sábado, 11 de mayo de 2013

NOTAS SOBRE EL FASCISMO (7)

EL NACIONAL - DOMINGO 6 DE JUNIO DE 1999 / SIETE DIAS
Historia viva
Umberto Eco y el chavismo "fuzzy"
Jorge olavarria

Conocedor de mi angustia por tratar de entender lo que hay en la cabeza del comandante Presidente, y la tortura de Tántalo que es mi esfuerzo por encontrar alguna explicación racional a la pateadura brutal que Chávez le está dando a la oportunidad que la historia le dio de hacer algo verdaderamente grande y noble por este pobre y crédulo país, un alma caritativa me envió el último libro de Umberto Eco titulado Cinco escritos morales (Editorial Lumen, Barcelona ,1998).
En la carta anexa a tan piadoso obsequio, mi anónimo benefactor, decía que me lo enviaba porque leyó en alguno de mis escritos que yo expresaba sospechas de que Chávez fuera, en verdad un fascista, aunque él mismo no lo supiera. Con semejante abreboca, abrí la boca y devoré el libro de Eco. El resultado fue milagroso. ¡Al fin descubrí lo que ni Alberto Arvelo ni Agustín Blanco Muñoz han encontrado!
La lectura del ensayo de Eco titulado "Fascismo eterno" fue equivalente a encender una lámpara de mil vatios en un cuarto oscuro. Mi superficial conocimiento (o dicho sin eufemismos autoindulgentes, mi total ignorancia) de lo que fue el fascismo italiano me había impedido calificar el pensamiento político del Presidente comandante como una subespecie de la fauna que nutrió el pensamiento del "Duce". El ensayo de Eco iluminó la oscuridad de mi ignorancia. Me hizo ver, en toda su espléndida desnudez, el tutifrutti doctrinario de quien hoy representa la voz del pueblo venezolano; como ayer Mussolini representaba la voz del pueblo italiano. Y con la ayuda de Umberto Eco vengo a enterarme que aquel tutifrutti se parece a éste, claro, sin mangos, mamones y guayabas.
Para ubicarnos en el tiempo y con su habitual brillantez, Eco diferencia el fascismo italiano de otras modalidades de totalitarismos de esa especie, que en Alemania se manifestó con el nacional-socialismo y en España con el falangismo. Uno ateo el otro hipercatólico. En lo relativo al fascismo italiano Eco aclara que... "No vale decir que el fascismo contenía en sí todos los elementos de los totalitarismos sucesivos, en estado `quintaesencial'. Al contrario, el fascismo no poseía ninguna quintaesencia. Ni tan siquiera una sola esencia. El fascismo era un totalitarismo `fuzzy".
¿Fuzzy? ¿Qué es eso de "fuzzy"? El ensayo de Eco fue producto de una conferencia dictada por el genial italiano en la neoyorquina Universidad de Columbia. En la jerigonza del inglés que los franceses llaman petulantemente "americain" para distinguirlo del inglés de Inglaterra "fuzzy" es algo confuso, gaseoso, contradictorio, enredado, amorfo, espumoso, sicodélico, incierto, inmaduro, indigesto y nebuloso. En síntesis, chavismo puro. Dudo que Eco haya oído un discurso del comandante y menos que si lo oye se deje impresionar por la enciclopédica cultura del comandante que él se encarga de hacer patente con sus citas de Walt Whitman, Zaratustra, la Biblia, Monteskiú, la tercera vía de Tony Blair y la vía láctea de Ceresole, y menos que haya leído sus famosas cartas óntico-cósmicas y proteico-nucleares, a los magistrados de la Corte y la solidaria misiva al terrorista Carlos. Pero si algún día lo hace seguro que bosteza, la pone de un lado y dice "bah questo e altri fascismo". Seguro que Umberto Eco vería el pensamiento del comandante como una versión tercermundista de algo que conoce bien y que describe magistralmente en su ensayo. Pero como yo no lo conozco y desde hace algún tiempo, vengo pensando y a veces diciendo que el chavismo no es la expresión de ninguna ideología en particular sino de todas las ideas que al comandante le parezcan atractivas, así sean