jueves, 28 de marzo de 2013

CUADERNO DE BITÁCORA (2)



No abunda el tiempo para detenerse en todas y cada una de nuestras lecturas, sobre todo cuando éstas tienden a ser parciales y pausadas al tratarse de obras de distracción que, a veces, resultan unas más que otras, penosas hasta llegar al abandono. Empero, nos empeñamos en tomar algunas notas.

Digamos que hemos completado un poco el ciclo de Auster, a quien le leímos años atrás “Brooklin …”, por recomendación de “Qué leer”, revista que llegaba a Venezuela. Precedido de una buena fama, por entonces, no nos impactó. Sin embargo, después de leer parte de su obra el año pasado, la creemos una de sus mejores junto a “La noche del oráculo” y “Diario de invierno”.

Valga observar que, al volver sobre algunos ejemplares de Auster, inevitablemente subrayadas las cosas de interés, no logramos recordar inmediatamente la anécdota. Quizá porque – hasta la fecha – todos se nos parecen, constituyen un indicio del escaso impacto que tuvieron.

Estupendo retrato de la ciudad y de una librería de segunda mano, dirigida por Brightman, cuya historia es la más coherente e interesante, significativamente concluye con el fatídico 11-S, cuando el protagonista y concluye con la escena inicial de las ocho de la mañana. En esta edición de 2011, traducida por Benito Gómez Ibáñez para Anagrama, destacamos algunas notas como la rápida reflexión que hace sobre la prestancia de los pedos (15), el comercio de los libros autografiados (123), el embaucamiento como profesión (132), el juicio crítico sobre la programación televisiva (143), Kafka (“aunque lo leas por encima, nunca se te olvida”, 158), el mercado inmobiliario neoyorquino (286), el legado de la gente (307)….

LB

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