sábado, 11 de mayo de 2013

NOTAS SOBRE EL FASCISMO (6)

EL NACIONAL - DOMINGO 20 DE JUNIO DE 1999 / SIETE DIAS
Historia viva
La fórmula Eco
Jorge Olavarría

La fórmula que permite hacer el coprocultivo de los discursos y las cartas del comandante, para precisar el origen de la intoxicación que produce semejantes deposiciones, ha sido hallada. Su examen permitirá clasificar al "chavismo" en una categoría política conocida. El diagnóstico pondrá en evidencia lo que se le está dando de comer al crédulo bravo pueblo y sabremos el mal que nos está matando. Esa fórmula es la que nos proporciona Umberto Eco cuando describe las 14 características del "fascismo eterno". Detectar las fuentes ideológicas de la verborrea del comandante, ha sido tantálica tarea para los que lo hemos intentado. Después de 14 entrevistas realizadas a lo largo de dos años y medio, publicadas en el libro Habla el comandante, Blanco Muñoz confesó que no podía ubicar el pensamiento de su entrevistado en ninguna de las categorías conocidas de la política. Sólo podía decir lo que Chávez no era. Pero no terminaba de precisar lo que era. Arvelo no lo intenta. Se limita a hacer un examen objetivo de las tendencias que se formaron alrededor del fenómeno clasificándolas de más a menos "democráticas". En su perspicaz monografía, Uzcátegui dice que hay que buscar la causa del fenómeno en sus características emocionales "psicosociales". Uzcátegui da en el clavo. Nos regala raciocinios que no sólo sirven para entender el fenómeno, sino para predecir lo que puede suceder cuando la nebulosa de emociones y expectativas que ha desatado Chávez, y que hoy se materializan en la demencia colectiva de la "Constituyente" se disipen y sus resultados lleven a un estrepitoso desencanto explosivo. Pero a pesar de lo rotundo de los raciocinios de Uzcátegui, yo sigo pensando que tiene que haber algo más. De alguna lectura, de la influencia de algún mentor, de algún lado tiene que haber salido el batiburrillo que complementa la emoción que Uzcátegui describe magistralmente. Una emoción ciertamente desatada por el impacto emocional de la rebelión militar del 4 de febrero del 92 y la perdurable imagen del hombre que con una boina roja dijo que no había logrado su objetivo "por ahora" dejó en la mente de millones de venezolanos. Pero que hoy tiene alguna vertebración doctrinaria. Así sea invertebrada.
Los síntomas
El descubrimiento del neonazi argentino Norberto Ceresole como mentor (para mi desconocido) amigo y compañero de viaje del comandante, dio una pista. El tono empleado en sus discursos a partir de enero, hicieron ver que en esa pista había algo mucho más serio de lo que a primera vista podía pensarse, dado el anacronismo absurdo de los raciocinios del che antisemita. Las cartas del comandante a los magistrados de la Corte y al "Chacal" iluminaron el camino. El uso del disfraz militar encendió alarmas. Pero ha sido Umberto Eco, el que da la clave que permite concluir que Hugo Chávez es un salto atrás. Eco advierte que para calificar un pensamiento o una conducta política de "fascista" no es necesario que las 14 características que él detecta en el "fascismo eterno" aparezcan en el examen de sus expresiones verbales o materiales. "El término fascismo" -dice Eco- "se adapta a todo porque es posible eliminar de un régimen fascista uno o más aspectos y siempre podremos reconocerlo como fascista" y advierte que "sus características se contradicen mutuamente y también son típicas de otras formas de despotismo o fanatismo. Pero basta con que una de ellas esté presente, para hacer coagular una nebulosa fascista como tal". Los discursos y las cartas, son síntomas claros de una seria indigestión. Sin embargo, la descripción clínica de su patología era equívoca, imprecisa y resbalosa. En las expresiones del "pensamiento" de Hugo Chávez, hay de todo y no hay nada. Umberto Eco da la clave para entender la vaciedad de la exuberante variedad. El genial italiano describe 14 características del fascismo "fuzzy" en las cuales el tutifrutti doctrinario de sus componentes adquieren coherencia y encajan dentro de lo que el llama "Ur-fascismo".
Esa es la explicación para que en el potaje pintoresco y multicolor, y puedan convivir fundamentalistas ignorantes y fanáticos como Tarek William Saab, con adecos supercapitalistas como Luis Vallenilla, abogados laborales socialcristianos como Herman Escarrá, burócratas calderistas como Ricardo Combellas y Tulio Alvarez, ex ministros herreristas como Manuel Quijada, comunistas simpáticos, inteligentes y sentimentales pero tercamente ciegos a la realidad de su extinción, como Guillermo García Ponce y Angela Zago, pepetistas radicales como Pablo Medina y Aristóbulo Istúriz y socialistas dudosos como Puchi. Todos son frutas variadas, exóticas y multisápidas, y hoy todos son felices ingredientes de la jalea del chavismo. Pero no es la heterogeneidad de sus componentes humanos, lo que lo califica de fascismo. Es el examen de las deposiciones discursivas y epistolares del comandante con la fórmula Eco, lo que conduce al diagnóstico de su ideología como una subespecie anacrónica y tropical del fascismo.
El examen