contradictorias entre sí, Eco me iluminó como un rayo, cuando dice que el fascismo..."era un collage de diferentes ideas políticas y filosóficas, una verdadera colmena de contradicciones" y se pregunta: "¿Se puede concebir acaso un movimiento totalitario que consiga unir monarquía y revolución, Ejército Real y Milicia popular, privilegios para la Iglesia y educación estatal que exalta la violencia, economía de mercado o socialismo?". Ciertamente semejante colmena de contradicciones sólo cabe en cabezas como las del comandante. Los paralelismos entre lo que Eco describe del fascismo y lo que se está diciendo y haciendo en Venezuela son contundentes: "El partido fascista nació proclamando su nuevo orden revolucionario, pero lo financiaban los latifundistas más conservadores". La película que hoy estamos viendo en Venezuela no es coincidencia.
"Hay que volver a Carabobo"
En 1992, los oficiales presos por la rebelión militar del 4 de febrero, hicieron pública una declaración, que titulaban "Hay que volver a Carabobo" la cual, redactada por su jefe, el comandante Hugo Chávez, tomaba una frase usada por el general Pedro Remigio Rangel Rojas, pronunciada en su discurso del día del Ejército de ese año, y dándole la vuelta la usaba para encabezar una declaración en la cual explicaba desde un punto de vista estrictamente militar... "las causas que motivaron a los excelentes oficiales del Ejército a rebelarse contra el gobierno del bachiller Carlos Andrés Pérez". El documento expone en cinco puntos las causas militares que justificaban la rebelión del anterior.
En el primer punto mencionan hechos de corrupción en la compra de armas y municiones con sobreprecio y en mal estado, y citan la repotenciación de los tanques AMX, el caso "Turpial", el caso "Beta" y los frecuentes robos de sobrantes de alimentación y del pago de reintegro a la tropa. En el segundo punto se refieren al uso del Ejército "para masacrar al pueblo" el 27 y 28 de febrero de 1989 acusando por su nombre a los generales Italo del Valle Alliegro y Heinz Azpúrua y concluyen diciendo: "No queremos ser un organismo de represión; no es nuestra misión matar al pueblo venezolano".
En el tercer punto, acusan genéricamente a todos los generales, coroneles y tenientes coroneles de adular a los "politiqueros" para lograr sus ascensos, "olvidando a sus subalternos, sus problemas y frustraciones".
En el cuarto punto, insisten en el raciocinio anterior y acusan a todo el alto mando militar de olvidar el entrenamiento de las unidades de combate pues "ven como única condición para ascender, coquetearle a los politiqueros de oficio en las distintas entidades regionales y nacionales" asegurando que "esta situación ha desmoralizado a los oficiales que ven un Ejército de tantas tradiciones al servicio de una parcialidad política, lejos de cumplir la misión para la cual ha sido creado".
En el quinto punto dice textualmente lo siguiente: "El empleo que han permitido los generales serviles a los politiqueros cuando responsabilizan a las Fuerzas Armadas de entregar útiles escolares, becas alimentarias, seguridad presidencial, campañas de vacunación, arborización etc., tareas que deben cumplir otros organismos oficiales y nuestros generales complacientes por no llevarle la contraria a sus promotores, aceptan todas estas actividades que día a día nos alejan de nuestra razón de ser".
Siete años mas tarde, el autor de ese documento es quien desencadena la mayor y más profunda desviación de la razón de ser de las Fuerzas Armadas y las somete al servicio de su persona y de su parcialidad política violando con ello las razones que él mismo dio para ejercer su derecho a la rebelión.
(*) jolava@viptel.com
Composición gráfica: Thomas Barbéy.

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