miércoles, 26 de junio de 2013

CUADERNO DE BITÁCORA

Después de la audiencia del TSJ (caso Mardo), almorzamos en el centro. Inevitable, entramos en la sucursal de las Librerías del Sur, esquina de Sociedad, Caracas. Tiempo sin acudir a este local, donde hemos tenido algunas discusiones (una de ellas, fuerte). Se encuentran, por cierto, varios titulos editados en España de Alejo Carpentier (precio promedio Bs. 90,oo). Empero, a la salida, descurimos el afiche. O, mejor, a la entrada.

Una cadena de librerías del Estado, sostenida por todos los venezolanos con sus tributos,  cuenta con un aviso equivalente al "Se busca". Una prohibición de entrada, pues. Sobre estos venezolanos que, además, por lo menos, pagan IVA, pesa tamaño testimonio desprecio, rechazo y exposición al escarnio público. Que sepamos, no hay una sentencia firme, definitivamente firme, condenatoria sobre ellos. Ni que la hubiere, les asiste tamaño derecho. Tomamos dos o tres gráficas subrepticiamente, las cuales formarán parte del dossier que alimentamos sobre el manejo del libro en Venezuela para la denuncia respectiva en la Comisión de Cultura de la AN

LB

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