domingo, 9 de septiembre de 2012

REVERENCIA

El Nacional - Sábado 18 de Septiembre de 2004     B/8
Hace 50 años Armando Reverón se disolvió en sus pinceladas
La comunidad de Macuto ofrecerá hoy una misa en su honor a las 5:00 pm en la iglesia San Bartolomeo
EDGAR ALFONZO–SIERRA

Hoy los habitantes de Macuto que asistan a la iglesia San Bartolomeo a las 5 de la tarde, rezarán por Armando Reverón, por el alma que hace 50 años les dejó en herencia un Castillete que las aguas del Ávila, furibundas y envidiosas, decidieron robar y entregarle al mar hace casi 5 años. Las plegarias se unirán a los recuerdos de aquellos venezolanos que han amado a un artista que, de seguro, es el más reconocido en el país tanto por los sectores legos como por los más populares. En Venezuela, se puede desconocer a cualquier creador, pero todos -casi todos- saben cuál es el rostro de Armando Reverón e inmediatamente lo asocian con la luz, con el mar, con Macuto, quizá no sin emoción.
Pero esta debilidad por él no es sólo venezolana. Es sabido que el Museo de Arte Moderno de Nueva York presentará, en una fecha aún no precisada entre 2006 y 2007, una retrospectiva de su obra que ocupará algunas salas de su nueva sede.
John Elderfield, director del departamento de pintura y escultura de la institución, señaló en julio de 2000 en Caracas, cuando se anunciara esta noticia: “Lo extraordinario es que Reverón es el último de los grandes modernos clásicos revelados al mundo (...) Conocía obras suyas aisladas, pero no estaba preparado para tanta belleza y para el carácter radical de este artista. He visto hasta ahora más de 100 de sus obras (...) Mi especialidad es el modernismo europeo clásico y considero que la vinculación y contraste que hizo este venezolano entre los mundos de la apariencia real y el de la imaginación llegan a estar más ejemplificados en él que en Matisse y Bonnard”.
Este mismo investigador presentó el año pasado una conferencia magistral en la Academia Británica de Londres, a solicitud de esta misma institución, en la que analizaba los capítulos de la modernidad en Inglaterra y Nueva York. El tercer capítulo fue Caracas y el tema, que se convirtió en centro de la conferencia, disertaba sobre cómo incluir en la narrativa clásica de la historia del arte moderno a una figura como Reverón.
Sin embargo, para el país, Armando Reverón es una tarea por estudiar, cuando no un proyecto por realizar. Por una parte, indican ciertos estudiosos que es importante enriquecer el entendimiento de su obra más allá de la primera clasificación académica con la que se lo introdujo en la historia del arte del país (obra inicial e importante atacada por el investigador Alfredo Boulton, quien diseccionó su creación según los períodos azul, blanco y sepia). Entre las más recientes apreciaciones de su cuerpo de obra se intenta asumir la categoría artística del Castillete y, sobre todo, de los objetos creados por el autor como piezas percibidas con el mismo status que el de sus pinturas.
Amén de esto, después de la tragedia de Vargas, la reconstrucción del Castillete es una deuda de honor y nobleza de las autoridades oficiales y el sector privado para con el país. Como otro detalle, el Museo Armando Reverón, institución encargada de buena parte de su legado, entre ellas El Castillete, desaparecerá este mismo año y sus funciones serán asimiladas por la Galería de Arte Nacional (institución que ha apoyado la tarea de conservación y custodia del patrimonio artístico del museo), según informó Dulce Ramírez, coordinadora de la comisión liquidadora del MAR.
Por su parte, Douglas Monroy, director ejecutivo de la GAN, explicó que una vez cumplida la liquidación del MAR se iniciará un proceso de revisión jurídica y administrativa de todos los asuntos de la institución cesante, entre ellos, este inmueble. Dulce Ramírez, quien ha trabajado de cerca con la comunidad macuteña, señala: “Ellos quieren y piden que se les reconstruya su Castillete, que Armando Reverón es suyo. Esa comunidad es la más doliente de él, pero hasta ahora no hemos conocido ningún proyecto de reconstrucción”.

Fotografía: El Nacional, Caracas, 20/09/54.

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