domingo, 26 de febrero de 2012

CONVERSIÓN


San Marcos, 1: 12-15

Todavía no conozco su nombre, el padre de La Coromoto de El Paraíso (Ccs) refirió la homilía sabatina a la de hoy domingo 26/02/12. Sigue el curso de una reflexión sobre el ayuno, pues, antes de ayer enfatizó que más importantes son los actos de amor y solidaridad que los formales de abstinencia. Y, antes de ayer, insistió que, al ayunar, también nos colocamos un poco en la situación de los que tienen hambre, de los que nada tienen.

Lacasta

En su homilía del domingo, 01/03/09, el Padre Alvaro Lacasta (SJ) llamó la atención sobre la conversión (la vida puede volver a empezar cualquiera sea la edad), para Dios nunca estamos definitivamente perdidos (sanación integral de cuerpo y espíritu). Frecuentemente, creemos que la conversión y reconciliación depende exclusivamente de nosotros, de nuestra voluntad, pero – por más esfuerzo que hagamos – depende de la omnipotente voluntad de Dios. Palabra viva y eficaz si escuchamos con piedad, fidelidad y fe: asunto tendrá una diferencia resonancia. Mientras no haya rechazo voluntario, estamos en la balanza de la vida. Hay que pedir fuerzas con humildad, confianza y esperanza, abrirse como un niño. El demonio hace signo y señales milagreros, ante el cual Jesús opone firmemente la misión que Dios le ha encomendado. Nos empeñamos en resolver todo por nuestra cuenta. Cristo intuyó un desierto diferente. Pidamos con humildad. La tentación más grave es desesperar. El reto está en creer en el amor de Dios, hacernos nuevos. Contra la desesperanza, la confianza iluminada en Dios Padre misericordioso.

Gén, 9: 8-15.
Sal. 24.
1 Pe, 3: 18-22.

Fotografía: Obra de Pablo Serrano.

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