sábado, 11 de mayo de 2013

NOTAS SOBRE EL FASCISMO (16)

EL NACIONAL - Lunes 19 de Mayo de 2008     Nación/4
Tras el mal ejemplo de Carmona
WILLIAN LARA
guarico47@hotmail.com

Mala inversión fue para los empresarios, mangoneados por Charles Shapiro, embajador estadounidense para la fecha y titiritero de la marioneta parlante que resultó ser Pedro Carmona Estanga, el brevísimo, enredarse en la parada del golpe de Estado de abril de 2002. Esa aventura por la jungla del fascismo dejó lecciones inolvidables. No menos costosa devino la reincidencia golpista del paro empresarial posterior al golpe. Muchas empresas quedaron fané y descangayadas para mal del país en su conjunto, cuya dinámica económica registró la destrucción de medio millón de empleos. Fedecámaras quedó convertida en un partidito de políticos inexpertos, cuya temeridad fue muestra patente de que definitivamente en la Venezuela contemporánea por más abultada que sea la chequera no hace a nadie dueño de la voluntad del pueblo. Como ciudadanos los empresarios tienen derecho, por demás legítimo, a cultivar su corazoncito político. ¡Viva la Constitución bolivariana que les concede tal derecho! Pero reincidir en el error de hacer de un gremio un suprapartido político, que con la ideología del golpe de billete presiona a las organizaciones con fines políticos a entregarles sus tarjetas electorales y cederle su lugar en la conducción de los grupos sociales que les apoyan, es por lo menos un intento de repetir el decreto con que Carmona se declaró presidente, derogó la Constitución y disolvió los poderes públicos el fatídico 12 de abril de 2002. Valga recordar aquel fracaso histórico de empresarios que siempre han soñado con hacer del Gobierno de Venezuela una federación de grandes corporaciones, calco y copia de la administración estadounidense, bajo el manto ideológico del neoliberalismo, hoy desconyuntado incluso en yankilandia con el naufragio que ha terminado siendo la gestión de Bush. Estos empresarios llegaron a controlar el Gobierno, como querían, con la dictadura de Carmona Estanga. En 47 horas los despachó la historia, la auténtica, la construida por las multitudes populares. Pa’ qué más. Zapatero a su zapato. Sabio dicho popular que los empresarios deben tener presente ahora cuando el presidente de su gremio nacional confunde su rol de vocero de los empresarios con el de candidato a gobernador en Guárico, tratando empecinadamente de convertir los capítulos de las cámaras de comerciantes e industriales en comandos de campaña y presionando a directivos gremiales, que ponen por delante su compromiso con la totalidad de sus mandantes, para que acepten convertirse en comunicadores de una candidatura percibida como artificial y elitesca. Mal sacan las cuentas electorales los que olvidan la envergadura de la fuerza roja rojita en Guárico, cuya entidad proyecta un resultado dos veces superior para su caudal de votos en comparación con cualquier otra expresión política del estado llanero, incluyendo las que dicen compartir su visión ideopolítica. Guárico es rojo rojito sin medias tintas ni matices cromáticos. No es posible la mimetización de Fedecámaras ni que ésta logre pasar una candidatura camuflageada hacia el campo de las mayorías guariqueñas, ni siquiera con quinta columnas o caballos de Troya; y ya se sabe quién le hizo carantoñas al Brevísimo el 12 de abril de 2002. No hay camarón dormido. El de Carmona fue un mal ejemplo. El aspirante a ser el clon de Pedrito, el breve, debería renunciar a arrastrar al gremio empresarial en su aventura. Con una carmonada basta.
Composición gráfica: Erik Johansson.

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