Chávez es fascista y no lo sabe. La mayoría de sus seguidores se ven a sí mismos como izquierdistas, demócratas de avanzada, neocomunistas, populistas, fundamentalistas o reformadores. Unos cuantos (los que usan con más frecuencia la boina roja) sí se ven como fascistas, aunque no lo confiesen. Pero la mayoría no reconocerán jamás que son la comparsa de un fascista. Lo son. Si hacen una pausa y piensan, caerán en cuenta de ello. El neonazi Ceresole lo dijo: "Yo inventé el personaje y luego me lo encontré en la calle". Por eso, el esfuerzo de hacer el examen vale la pena tanto para quienes lo secundan como para quienes tenemos que sufrirlo. Quizás podrá ayudar para precaver los coletazos del ciclo que dure su virulencia. Y puede ayudar para predecir lo que afecciones de esta índole ha producido en otros países. Conociendo la enfermedad, se podrían preparar los medicamentos adecuados para amortiguar sus efectos. Como para las afecciones gripales lo universalmente recomendado es tomar muchos líquidos, algo debe de haber para desenmascarar o digerir los discursos fascistas del comandante. Por lo pronto, el coprocultivo de sus deposiciones verbales y epistolares usando la fórmula Eco permite ver algunas características: 1. Culto a la tradición: Se detecta en las muestras discursivas y epistolares examinadas, una sobreabundancia de la característica fascista que Eco llama "culto a la tradición". Este componente fundamental del fascismo italiano, desfiguraba y distorsionaba el pasado, que en la Italia de los años 20 servia para elevar su autoestima, en una forma enfermiza pero muy efectiva. Para Mussolini, el culto del pasado tenía un vasto terreno para montar sus disparates de circo. En comparación a Italia, la historia venezolana es ridículamente breve. La enorme desproporción en la cual hoy estamos, entre la categoría de los actores históricos de la independencia -Bolívar, Bello, Sucre, Urdaneta, Páez- y los que en el siglo XX -Cipriano Castro, Pérez Jiménez, y Chávez- han usado y abusado de su culto lleva que el intento de estos personajes de vestirse con la ropa de aquéllos, sea la esencia del culto.
2. Culto de la acción por la acción: "Debe actuarse antes de, sin reflexión alguna". "Pensar es una forma de castración". "La sospecha hacia el mundo intelectual ha sido siempre un síntoma del Ur-fascismo".
3. Llamamiento a las clases medias frustradas: "Una de las características típicas de los fascismos históricos".
4. Nacionalismo: A quienes no tienen identidad social, el fascismo les predica que su privilegio "es haber nacido en el mismo país". De allí nace la obsesión por el "complot": para el fascismo, el nazismo y el falangismo, los culpables de todos eran los socialistas, los judíos, los masones y los comunistas. Para el chavo-fascismo los culpables de todo son los adecos y los copeyanos.
5. La vida por la lucha: No la lucha por la vida. La pugnacidad y la agresividad son fines en sí mismos. "Todo pacifismo es colusión con el enemigo".
6. Elitismo de masa: Cada ciudadano pertenece al mejor pueblo del mundo. Pero como no pueden haber patricios sin plebeyos, el "líder" organiza el partido jerárquicamente, con él a la cabeza, según el modelo militar y de acuerdo a este patrón de conducta, el líder desprecia y maltrata a sus obedientes subordinados, éstos a los suyos y así hasta llegar al pueblo. Eco llama esta característica "elitismo de masa" la cual es visible en el MVR.
7. Populismo cualitativo: El "pueblo" es concebido por el fascismo como una unidad monolítica que expresa su "voluntad común" por boca de su líder, que es su único intérprete.
8. Miedo a la diferencia: Los fascismos desconfían de los "intrusos" se cierran y encierran en sí mismos y tratan a los aliados circunstanciales de "afuera" con desconfianza que se convierte en hostilidad cuando dejan de ser útiles (Caso Mujica).
9. Mitología del héroe: "En la ideología Ur-fascista el heroísmo es la norma" dice Eco. En la chavista la regla. Peña fue cantado como un "héroe" por dejar el protocambur de la Secretaría para irse al frente ruso constituyente.
10. Neolengua: Eco dice que la "neolengua" imaginada por Orwell para 1984 está presente en el fascismo. La "neolengua" de Chávez es virulenta: "isostacia de las masas", "radiografía psico-social del Estado", "pulsiones óntico-cósmica, cosmo-vital y racional-social" etc. Uzcátegui hace un interesante análisis de la "neolengua" de Chávez basándose en la teoría de John Searle.
Los símbolos
En su libro Chávez: mago de las emociones el psiquiatra Luis José Uzcátegui describe las propiedades de los símbolos así: "El tiempo que la mente utiliza para grabar símbolos es más corto que el que utiliza para procesarlos. Como tal, son elementos que entran al sistema psíquico sin mayor procesamiento y grado de conciencia. Una vez activado por el mismo símbolo u otro estímulo -por ejemplo la boina roja activa la imagen del comandante- dispara las emociones, ideas y conductas, las cuales van asociadas al símbolo".
"Su ubicación en el cerebro es aleatoria. Puede grabarse en esquemas emocionales primarios o elaborados, lógicos o menos lógicos. El símbolo más que una referencia en la mente, es una especie de `virus' bueno o malo, dependiendo de la utilidad que se le dé, el cual se integra a todos los sistemas de la mente".
"Los símbolos dan acceso a estructuras distales, información y significados inconscientes, mueven referencias emocionales pasadas y muy elementales, es la razón por la cual en la sociedad siempre los símbolos han sido determinantes para construir grupos. También es la explicación de por qué todos los movimientos de grupos utilizan los símbolos para generar emociones y cohesión social".
Composición gráfica: Matej Peljhan.

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