domingo, 22 de julio de 2012

E-SEDENTARIO

EL UNIVERSAL, Caracas, 14 de Julio de 2012
Viviendo sin Internet
Se me abrió un mundo nuevo cuando comencé a conectarme y lo recuerdo ahora con nostalgia
ANDRÉS F. SCHMUCKE G. 

Tengo unos cuantos días sin Internet, no sé cuál es la razón específica del problema, no sé por qué no cuento con este servicio y al parecer Cantv tampoco lo sabe. El pasar un tiempo considerable sin poderme conectar al ciberespacio me ha hecho reflexionar sobre la cantidad de tiempo que invierto (pierdo) cuando estoy conectado.
En un ejercicio de honestidad diré que uso Internet para cuatro puntos solamente: escribir correos electrónicos, ver el Facebook, ver videos en YouTube y meterme en el Twitter (ok, está bien, ocasionalmente veo algo de Hentai, pero es sólo ocasionalmente). La World Wide Web me ha traído muchas horas de entretenimiento pero también de sedentarismo.
Recuerdo con claridad mis primeros tiempos, cómo sonaba el módem al conectarse, la novedad con las páginas, el descubrimiento del chat o el ICQ. Particularmente, recuerdo que chateaba mucho en Taima Chat, mi nick en un principio fue "El Gato" (cuánta originalidad), pero después lo cambié a "Ángel_Negro" (con este me fue mucho mejor), y como curioso y hombre al fin, debo confesar que varias veces me pasé por Jardín Erótico o Sexy Caracas.
La realidad fue que se me abrió un mundo nuevo de posibilidades cuando comencé a conectarme y lo recuerdo ahora con nostalgia, pues al no tener por los momentos esa posibilidad siento que he perdido un amigo. Bueno, quizás es muy exagerado esto, digamos más bien que tengo un pana que se fue de viaje y lo extraño.
Se puede vivir sin Internet, cuesta, es verdad, pero sí se puede. Quizás esto que ahora me pasa es un mensaje de que tengo que twittear menos y vivir más, dejar de conocer gente mediante los juegos en línea y comenzar a destruir la granja que tengo en Facebook.

EL UNIVERSAL, Caracas, 23 de Julio de 2012
Crisis en la Web significa oportunidad
ISAÍAS ELÍAS BLANCO

Los eclipses económicos son los mejores momentos para poner a volar la creatividad, entender necesidades, optimizar recursos, agilizar procesos y aportar incentivos a una sociedad que requiere emprendedores.
La crisis económica que comenzó hace poco más de tres años se extiende con rapidez por el viejo continente y las últimas medidas de rescate a la banca de España volvieron a activar las alarmas de los grupos financieros europeos porque temen que la inestabilidad en la Península Ibérica contagie al resto de los socios del bloque europeo. Pero a pesar de la turbulencia por la que atraviesan empresas y organizaciones españolas sumadas a la alta tasa de desempleo, pareciera que el exceso de malas noticias está impulsando una nueva corriente creativa que migra a la nube para salir al paso y concretar formas de optimizar ingresos.
Jóvenes profesionales, quienes recién están saliendo de las escuelas de Ingeniería, Arquitectura, Programación y Negocios, tienen clara la realidad del mercado laboral y en vez de echarse al abandono y entregarse al pesimismo que reina en el ambiente, prefieren enfocar su energía en Internet, para abrir un blog, venderse, ofrecer servicios profesionales y gestionar soluciones en contacto directo con posibles clientes.
En el otro lado de la moneda, a nivel general en toda Europa, están los profesionales con menos de cinco años de experiencia que perdieron sus empleos a causa de los despidos forzosos, que luego se cansaron de no conseguir empleo se pusieron creativos y comenzaron a promocionar sus currículos a través de infografías animadas, relatos, historias, puestas en escena y documentales narrados por abuelos, niños, conocidos, familiares y amigos. El resultado de esas iniciativa fue satisfactorio para los aventurados porque la viralidad de Internet hizo que les llegaran ofertas de empleo en menos de una semana.
Ajustando el visor, en el otro extremo del mundo, la realidad suramericana desde hace décadas ha estado marcada por la controversia política, inestabilidad económica, altos niveles de pobreza y desigualdad social entre otros términos; pero por encima de las dificultades del entorno, los jóvenes licenciados hicieron evolucionar su pensamiento para tomar lo mejor de países desarrollados y aplicar fórmulas de emprendimiento digital que les abrieron paso en el mercado laboral de su país, al mismo tiempo que creaban su agencias de comunicación interactiva, productoras audiovisuales y recientemente consultorías de redes sociales.
En la actualidad la nueva Web que conoce la Sociedad de la Información despliega una inmensidad de herramientas-recursos gratuitos en programación, diseño gráfico, edición multimedia, conversión de archivos, almacenamiento en la nube, analítica Web, gestión de clientes, atención personalizada, outsorsing, bases de datos, creating centres, redacción de contenidos, marketing interactivo y aplicaciones para móviles entre otros cientos. Solo basta con saber en qué área se tiene mayor conocimiento, evaluar la capacidad de producción-respuesta y determinar hasta qué grado se pueden asumir los riesgos de invertir pequeñas cifras para emprender en particular y hacer un nombre en el medio que elude la crisis mundial.

 Ilustración: Frank Stella


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