domingo, 21 de julio de 2013

COMPLEMENTARIAS

NOTITARDE, Valencia, 21 de julio de 2013
Caminando con Cristo
Marta y María: oración y trabajo (Lc.10, 38-42)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

El texto del evangelio que se nos propone hoy para nuestra reflexión y meditación, nos presenta a Jesús llegando a la casa de Marta y María; las dos fueron hospitalarias al recibir a Jesús con amor y amabilidad en su casa, pero Marta estaba afanada con los quehaceres de la casa y atendiendo a Jesús y María, también atendiendo al Maestro, pero a sus pies sentada escuchando sus palabras. Estas dos mujeres, amigas del Señor y hermanas de Lázaro, representan, significan o simbolizan lo que un cristiano necesita tener en equilibrio en su vida: La oración que es un diálogo amistoso, confiado del creyente con Dios, donde éste escucha a Dios que le habla en el silencio y en lo más íntimo de su ser y donde el cristiano le expresa a Dios sus necesidades, proyectos, angustias, miedos, esperanzas, alegrías, tristezas, agradecimiento, perdón; sabiendo que con quien dialoga es el Dios amor que siempre está dispuesto a escucharlo y ayudarlo en sus necesidades espirituales y materiales. La oración en la escena del evangelio está representada por María, que se sienta a dialogar y a escuchar al Maestro, a solas con Él, con el Dios amor que se ha revelado en su persona y tiene palabras de vida eterna (Jn. 6,68-69), que nutren el alma y mueven al encuentro y amistad con Dios.
El trabajo es necesario en la vida también; es el medio para el sustento, para cubrir las necesidades básicas de la vida, para que el hombre desarrolle su inteligencia y capacidades, para que transforme la realidad creada y la impulse para que todos los bienes de la tierra beneficien a toda la humanidad. Jesús, como hijo adoptivo de su Papá José, el carpintero, aprendió a trabajar, creció en medio de ese trabajo y así santificó el trabajo humano. Con el trabajo podemos tender la mano a quienes menos tienen o no pueden sustentarse por sí mismos.
Marta, representa al trabajo, el afán y sudor de la vida para ganarse el pan de cada día. Marta le pide a Jesús que le diga a su hermana María que la ayude en el trabajo y Jesús le dice: "Marta, Marta, te preocupas y agitas por muchas cosas, y hay necesidad de pocas o mejor de una sola, María ha escogido la mejor parte y no se la quitarán". Sin duda que el cristiano tiene que ocuparse de los afanes de cada día y tiene derecho a preocuparse; pero la enseñanza que quiere transmitir Jesús es que la vida del cristiano debe ser o necesita ser un equilibrio entre oración como encuentro cotidiano y profundo con Dios y el trabajo que toca realizar a una persona también cotidianamente en distintos ambientes, según la vocación de vida.
El trabajo sin la oración, es decir, dejando a Dios de lado, sacándolo de la vida, cayendo en el activismo, hace que el cristiano vaya quedando vacío, caiga en la rutina, el estrés, la desesperación, la angustia y ansiedad. En cambio, cuando Dios está en la vida del cristiano que trabaja, se solucionan las dificultades, hay fuerzas, optimismo, armonía, paz… porque Dios transforma la vida del creyente y su entorno con su amor. Tampoco se puede caer en un falso espiritualismo, donde con la excusa de estar orando no se trabaja, no se contribuye al desarrollo de la familia o de la sociedad, se descuida la ayuda al otro, al prójimo y se descuidan las responsabilidades que se tienen o han adquirido. Ni sacar a Dios de la vida cotidiana, por el afán del trabajo, ni descuidar las propias responsabilidades y la caridad con el hermano por un pietismo que es escape de la sociedad y sus exigencias.
La figura de Marta y María en el evangelio de hoy son figuras complementarias y no excluyentes, invitan al cristiano a vivir en armonía, en relación profunda con Dios y con su entorno, con los hermanos y todo lo que en la sociedad experimenta. La acción y la escucha de la Palabra de Dios van de la mano, se necesitan una a la otra. La acción debe ser expresión de la amistad que tiene el creyente con Dios, de ese diálogo frecuente que Cristo quiere tener con cada uno de sus discípulos. Busquemos espacio diariamente para la oración, para el diálogo confiado y amoroso con Dios y veremos, cómo el trabajo de cada día, los que nos toca realizar se hará más llevadero y tendrá más eficacia. Con Dios todo, sin Él nada.
IDA Y RETORNO: El viernes pasado, junto a varios periodistas de distintos medios, entre ellos tres amigas del Notitarde, recibí el premio que me otorgó la Universidad Arturo Michelena como "Articulista del Año", distinción que compartí con Luis Cisneros Cróquer. El hermoso premio tiene la inscripción: "Premio de Periodismo. Universidad Arturo Michelena. Articulista de Opinión: Por la calidad de sus textos opinativos, resaltando los valores de nuestra sociedad". Comparto con ustedes este galardón, ya que sin ustedes como frecuentes lectores, no sería posible recibirlo. Dios les bendiga y bendiga a nuestra Arquidiócesis peregrina.

Ilustración: LB, Rodrigo Machado Iturbe (FIA, 2013).
Cfr. Isabel Vidal de Tenreiro: http://elimpulso.com/articulo/buena-nueva-oracion-o-accion#

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