lunes, 23 de enero de 2012

SISTEMA NERVIOSO


EL NACIONAL - Lunes 23 de Enero de 2012 Cultura/4
la individual del lunes
Barbara Brändli. El legado
JUAN ANTONIO GONZÁLEZ


Negado al obituario ­casi siempre escrito al fragor de la noticia­, se empezó la pesquisa de algunas imágenes de la fotógrafa venezolana de origen suizo Barbara Brändli para "armar" esta Individual del Lunes, la primera que se dedica a un artista post mórtem.

Brändli falleció el 27 de diciembre. Pero difícilmente se puede hablar de un final cuando para los venezolanos del presente y del futuro queda un legado visual incomparable. Su legado.

Desde que la fotógrafa llegó a Venezuela, en 1959, se dio a la ardua y muchas veces solitaria tarea de hallar en lo que la rodeaba, en lo que captaban sus ojos, la identidad de un país que la acogió y para el que no cesó de registrar lo que hay más allá de lo aparente, de un paisaje humano que, en principio, le resultó ajeno, pero al que luego se abrió, con humildad y con respeto, para devolvernos la imagen inconfundible del conocimiento.

Ella ya no está físicamente, pero sus instantáneas ­siempre que se conserven y se difundan­ seguirán mostrando lo que, a veces, la mayoría no ve. Para Brändli, el oficio por el que recibió en 2004 el Premio Nacional de Fotografía era una especie de viaje espiritual, una manera de conectarse sensiblemente con el sujeto de su arte.

"Lo mío en la fotografía es el gesto humano, la cara, lo que hace la gente, hacer ver algo que, a lo mejor, cualquier persona que pasa por ese mismo sitio no ve o no siente", decía convencida de que es posible mirar más allá de lo obvio, de lo tangible, para acceder a territorios de trascendencia.

Allí están sus libros: Los hijos de la luna, Sistema nervioso, Así, con las manos... Testimonios de un trabajo incansable con el que Brändli se acercó a las comunidades indígenas del sur del país, los ye’kuana, los yanomami, los maquiritares, los pemones, no con la visión europeísta de la inteligencia superior en pleno descubrimiento de culturas salvajes, sino con la extraordinaria humanidad de quien acepta que hay otras formas de vincularse con el universo, tan válidas y genuinas como la del visitante de las grandes ciudades. Un aporte arqueológico que condujo a muchos venezolanos a reconocerse en la cosmogonía del indio.

Caracas también copó el interés de la fotógrafa que se inició en el ballet clásico y hasta fungió de modelo antes de comprender que el mundo es demasiado grande como para conformarse solamente con lucir bella ante una cámara.

De esta cuidad que a diario nos devora con su caos, Brändli dejó imágenes llenas de humor, contrastantes, casi surrealistas, pero sobre todo producto de una mirada limpia, desprejuiciada, amorosa, crítica, deslumbrada...

Barbara Brändli no se merecía una cuartilla y media de obituario. Dio mucho para que solamente nos limitáramos a inventariar su lugar y fecha de nacimiento, sus estudios, sus exposiciones y sus libros. Lo que mejor la definió son sus imágenes, el legado.

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