martes, 14 de mayo de 2013

TAREA INMENSA


EL IMPULSO, Barquisimeto, 10 de mayo de 2913
Por una historia de nuestra arquitectura
Claudio Beuvrin

La ciudad como tema

Historias sobre diferentes aspectos de Barquisimeto hay muchas, dispersas entre notas de cronistas, fototecas, textos de historiadores locales, tesis de maestría, de periodistas y noticias de prensa, pero entre las cosas que faltan está la historia de su arquitectura y de los actores que la han hecho posible.
No tenemos un inventario de las obras de sus arquitectos y constructores, sus biografías personales y profesionales. Por ejemplo, si alguien quiere conocer las obras de Paolo Donghia, de Amado Agüero, de Francisco Carrillo, Ivan Faroh, Alejandro Dappo o Elvaro Jiménez, por citar unos pocos ya fallecidos, tal vez pueda señalar alguna, pero no tendrá una visión global e integral de lo que han hecho estos arquitectos y, sobre todo, no podrá señalar cuáles son los valores de esas obras ni como han influido o fueron influidas por el entorno social, económico y político de la ciudad en el momento en que fueron levantadas.
Faltan historias temáticas, por ejemplo, la de la vivienda de interés social y sus primeras manifestaciones en las obras del Banco Obrero, pasando en los setenta a las de Malariología y sus viviendas rurales, historias que yo contrastaría con las de la actual Misión Vivienda, por lo menos para saber que tan exitoso ha sido este nuevo programa. Tampoco tenemos una historia de las innovaciones tecnológicas que fueron llegando a Barquisimeto, por ejemplo ¿Cuándo y quien construyó el primer edificio de concreto armado? ¿Cuándo comenzó a utilizarse el sistema túnel? ¿Quién y cuándo construyó la primera torre de apartamentos en propiedad horizontal? ¿Cuándo y quienes desarrollaron la Urbanización del Este, Nueva Segovia y Los Libertadores y otras igualmente importantes? ¿Cuál fue la razón para que en  Cabudare se construyeran tantas viviendas a partir de los años setenta?
Hay que preguntarse cuál fue el impacto de los constructores italianos que llegaron tras la segunda guerra mundial. ¿Quiénes y cuando se diseñaron y construyeron los primeros centros comerciales, las universidades, los hospitales públicos y privados? ¿Quiénes trazaron las zonas industriales y sus edificaciones? ¿Cómo cambió arquitectura tradicional de los centrales azucareros cuando estos dieron el salto tecnológico? ¿Cuál era la relación que existía entre el empleo en la ciudad y la industria de la construcción? ¿Será verdad que la ciudad gozó de un período de oro de mano de varios de alcaldes con visión a largo plazo? ¿Cuántos premios nacionales de arquitectura tienen obras en nuestra ciudad y cuáles son? El Edificio Nacional, ¿fue diseñado por Carlos Raúl Villanueva o por Cipriano Domínguez?

Y no olvidemos algo fundamental: el acceso a la tierra conduce a arquitecturas diferentes según se la compre formalmente, se la recibe en dación o a muy bajo precio por parte del municipio o solo pueden obtenerla invadiéndola.
Las preguntas son muchas y las respuestas pocas: conocemos muy superficialmente la historia del urbanismo y la arquitectura recientes de nuestra ciudad. Hay mucho que investigar y este es un trabajo que no puede hacer una persona sola ni en poco tiempo.  Llevará años descubrir dónde está la información, recuperarla, analizarla, correlacionarla con la que ya se conoce, escribir los textos y publicarlos.  Hay que meterse en los archivos municipales, de la gobernación, en las notarias, en los archivos de organismos nacionales como el Banco Obrero, Inavi, MOP, Fudeco, Corpoccidente, Invilara y sus antecesores. Esa información probablemente no está organizada y, si no se ha perdido, habrá que buscarla en el Archivo General de la Nación.
Muchos de los actores todavía están vivos y seguramente estarán dispuestos a hablar de sus obras, de las peripecias por las que pasaron, sus éxitos y, tal vez, de sus fracasos.
La tarea es inmensa y necesariamente requiere de la colaboración de muchas personas e instituciones: la Escuela de Arquitectura de la UCV, la Escuela de urbanismo de la UCLA, el grupo de Postgrado de Historia del Pedagógico. Ya en la escuela de Arquitectura estamos dando los primeros pasos.
Y siguen las preguntas: ¿Cómo fue percibida la llegada de los primeros arquitectos en la ciudad, profesionales que llegaron reclamando su propio espacio en el diseño de las obras, espacio ocupado hasta ese momento por ingenieros civiles, dibujantes y “prácticos” que inevitablemente sentían que la llegada de  esos profesionales podían perjudicarlos?
Alguien dirá que, salvo pocas excepciones,  la ciudad no tiene obras de calidad notables. Pero es el caso que hasta estas están mal documentadas. Mi opinión es que además de la arquitectura notable hay que rescatar tambien la historia de la arquitectura genérica, aquella que a pesar de su modestia es nuestra arquitectura y es parte de nuestra referencia cultural.
Si algún lector quiere agregar algo a este esfuerzo, aun si cree que su aporte es modesto, que nunca lo es, contácteme y bienvenido sea.

Fotografía: Modernas edificaciones:  Oficina de Correos y Telégrafos; Asilo de Mendigos, Barquisimeto. Élite, Caracas, nr. 1049 del 10/11/1945.

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