sábado, 4 de febrero de 2012

POSTERIORIDAD


Post-perejimenismo
Luis Barragán


La etapa más importante del perezjimenismo comenzó con la caída del perezjimenato, aunque el involuntario fundador de la escuela naturalmente no le pareció así. Señalado por varios delitos, curiosamente surgió un movimiento popular que lo favoreció, canalizando paradójicamente el descontento que produjo las vísperas de la democracia representativa, fieramente competido por la insurrección marxista en la década de los sesenta.

Destaquemos que contó con cuadros propios de conducción política en el país, importantes en la medida que ocuparon las curules parlamentarias y edilicias francamente insospechadas que obligó, además, a enmendar la Constitución de 1961 para impedir definitivamente la postulación presidencial del hijo de Michelena. Figuras que también le eran completamente ajenas, lo visitaron en La Moraleja de Madrid, diligenciando un apoyo que jamás brindó en forma expresa e inequívoca, y – por cierto - sin contar nunca con la vocación y la voluntad de Juan Domingo Perón para abandonar la cómoda estancia de un hombre de negocios.

El fenómeno se diluyó con relativa prontitud, reiterativo siempre en la defensa de una gestión, destacando sendos testimonios como los recogidos por Agustín Blanco Múñoz y Alfredo Angulo, hasta que reapareció en la prensa – aún antes de su muerte – por la perorata alabanciosa de Chávez Frías para despecho de Luis Miquilena. Sin embargo, nos sorprende la existencia de un movimiento de jóvenes que ahora reivindica a Marcos Pérez Jiménez.

Ya el profesor Jonathan Benavides había observado la presencia del movimiento en la UCV, denunciándolo a través de un sobrio texto publicado en Noticiero Digital. E, incluso, profesor de la Metropolitana, Guillermo Aveledo, confirmó que, entre sus alumnos, había un dirigente juvenil pro-perezjimenista.

La casa de Villanueva ha sabido de carteles o pendones de exaltación que indican algún buen financiamiento, debido a la calidad que supera el promedio de las piezas propagandísticas expuestas por otras corrientes o agrupaciones gremiales y políticas. Todavía no sabemos de la persistencia de tan increíble iniciativa de aquellos que distan mucho de haberse beneficiado de la dictadura, reimpulsando el “Nuevo Ideal Nacional”, pero – obviamente – habla de un retroceso que, por lo pronto, suscita tres rápidas observaciones.

Por una parte, la orfandad doctrinaria e ideológica de las fuerzas en pugna de la Venezuela actual, consiente la reaparición de un mensaje que intenta llenar el vacío de los jóvenes llamados a la más fresca ensoñación. Se dirá que la aceptación acrítica del positivismo, además de delatar el probable oportunismo de sus patrocinantes, presuntamente más adultos, no sólo es fruto de la postmodernidad, sino que – devenida premodernidad – promete la reentronización de ideas, problemas y situaciones que, por muy viejas, constituyen una novedad en el desierto.

Por otra, que la promesa propiamente es la del fascismo al que definitivamente le interesa al gobierno nacional tener como opositor, así deba construirlo o diseñarlo. Todo el proceso político que nos aqueja, por el creciente aislamiento o freno de las corrientes universales del pensamiento de antiguo o reciente fuste, nos conduce a un conveniente régimen de la extemporaneidad sentida y vivida más allá de la reflexión.

Finalmente, recordando uno de los ensayos de Orlando Albornoz, el perfil más nítido, convincente y consistente que tuvo el movimiento estudiantil en nuestro país, precisamente se debió a las luchas que produjo la etapa final de la dictadura de Pérez Jiménez. Y puede aseverarse que, holgada la ironía, por la banalidad indesmentible que también se ha colado en el frágil combate estudiantil, es absolutamente creíble que la etapa post-perejimenista anide en su seno.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2012/01/post-perejimenismo/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=834334

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