lunes, 12 de diciembre de 2011

DE LA DELGADA LÍNEA ROJA


De la nueva emergencia
Luis Barragán

Jueves, 08 de Diciembre de 2011 21:11

Los altos funcionarios del Estado, incluyendo a los comentaristas de las plantas radiales y televisivas del Estado, reclaman que las consabidas, constantes y calamitosas lluvias obedecen a un fenómeno estrictamente natural. Los más avispados apuntan inmediatamente a la crisis mundial del capitalismo que ha osado aniquilar el planeta, contaminándolo por doquier.

Nadie discute la existencia y padecimiento de un fenómeno natural y, mucho menos, lo que afirme – por ejemplo - un István Mészáros, sino lapropia responsabilidad que ha de reconocer el gobierno en la tragedia. Por más que desplieguen todos los esfuerzos posibles, privilegiada la televisión para intentar una buena impresión, lo cierto es que muchas voces anticipadamente alertaron sobre la inminencia de las lluvias, la necesidad de un diagnóstico de las zonas de alto y mediano riesgo, como – inevitable redundancia – la urgencia de un plan de urgencia.

Las diligencias que hacen los organismos oficiales es lo menos que se podía esperar, por más que ellos las crean un sacrificio inédito y heroico de lo que llaman la revolución. Resulta inaceptable que, al propagandizar los hechos, la prioridad sea la del espectáculo mostrando una insensibilidad suprema que ha sido siempre dejadez e improvisación.

Ha pasado un año y, a los ya “viejos”, se suman los novísimos damnificados que tampoco ven la casa número cien miel en su horizonte, toda una engañifa estadística también oportunamente denunciada por la oposición democrática. Empero, otra cosa es lo que está en el ojo de la tormenta.

Chávez Frías pidió una larga habilitación legislativa, concedida por sus temerosos parlamentarios, para afrontar la emergencia de las lluvias, y, es de suponer, la concesión de un poder - ciertamente, sin precedentes en nuestro historial - poderosísimo para solventar o comenzar. Pleonasmo aparte, pudo en ,un año echar las bases para resolver el asunto así fuese medianamente eficaz, gozando de los créditos adicionales que se le antojaran, pero no: se aprovechó de los más pobres, de los más inocentes, de los más vulnerables para hinchar ese poder, políticamente asediar a sus adversarios, legislando en materias harto diferentes y, por supuesto, disfrutando de esa diarrea de créditos adicionales destinados a otros menesteres.

Las lluvias evidencian la inmoralidad insólita de un gobierno como el de Chávez Frías, quien tiene por absoluta prioridad reelegirse a cualquier precio en 2012. Llueve y escampa, recuérdelo: los más pobres, inocentes y vulnerables, no olvidan.

Fuente:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/10356-de-la-nueva-emergencia
Fotografía: Inundación de Higuerote (El Universal, 23/04/11).

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