lunes, 17 de junio de 2013

FE QUE SALVA

La fe, el perdón y el amor de Dios (Lc.7,36-8,3)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

El evangelio de hoy, así como las lecturas que se proponen en este domingo para la celebración de la Eucaristía, hablan del amor y la misericordia de Dios que perdona al pecador que se arrepiente de sus pecados. El hecho que en el evangelio Cristo perdone a la mujer de mala vida que se acerca llorando a lavarle los pies y ungirlo con aceite, desvela y hace cercano a los hombres y mujeres de todos los tiempos el verdadero rostro de Dios que es amor y misericordia, que se muestra cercano y se acerca al marginado, al pobre y al pecador para ofrecerle la salvación y realización como ser humano.
La escena del evangelio de hoy, presenta a tres personajes: El fariseo Simón, que invita a Jesús a su casa, reconociéndolo como maestro judío, para compartir una comida; era costumbre en Israel invitar a un maestro que venía de otras ciudades y sobre todo después de haber compartido en la sinagoga la liturgia del sábado, a compartir la comida y seguir profundizando en temas afines y de interés particular. El interés del fariseo Simón y de sus otros compañeros era conocer más de cerca la vida y doctrina del joven maestro judío de Nazaret; al que mucha gente y unos discípulos en particular seguían. Hay que decir, que los fariseos en Israel eran un grupo religioso-político muy influyente, gozaban de mucho prestigio entre la gente, se presentaban como conocedores y escrupulosos observantes de la Torá o de la Escritura conocida hasta entonces que era el Antiguo Testamento (la llamada Ley); un apodo que tenían entre la gente era el de "los puros", porque se separaban de los demás, considerándolos impuros. El otro personaje que aparece en la escena de hoy, aparte de Jesús que representa a Dios, que muestra y demuestra el amor del Padre eterno, que va al centro de la Escritura y recuerda cual es la esencia de la vida cristiana que es el amor, aparece la mujer sin nombre, que era doblemente marginada en la sociedad judía de entonces; por ser mujer y por el oficio que tenía, el de prostituta. Dicha mujer, movida por la fe en Jesús, sin importarle que donde entraba era en la casa de un fariseo, que en aquella mesa habían sólo hombres que se podían llamar puros, entra y de rodillas, llorando, se pone a lavar los pies de Jesús con sus lágrimas y a ungirlos con perfume y echa aceite a Jesús en su cabeza. Como lo pensó Simón, el fariseo, sabía que aquella mujer era una prostituta y pensaría que estaba acostumbrada a mostrarse tan cercana así a un hombre; por eso, piensa que Jesús no era realmente un profeta, pero Jesús conociendo sus pensamientos, escrutando su corazón, trae a la mesa, a aquella casa, el tema que hay que debatir: la dignidad de la mujer y sobre todo el amor y la misericordia de Dios que sobrepasa cualquier pecado y que se muestra cercano y compasivo a quien se arrepiente de sus errores; como ésta mujer que ya con sus lágrimas está pidiendo perdón; reconociendo en Cristo a Dios que la puede perdonar y restablecer su dignidad como persona y mujer. Jesús con la parábola de los dos deudores alecciona a Simón y sus invitados: a quien más deuda se le perdonó, más ama; como aquella mujer que sintiendo el perdón; sabiendo de la actitud de Jesús con los pecadores y marginados, ahora corresponde a su acción con amor y el amor más puro que ella quizás no había dado a hombre alguno; porque al que tiene delante la ha amado de una manera diferente y al mismo tiempo auténtica y real; no la instrumentaliza, sino que la valora como mujer. Ante el asombro de los que allí estaban, al escuchar que Jesús le decía a la mujer: "tus pecados te han sido perdonados", el mostraba y se mostraba delante de ellos como el Hijo eterno de Dios Padre que perdona los pecados del mundo y que el hombre y la mujer que por la fe se acercan a Él, encuentran el amor y el perdón de Dios que renuevan la vida del ser humano.
IDA Y RETORNO: Feliz día del Padre a todos los buenos padres. Bendiciones a mi papá Juan Ramón.
En el marco del Año de la Fe, que finaliza el 24 de noviembre, en nuestra Arquidiócesis, nuestro Arzobispo ha dispuesto que el próximo domingo 23 de junio, los fieles y sacerdotes que hayan sido bautizados en una parroquia de nuestra Arquidiócesis de Valencia, peregrinen ese día a esa parroquia, participen de la misa, hagan la profesión de fe y celebren que allí fueron bautizados; es decir, que iniciaron allí su vida cristiana, su seguimiento a Cristo; ganen indulgencia plenaria por los pecados cometidos; habiéndose confesado y orado por las intenciones del Santo Padre. Todos los sacerdotes estarán dispuestos y preparados para recibir a los fieles y otros sacerdotes que fueron bautizados en esas parroquias para que juntos, como Iglesia de Valencia, renovemos nuestras promesas bautismales y decidamos, una vez más, seguir a Cristo en fe, esperanza y caridad y hacer el compromiso de ser sus testigos en medio de nuestra sociedad.

Talla en madera: http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2013/03/13/apuntes-para-un-nuevo-papa-en-clave-de-mujer-iglesia-religion-emma-martinez-crucificada-cristo-cuerpo-no-reconocidas.shtml

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