lunes, 19 de diciembre de 2011

WIKILEAKS HISTÓRICO


EE. UU. En Venezuela
Luis Barragán


Contamos con un repertorio historiográfico sólido, aunque todavía insuficiente, capaz de iluminar, sustentar y actualizar muchas de las posturas políticas que hoy exhibimos con desenfadada improvisación. Padeciendo un régimen que también tiene una fuente de legitimidad en el pasado cuestionado hasta el hartazgo, modificando sus versiones de acuerdo a específicos intereses, luce pertinente que sus opositores superen la tentación e – igualmente – el síndrome de las versiones que se revelan anacrónicas.

Margarita López Maya tiene en su haber “EE. UU. en Venezuela: 1945-1948 (Revelaciones de los archivos estadounidenses)”, meditado por el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico – UCV (Caracas, (1996). Ciertamente, abunda en riquísimos detalles de aquella ya remota experiencia histórica, celosamente apegada a las evidencias escritas, sin hacer concesión alguna a las especulaciones o mitos todavía – sorprendentemente – vigentes.

La autora tuvo la paciencia y, algo fundamental, las herramientas especializadas para hendir el bisturí en el amasijo de los documentos que el gobierno estadounidense, particularmente su embajada en Caracas, levantó sobre los acontecimientos con una absoluta y comprensible responsabilidad diplomática. En tal sentido, reconocemos la posibilidad – aún siendo tardía – del acceso a las informaciones y criterios manejados por el Estado, negada enteramente en este lado del mundo, aunque todavía en los noventa privaba una fuerte censura sobre algunos papeles que hasta nos permitiría atisbar y autorizar una suerte de “wikileaks histórico”.

Entre la caída de Medina Angarita y la de Gallegos, hay un periplo que la autora descontamina con sobriedad y coherencia, arribando a conclusiones que compartimos. Parte de la naturaleza y definiciones de la política exterior estadounidense hacia el hemisferio, trastocada por los inicios de la llamada Guerra Fría, y, afortunadamente desprejuiciada, revela las versiones que es también revelación de las vicisitudes y desencuentros en el seno mismo de la representación diplomática en Venezuela.

Por ejemplo, ubica - con la exactitud extrema que le es posible – al agregado militar Edward Forstall Adams, pieza del ajedrez inmediatamente denunciado por Gallegos al caer, después reconsiderado. Todavía corre el espectro del agregado militar en el propio recinto de la Asamblea Nacional, gracias a un proyecto de acuerdo sobre el aniversario del golpe de 1948, sin recibir noticias – es nuestra convicción – de aportes como los de la autora de marras. Y esto, por no citar las comparaciones y confrontaciones bibliográficas y hemerográficas que ella hace, desmintiendo algunas de las versiones y mitos lamentablemente sobrevivientes.

Es necesario consultar la obra nuevamente, escrita con una impecable vocación académica. Hay una inmensa predisposición en torno al pasado que facilita los abusos del régimen en el presente, susceptible de combatir gracias a la herencia historiográfica con la que contamos también posible – siempre posible – de enriquecer.

Fuente:
http://www.medios24.com/p47215.html
Cfr.: http://books.google.es/books?id=_0wqNP1Plp0C&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
http://www.lalibreriadelau.com/politica-venezolana-ca88_125/libro-eeuu-en-venezuela-1945---1948-revelaciones-p15131

Fotografía: El Nacional, Caracas, 02/04/48.

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