda en un pijama de madera".
El primero de diciembre,  el Presidente Allende parte al exterior en una gira que cubrirá durante dos semanas Perú, Méjico, Naciones Unidas, Argelia, Marruecos, la Unión Soviética, Cuba y Venezuela. Como encargado del Poder Ejecutivo es designado el Ministro de Relaciones Interiores, general Carlos Prats.
El día 4 el Primer Mandatario chileno pronuncia un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en el que ratifica los postulados que inspiran su proyecto revolucionario de gobierno. Ante los delegados del Foro Mundial señala: “En reemplazo del viejo modelo surge una nueva estructura dirigida por los trabajadores que, puesta al servicio de los intereses de la mayoría, está sentando las bases de un crecimiento que implica desarrollo auténtico, que involucra a todos los habitantes y no margina a vastos sectores de ciudadanos a la miseria y la relegación social". Allende denuncia igualmente, las amenazas que sufre el gobierno de la U P, y los intentos subversivos motorizados por el imperialismo y las empresas transnacionales. Acusa a la ITT, de "pretender provocar en mi Patria una guerra civil.” Afirma que “la agresión de las grandes empresas capitalistas representa un ataque directo a los intereses de los trabajadores", y asegura que "Chile no está sólo, no ha podido ser aislado, ni de América Latina ni del resto del mundo, por el contrario, ha recibido infinitas muestras de solidaridad y de apoyo".
El 6 de diciembre es recibido en Moscú por las autoridades del gobierno y del Partido Comunista de la Unión Soviética. El Presidente Nikolai Podgormy, el Secretario General del Partido Comunista Soviético, Leonid Brezhnev y el Primer Ministro Alexey Kosygin, manifiestan su respaldo al gobierno socialista chileno. Podgorny define el ensayo de la Unidad Popular, como “un proceso de renovación revolucionaria, que cuenta con el respaldo de las fuerzas progresistas contemporáneas”.  El día 13, al concluir  su visita a Cuba, en la Plaza de la Revolución, Allende proclama su solidaridad con Cuba, y recuerda, “con orgullo”, su amistad con Ernesto Che Guevara a quien califica como “un líder que entregó su vida por la emancipación de los pueblos latinoamericanos”. El día 14, en escala de retorno a Chile, sostiene una breve entrevista con el Presidente venezolano Rafael Caldera, en el aeropuerto internacional de Maiquetía. Ambos gobernantes, suscriben una declaración en la cual “reafirman su fe en el destino independiente de América Latina, y en su capacidad para contribuir eficazmente mediante una acción mancomunada a la paz mundial y al progreso de la humanidad”.

Fotografía: Imagen de fecha 1971 que muestra el general Augusto Pinochet (I), entonces jefe del Ejército de Chile, saludando al líder cubano Fidel Castro (D) en una visita de Castro a Chile durante la presidencia del presidente socialista Salvador Allende.

http://opinionynoticias.com/internacionales/16606-el-gobierno-de-allende

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