lunes, 23 de enero de 2012

UNO Y TRINO


NOTITARDE; Valencia, 21 de Enero de 2012
Predicación de Jesús y llamado (Mc. 1,14-20)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

En este tercer domingo del tiempo ordinario se nos presenta el texto del evangelio de Marcos donde Jesús comienza su predicación en Galilea, pidiendo la conversión de los corazones a Dios, porque el tiempo ha llegado; del mismo modo, caminando por la orilla del Lago de Galilea llama a sus primeros discípulos: Simón y su hermano Andrés, Santiago y su hermano Juan. Cuatro pescadores que ante la llamada de Jesús lo dejan todo y lo siguen.

Jesús vino al mundo a traer las buenas noticias de parte de Dios Padre, para hablar al hombre de un mundo totalmente desconocido, impensable e incalculable por parte del ser humano, vino a revelar el misterio de ese Dios a quien anhela desde siempre y busca con ansias el corazón humano. El Hijo de Dios se hizo hombre para compartir con los hombres su vida, sus alegrías y tristezas, sus triunfos y sus fracasos; pero sobre todo para señalarles el camino que conduce a la vida eterna. Él vino al mundo para formarse un pueblo, para hacer discípulos y así llevarlos al Reino del Padre eterno. Su oferta de salvación y vida es para todos los hombres de todos los tiempos. Él padeció, murió y resucitó y quiere que sigamos sus pasos para darnos vida plena.

Jesús vino al mundo a traer las buenas noticias, ¿Cuáles son esas buenas noticias? Que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo Dios en tres personas, que Dios nos ama con amor infinito, que es el Padre bueno por excelencia, que Él quiere nuestra salvación y que tengamos vida eterna, que con la fe, la esperanza y sobre todo el amor podemos vivir el presente y en el futuro ver a Dios cara a cara; que quien le sigue es realmente feliz. Por eso Él quiere que seamos sus discípulos, nos llama como en otro tiempo llamó a sus primeros discípulos para que llevemos también la Buena Nueva a los hombres y construyamos el Reino de Dios.

El llamado que Jesús hizo en Galilea a sus primeros discípulos deja ver que Él escogió a algunos hombres para formarlos, prepararlos y enviarlos a predicar su Palabra, para reunir a su pueblo que es la Iglesia, para que fuese sacramento de Salvación en medio del mundo; para lograr que muchas personas se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Tan impactante sería la persona de Jesús, tan sinceras y profundas sus palabras que hizo que aquellos hombres pescadores, que tenían su seguridad en su trabajo, que era el sustento de sus vidas y sus familias, fueran capaces de dejarlo todo, creer en sus palabras y promesas y seguirlo con radicalidad. Y es que realmente Jesús es Dios en medio de los hombres y aquellos primeros discípulos vieron, escucharon y palparon a ese Dios amigo que habla al corazón, que cuando se le encuentra transforma la vida y vale la pena dejarlo todo, posponerlo todo para estar con Él y seguirlo con alegría para hacer que otros también lo conozcan y sigan.

Jesús también nos ha llamado desde el día de nuestro bautismo, nos ha reiterado su llamado en nuestra primera Comunión, en la Confirmación y en tantos momentos de nuestra vida de fe, para que le sigamos, para que quitemos de nuestra vida aquellas cosas que nos apartan de Dios y de los hermanos, para que encontremos en Él refugio, fuerza, paz, seguridad y para que salgamos al mundo a proclamar donde está la fuente de la felicidad. Jesús nos invita hoy a volver nuestra vida a ese Dios que nos ama y desde siempre ha tomado la iniciativa, sobre todo enviando su Hijo al mundo para que con su Muerte y Resurrección nos diera vida.

Hoy es un día para renovar nuestro discipulado, para decirle a Jesús que aceptamos su llamado y queremos ir detrás de Él; un día para revisar qué cosas necesito seguir cambiando o mejorando en mi vida para ser un mejor discípulo; es tiempo para que meditemos si estamos siendo valientes para señalar a los hombres nuestros hermanos quién es el Camino, la Verdad y la Vida.

IDA Y RETORNO: Por razones ajenas a mi voluntad, el domingo pasado no salió publicado mi artículo, pero seguimos aquí compartiendo la Palabra de Dios. Me preguntan: ¿La santería es igual al cristianismo o al catolicismo? Rotundamente no, aunque los que siguen esa creencia utilicen imágenes católicas, en el fondo están adorando a los dioses africanos (varios dioses: Changó, Yemayá…), especialmente a "Olodumare". Los cristianos católicos creemos en un Dios Uno y Trino revelado en Cristo y las imágenes de los santos en la Iglesia nos recuerdan la vida de Cristo, de la Virgen María o la de una persona que a lo largo de su vida vivió las enseñanzas de Jesús. Recordemos que cuando los negros esclavos trajeron sus creencias al continente, para no ser descubiertos por los blancos cristianos, "escondieron" detrás de las imágenes católicas sus ritos y creencias, muy contrarias a nuestra fe. ¿Entonces los católicos son culpables de que haya tanta santería? Eso sería como decir que como Dios creó al hombre y éste pecó, entonces Dios es el culpable del mal en el mundo y sabemos que es el hombre que con su libertad ejecuta sus actuaciones. Vivamos nuestra fe y demos testimonio de una vida coherente y santa.


Fotografía: pieza de Miguel Sansón

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