jueves, 7 de febrero de 2013

UNO Y OTRO LUGAR

EL UNIVERSAL, Caracas, 18 de Diciembre de 2011
 ENTREVISTA | GRAZIANO GASPARINI, ARQUITECTO Y RESTAURADOR
"Ese mausoleo del Libertador no podía estar más fuera de lugar"
"Con ese mausoleo se incumple un precepto básico: la convivencia armónica de diferentes épocas" "En arquitectura hay exigencias según la edificación: una iglesia no es un museo, no es un anfiteatro
Gasparini indica que el primer error del mausoleo es "haber llevado adelante esa idea en medio de tanto secreto"
JAVIER BRASSESCO , GRAZIANO GASPARINI , ARQUITECTO, FUNDADOR DEL IPC

Ningún arquitecto venezolano vivo puede exhibir una hoja de servicio siquiera comparable a la de Graziano Gasparini, la máxima autoridad del país en materia de restauración: Premio Nacional, 54 libros publicados, intervenciones en más de 150 iglesias coloniales, fundador del Instituto del Patrimonio Cultural y con experiencia en restauración de los centros históricos de Quito, ciudad vieja de Guatemala, La Habana, Lima, El Cuzco y Tiahuanaco. Antes de él, apenas y se hacían en el país intervenciones en obras arquitectonicas.
A sus 88 años ve con preocupación las intervenciones que se están haciendo en el Panteón Nacional y la construcción de un mausoleo para los restos del Libertador, que en principio debió haber sido inaugurado ayer, en el 181 aniversario de la muerte de Bolívar, pero que fue postergado para abril.
-¿Por qué dice estar "preocupado" por estas obras?
-Es que no entiendo por qué llevaron adelante esta idea en medio de tantos secretos. Aquí hay un Colegio de Ingenieros, una respetable facultad de Arquitectura como lo es la de la UCV, aquí hay arquitectos muy capaces, y a nadie se le consultó. Yo ni siquiera sé qué arquitecto está al frente de esta obra.
-Lucas Pou...
-Ah, claro, siempre ha estado muy ligado con Sesto (Francisco Sesto, ministro para la Reconstruccción de Caracas), montaron una oficina de proyectos juntos, tiene sentido. Pero eso no se ha hecho público, el nombre de Pou nunca sale cuando se habla del mausoleo.
-¿Cree que no es correcto que le hayan encargado la obra a él?
-No, yo no he dicho eso, no me gusta opinar de lo que no sé. El mismo Sesto nunca ha negado su vinculación con Pou, cuya empresa se encarga de otras obras en la ciudad. No creo que sea el problema principal, sino que, bueno, estamos hablando del mausoleo del Libertador, no es cualquier cosa, cualquier obra. Imagínate lo bonito que hubiera sido integrar en esta idea a los cinco países bolivarianos (Venezuela, Colombia, Panamá, Perú y Bolivia), abrir un concurso entre arquitectos de todos estos países. Le hubiera dado mucha mayor relevancia. Pero, eligieron la oficina, las cuatro paredes y el grupito, eligieron el secreto.
-¿Se justificaba intervenir el Panteón Nacional?
-Yo creo que no. Pero la mía es solo una opinión más, no me creo dueño de la verdad. El punto es que nunca hubo una discusión nacional en torno a un tema tan importante.
-¿Y por qué cree que no estaba justificada esta obra?
-Hay unas intervenciones con las que no estoy de acuerdo, como que tumbaran el muro de fondo del Panteón (frente al cual está hoy el sarcófago) para hacer una conexión con el mausoleo, y no sé qué pasará con esa estatua de Tenerani, que es una copia exacta en mármol de la primera estatua de Bolívar que se erigió en Am´erica Latina, que era de bronce. Y todo el Panteón es parte de nuestra historia urbana, no se interviene desde que Manuel Mujica le hizo la fachada que hoy le conocemos, allá por la época de Gómez. La iglesia actual (el Panteón fue primero que nada la iglesia de la Santísima Trinidad) se vuelve pasillo de entrada para lo que están haciendo en la parte trasera.
-¿Qué opina del mausoleo propiamente dicho, de esa rampa que está proyectada?
-Eso apenas se conoce, ya por ahí es de criticar la poca publicidad que se le ha dado a esa obra. Pero la he visto, sí, y creo que no cumple con un requisito básico de la arquitectura: la coexistencia armónica de épocas diferentes. Si uno quiere añadir algo a un edificio del siglo XVIII, es imprescindible no romper la armonía. Tú te paseas por el canal de Venecia y eso es un desfile de once siglos de arquitectura, de estilos que son diferentes y sin embargo ninguno molesta al otro. Esa rampa es como el cohete ese que pusieron en San Jacinto, no podía estar más fuera de lugar.
-¿No pasa algo parecido con la pirámide del Louvre?
-No, esa pirámide tal vez desentona para quien no capta los valores espaciales o la evolución de la arquitectura. Pero en cualquier caso, cada edificación tiene sus exigencias, una iglesia, que además es monumento histórico nacional, no es un anfiteatro, no es un museo, no es un campo de fútbol, hay requerimientos que aquí, a mi modo de ver, no se respetaron.
-¿Es una obra de calidad?
-No lo sé, habría que verla terminada, yo no opino por reflejos ni en base a prejuicios.

Reproducción: Carlos Calachica, Panteón Nacional (1948), aporte para Caracas en Retrospectiva /Facebook.

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