sábado, 17 de diciembre de 2011

PREMIACIÓN


EL NACIONAL - Sábado 17 de Diciembre de 2011 Cultura/4
ENTREVISTA El escritor marabino ganó premios en narrativa y poesía
Luis Moreno Villamediana: "La poesía y el relato siempre han tenido buenos momentos"
El autor cree que el deterioro retratado en las letras nacionales hace contrapeso a la construcción de la leyenda de un país próspero
M. R. R.

El movimiento y la parálisis, ambos estados cruciales en el quehacer literario, son los orígenes de Laphrase y "Los bañistas", el poemario y el cuento de Luis Moreno Villamediana que merecieron los premios Equinoccio de Poesía Eugenio Montejo y de Cuentos Guillermo Meneses, respectivamente.

La colección de poemas nació del vértigo de pronunciar una oración muy larga. Por eso su estructura es intimidante y casi invita a leer sus 80 páginas con un solo aliento. A esta tentación, el autor añadió la metáfora del viaje, "como una engañosa reminiscencia de la épica y como un modo de acumular observaciones, fragmentos de otros textos, sobresaltos".

"Los bañistas", que es parte de una colección de relatos que aún Moreno Villamediana está corrigiendo, "es la viñeta de unas personas que se resisten a marcharse de una zona en peligro".

La obra del autor, que cuenta entre sus influencias a Borges, Kafka y a autoras como Gertrude Stein o Lyn Hejinian, está marcada por la experimentación con el lenguaje, el golpe a las certidumbres y la reconstrucción de la relación con el deteriorado mundo exterior de la nación.

--¿Cómo diferencia su voz poética de la narrativa? --Antes del borrador no hay géneros, sino impulsos extraños que involucran el lenguaje y sus posibilidades. Cuando se elige entre un poema y un relato, lo que se hace es acatar una convención, que uno mismo puede socavar al mezclar lo que previamente se estableció como distinto. Todo género, incluido el ensayo o la reseña crítica, tiene una carga ilusoria: le hace creer a uno que es un zorro capaz de escapar por donde quiera. Por eso es bueno tenerlos todos a la mano.

--¿Cree que la palabra poética es la ideal para la experimentación? --Por lo general, en la convención llamada poesía se tiende a creer que el lenguaje es tan dúctil que puede emplearse contra los usos más fosilizados o esperados. De allí que la narrativa experimental tienda a convencerse de ese mismo carácter, desligado del utilitarismo de la narración.

--¿En cuanto a los temas, siente que el carácter urbano de la narrativa venezolana se extiende a la poesía? --Prefiero pensar en las ciudades como territorios de ciencia ficción: en ellas se oculta el desastre que las va a devolver a su condición de monte. El énfasis en lo urbano sólo muestra una parte. La poesía de William Osuna podría explotar hasta convertirse en la de Enriqueta Arvelo Larriva.

--¿Siente que lo que Gustavo Guerrero ha denominado la "poética del deterioro" se ha convertido en el metarrelato de la literatura venezolana? --Ese deterioro es una condición de higiene, porque se contrapone al esfuerzo por construir la leyenda de un país próspero y robusto que apenas existe en la manipulación.

Nuestro siglo XIX está tan lleno de moho que yace en el suelo, en pedazos, y esos pedazos es lo que somos hoy. El deterioro y el fracaso nos recuerdan que todos los festejos, patrióticos o personales, son insignificantes, porque tienden a canonizar estilos que tal vez funcionen bien por accidente. Me interesan por eso.

--¿Cree que es un buen momento para la literatura venezolana? --Es natural sentirse exaltado por lo que se hace cuando uno está allí para leerlo. Nos reivindica sentirnos acompañados y retados. Pero la poesía y el relato siempre han tenido buenos momentos, quizá no respaldados por las estadísticas (la disciplina que usamos para respaldar nuestra ilusión). Seguimos siendo iguales a lo que fuimos, con picos y caídas.

Fotografía: Williams Marrero

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