domingo, 11 de diciembre de 2011

RECORRIDO


NOTITARDE, Valencia, 11 de diciembre de 2011
Testimonio de Juan El Bautista. (Jn.1,6-8.19-28)
Pbro. Joel de Jesús Núñez Flautes

Llegamos al tercer domingo de adviento, domingo que nos proclama la alegría de saber que ya el Mesías y Salvador de la humanidad está cerca. Ya la muerte y el pecado no tienen la última palabra sobre el hombre; Dios en persona ha venido a rescatar y salvar a sus hijos. Es la buena noticia del adviento que proclama la alegría y la esperanza de la Natividad, del nacimiento del Redentor y al mismo tiempo proclama su manifestación gloriosa al final de los tiempos. Que se encienda la esperanza en los corazones de los cristianos, porque Cristo, Nuestro Dios y Señor camina con nosotros y es nuestro gozo.

En este tercer domingo de adviento se nos presenta de nuevo la figura de Juan El Bautista que da testimonio de la presencia del Mesías en medio de los hombres. Él proclama la presencia de Jesús en medio del Pueblo de Israel, aunque los judíos no lo reconocieran ni se percataran de que Él estaba en medio de ellos. Juan fue enviado por Dios Padre como profeta, para que diera testimonio de la Luz, para que anunciara que Aquel que es la Luz del mundo estaba en medio de los hombres.

Juan es humilde al responder a sacerdotes y levitas (que representaban a las autoridades judías) que Él no era el Mesías, ni el profeta Elías, sino "la voz que grita en el desierto", el profeta enviado por Dios para ser el precursor del Señor, para llamar a la conversión de los corazones a Dios, para que respondan al llamado de salvación que Dios mismo les hace en la persona de Jesucristo. Recordemos que el desierto para la mentalidad bíblica es expresión de las grandes teofanías o manifestaciones de Dios para el Pueblo de Israel, por eso, Juan el Bautista es el último de los profetas, el elegido para señalar la presencia del Mesías que anuncia y proclama la teofanía, la manifestación por excelencia de Dios a los hombres. Dios mismo en persona ha venido a encontrarse con los hombres; es la Palabra encarnada.

El bautismo de Juan era un bautismo de conversión, y como él mismo atestigua delante de quienes le interrogaban, que en medio de ellos hay Uno que no conocen, al que él no es digno de desatarle las correas de sus sandalias, que bautizará con el Espíritu Santo; es decir, que santificará a la humanidad, que la renovará con el poder que viene de lo alto.

De la personalidad de Juan El Bautista y de su testimonio delante de los hombres, podemos sacar algunos valores que nos sirven para vivir nuestra vida cristiana: 1. Sinceridad y fidelidad a Dios sin vacilación. Juan delante de quienes le preguntaron "¿quién eres tú?" responde claramente, sin reservas ni titubeos. Era un hombre recto y apegado a la verdad. Esto le costará la vida. 2. Humildad y transparencia. Juan no se deja llevar por la vanidad o por los aplausos. Él reconoce su puesto, sabe que no es el Mesías, sino aquel que lo proclama y señala entre los hombres. 3. Juan da testimonio delante de los hombres. Es un profeta valiente que proclama la presencia del Salvador en medio del mundo. Profeta que llama a la conversión de los hombres a Dios.

El cristiano está llamado a vivir estos valores de Juan El Bautista, a mantener la alegría de saber que Dios camina con el hombre, que se ha metido en la historia humana, que no abandona a sus hijos y comparte sus triunfos y fracasos, pero sobre todo ha venido para ofrecerle vida eterna y felicidad plena. Necesitamos testimoniar la alegría ante un mundo cansado, pesimista, desesperanzado, lleno de antivalores, sumergido en la cultura de la muerte, de las falsas creencias, de las ideologías que esclavizan al hombre y no lo hacen progresar integralmente. Necesitamos proclamar ante el mundo y la Venezuela de hoy a Aquel que es la Luz, que es el mismo ayer, hoy y para siempre.

Lo que más convence a los hombres no es tanto lo que se dice o proclama, sino lo que se vive. Necesitamos, por tanto, ser testigos de la alegría de saber que Dios está en medio de nosotros, que no estamos solos, que su amor nos precede y acompaña. Que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida y esto hay que proclamarlo y anunciarlo al estilo de ese gran hombre que fue Juan El Bautista.

IDA Y RETORNO: ¿Los cristianos católicos adoran imágenes? ¿No está prohibido adorar imágenes en la Biblia? Los hermanos protestantes se basan en Ex. 20, 3-5 para decir que tener cualquier imagen de Cristo, la Virgen María, un santo, es una idolatría. Hay que entender bien el texto y el contexto. Dios prohibe tener otros dioses, falsos dioses, hacer imagen de un falso dios. Los católicos no vemos a la Virgen como una diosa ni a los santos como unos semidioses que usurpan el puesto del Único Dios verdadero revelado en Cristo: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Los próximos domingos continuamos el tema. Tarea: buscar cita: Ex. 25, 17-22.

Nuestra Arquidiócesis está de júbilo por la ordenación de un nuevo sacerdote, el Padre Rodolfo Verastegui, que fue consagrado ayer en la Catedral de Valencia por manos de Mons. Reinaldo Del Prette. Que Cristo lo haga un santo sacerdote al servicio de su Iglesia, sin mirar atrás.

Ilustración: Giovanni Angelo D’antonio, "San Juan Bautista".

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