lunes, 15 de octubre de 2012

¿UN SÓTANO EN LA AZOTEA?

Los candidatos cuaternarios
Luis Barragán


Alcanzados, desde hace poco más de un mes buscábamos los apuntes del viejo texto de prensa, porque la revista ya no está disponible en la Hemeroteca Nacional. Por entonces, con el debido acento de la ironía, Joaquín Marta Sosa probó una clasificación de los candidatos presidenciales (Summa, Caracas, nr. 52 del 15/06/72), aunque – evidentemente -  la tipología ya no se ajusta a la actualidad,  dándonos pista cierta del retroceso democrático experimentado.

Refería el ahora académico de la Lengua, otrora explorador teórico de una posterior, distinta y perecedera experiencia política, a los realmente presidenciales (o, mejor, diríamos presidenciables), al lado de los negociadores, negociables, mártires y valiosos. Una tipificación tan acorde a las consecuencias mediatas e inmediatas de las nominaciones, apuntando a la naturaleza y los actores secundarios y terciarios, añadida las posibilidades constitucionales y legales para alcanzar a la vez una curul parlamentaria o edilicia, revela un grado de certeza y complejidad del juego político que ahora luciría extraño, aunque no recordamos si después motivó y desarrolló la contabilidad en obras como “Venezuela: elecciones y transformación social” (Caracas, 1984).

Ciertamente, en el pasado, la multiplicación de las aspiraciones presidenciales encarnó una serie de objetivos tácticos que incluyó, por obra de una sutil diferencia, al negociante o mandadero que satisfizo la estrategia de otra candidatura potencialmente ganadora, y al negociador o vivaracho, presto al intercambio de posiciones; al sacrificado, en reclamo de una superior ascendencia en la opinión pública, y al coherente con un determinado y paciente proyecto político. Sumando al de los ganadores, perfeccionado después con el bipartidismo, hallamos tres grupos que no tuvieron equivalencia en los comicios del 7-O, aunque demandaran algunas de las características señaladas.

Acotación necesaria,  los elencos  secundarios de 1947 y buena parte del período puntofijista, reporta a personalidades y propósitos muy bien fundados ideológica, política y socialmente. Caldera, Machado, Larrazábal, Uslar, Villalba, Barrios, Prieto, Villalba, Burelli, Rangel, Petkoff, Fermín, Fernández, Velásquez, Alvarez Paz, Salas, Arias Cárdenas y Rosales, entre otros, representaban algo más que una candidatura meramente testimonial, aunque poco menos las de Ramos Giménez, Hernández, Borregales, Martín, Castro Hurtado, Tinoco, Arria, Montiel Ortega,  o Pedroza; sin embargo, de la anécdota llegando a la franca ridiculez, supimos de los brujos y sexo-demócratas cumplidores de todas las formalidades para el abanderamiento.

De señalado conflicto existencial, Chávez Frías y Capriles protagonizaron los más recientes comicios, sin que otros llenaran cómodamente las posiciones sucesivas. Siendo así, saltamos a un grupo cuaternario que merece un par de comentarios adicionales.

De un lado, desconocidos como antes, Reina Sequera obtuvo más de sesenta mil votos, probablemente por la confusión que generó su tarjeta; Luis Reyes, alcanzó ocho mil; y María Bolívar, asombrosamente inscrita como candidata a la gobernación del Zulia para los comicios del 16-D, nos dejó una estampa cercana a los antiguos brujos y sexo-demócratas.  En todo caso, llenos los requisitos mínimos, defendemos el derecho de todo ciudadano a postularse a los cargos públicos de elección, aunque no encontramos una razón teórica ni social para las aspiraciones continuamente replanteadas.

Del otro, más significativo, está Orlando Chirinos con cuatro mil votos, incomprensible a los efectos de un proceso consolidado de recomposición política, ya que – entendemos – es un portador de matices respecto al proyecto gubernamental del que no se sabe cuán distante efectivamente está. Agreguemos a Yoel Acosta Chirinos, quien finalmente no participó,  reinvindicador de los ideales del 4-F, aunque – tememos – únicamente buscaba llamar la atención de Chávez Frías.

Habrá tiempo de reformular la antigua tipología de Marta Sosa,  actualizándola en un contexto de angustiosa pre-modernidad.  Por lo pronto,  hay quienes sienten nostalgia de los ausentes candidatos secundarios y terciarios.

Fotografía y breve nota LB: Gráfica tomada de la red, sospechamos que es nuestra. Son muchas las apuntadas desde el edificio "José Vargas", piso 15, Bellas Artes, Caracas. Por ello, siempre es recomendable una marca de agua. No por reclamo de algún derecho en particular, sino por las probables distorsiones que puedan sufrir, como ha ocurrido con otros aportes. No es el caso que nos ocupa, por cierto....

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