lunes, 24 de septiembre de 2012

DEJARSE INSTRUIR

NOTITARDE, Valencia, 23 de Septiembre de 2012
Jesús instruye a sus discípulos (Mc. 9, 30-35)
Joel Núñez Flautes

El texto del evangelio que hoy leemos nos presenta dos escenas donde Jesús de paso por Galilea va instruyendo a sus discípulos. En primer lugar, y por segunda vez, anuncia a los doce su pasión, muerte y resurrección, lo cual no entendieron, porque como cualquier judío de su tiempo tenían en su mente la idea de un mesías triunfalista, que vendría a derrotar a sus adversarios e instaurar su reino en medio de Israel. Ellos creían y veían signos de que Jesús era el Mesías esperado, lo que no comprendían es que siendo el Salvador, el que viene a liberarlos de la opresión tenga que padecer, sufrir y morir. El ser humano por mecanismo de defensa o por sentirse llamado a la felicidad, muchas veces no entiende, no asimila fácilmente o no integra como parte de su vida palabras como sufrimiento, padecimiento, dolor, cruz y muchos menos muerte. Sin embargo, hoy Jesús nos recuerda que si bien el hombre fue creado para la vida y es llamado a la vida, a ser feliz y a vivir con Dios eternamente; esto no quiere decir, que el dolor, la tristeza, las crisis, los momentos adversos, el pasar por la muerte no sea parte de la vida. A Cristo para salvar a la humanidad, que por su pecado le dio la espalda a Dios, le tocó pasar por la pasión y la muerte; con la certeza que era el camino para vencer al pecado y al mal; que después de esto vendría la resurrección, la vida nueva, definitiva, plena. El cristiano auténtico es el que ha aprendido y sabe que después de la noche de dolor en el camino de la existencia, siempre viene el amanecer de la gracia de Dios, su compañía, su fortaleza, la paz, el gozo, el amor y después de esta vida viene la vida eterna que el mismo Dios nos ofrece. El cristiano verdadero es el que en el batallar diario de la vida y con su corazón y mirada puesta en el Señor, sabe que los problemas, la oscuridad o las amarguras no son eternas, pasan y siempre retorna la calma, la serenidad, llega la solución o la luz que sigue iluminado el camino. El cristiano que se deja instruir por su Divino Maestro, es el que ha asimilado que lo que podemos llamar negativo en la vida, lo sabe integrar, lo asume, aprende de sus caídas, de los problemas, se levanta con la ayuda de Dios y sigue caminando detrás de su Señor, sabiendo que siempre llega la resurrección y al final, después de esta vida, la eternidad con su Dios y Redentor.
En segundo lugar, nos dice el evangelio de hoy, que llegando a Cafarnaún, Jesús les pregunta a sus discípulos acerca de lo que venían hablando por el camino, ante tal pregunta reinó el silencio en medio de ellos, porque en el camino venían hablando de quién era el más importante. Jesús sabiendo, como buen Maestro, como el Dios verdadero que conoce el corazón, los sentimientos, la manera de pensar de los hombres, les dice “que quien quiera ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos”. Una de las tendencias naturales del ser humano es el poder, el querer crecer, progresar, ser líder, dirigir, guiar; tendencia que se puede convertir en tentación, cuando por encima de todo y de todos, llevándome por delante a quien sea, desprestigiando, anulando, compitiendo deslealmente, busco a costa de lo que sea y sin importar la manera, alcanzar el poder. Jesús, quiere enseñar a sus discípulos una nueva forma, más humana y divina al mismo tiempo (al estilo de Dios) para sentirse grande, poderoso, realizado, que es lo que al final anhela el ser humano; sentirse plenamente realizado. El camino que Jesús propone es el servicio, hacerse servidor de todos; es decir, para llegar a mandar, a gobernar, dirigir, ejercer poder; primero y por encima de todo hay que servir con alegría y generosidad a los demás; o dicho de otra forma, para aprender a mandar, primero hay que aprender a servir. El mejor ejemplo es el de Jesús, que siendo Dios se hizo hombre, siendo rey, se hizo esclavo, siendo rico, se hizo pobre, para alcanzar a toda a la humanidad y llevarla a la salvación. El cristiano verdadero es el que escucha a su Señor, aprende de Él y sigue sus pasos. El cristiano fiel es el que como un niño acepta, acoge y recibe con espontaneidad; el que recibe, acepta y vive como su Dios y Señor. El servicio que Jesús nos propone es un servicio sin cobro, sin factura, porque quien sirve aprende a recibir y recibe más de lo que da, porque sale al encuentro de los demás, del otro; quien se queda sólo en el poder se busca a si mismo y tiende a oprimir o maltratar a los demás. Al cristiano le tocarán puestos de “poder”, pero ante la opción de poder, no debe olvidar nunca la disposición a servir al estilo de Cristo Jesús.
Ida y retorno
Mañana los 114 seminaristas que se forman en nuestro Seminario, tendrán una semana de retiro espiritual para así iniciar con mayor disposición y claridad el nuevo año académico 2012-2013. Oremos por ellos, para que perseveren en su vocación, para que puedan cada día decir sí a Cristo que los llama a ser sacerdotes santos de su Iglesia. Sigamos orando para que muchos jóvenes quieran servir a Cristo y a su Iglesia con generosidad, respondiendo con alegría a su llamado al sacerdocio.

Fotografía: LB, La Ermita, San Cristóbal, estado Táchira (23/09/12), donde escuvhamos misa el día de ayer.

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