jueves, 8 de diciembre de 2011

ENTORNO

EL NACIONAL - Jueves 08 de Diciembre de 2011 Opinión/8
ATres Manos
Miradas múltiples para el diálogo
En torno a "folklore"
Distinguido ciudadano:
GRISELA PASTORI*

Soy seguidora de los artículos que aparecen en este magnífico espacio dedicado a múltiples opiniones de personajes de nuestro mundo político, histórico, filosófico y pare de contar, cada uno mejor que el otro.

Más de una vez me ha provocado terciar en algunas de las polémicas a que han dado lugar más de una vez algunos escritos controversiales como es natural que suceda en un país democrático como el nuestro, aunque a veces una tiene sus dudas al respecto.

He estado siempre atenta por si interviene alguien a quien pueda interesarle un tema que tengo entre manos desde hace bastante tiempo, el cual no he logrado desenredar como quisiera porque tiene que ser muy versado en teología, filosofía, derecho clerical, historia colonial, no fanático religioso porque hay que desenmascarar a un obispo de mucha fama inmerecida por allá por 1680, o, en todo caso, tendría que ser llevado el caso por un equipo capaz de revisar el juicio contra un sacerdote defensor de los indios, que por no apoyar al candidato de los gobernantes, obispo y gobernador convoyados, fue sometido al escarnio inquisidor, y que podría ser el único caso de la aplicación de esa nefasta institución que se conozca en el país.

Ese caso fue ventilado por vez primera por L. G. Castillo Lara en un acto público en la iglesia de La Victoria hace varias décadas, y fue el que escogí cuando hice la especialización en Historia Social y Económica del Estado Aragua. Pero lo que deseo ahora es reivindicar la memoria del humilde sacerdote que fue humillado por el poderoso obispo Diego de Baños y Soto Mayor que hasta una capilla principal tiene en la Catedral de Caracas. Si usted puede asesorarme al respecto le estaría agradecida.

Por otra parte quisiera saber por qué razón tituló de esa manera su artículo del domingo 23 de octubre. Leí con cuidado y de verdad no vi ninguna relación del texto con eso de "para salir del folklore".

Le adelanto que desde que no nos acompañan los defensores a ultranza de ese término, los maestros Juan Liscano y Luis Felipe Ramón y Rivera, tomé la bandera que dejaron de enarbolar para salirle al paso a quienes, a la manera de ver de los citados folklorólogos, que comparto totalmente, confunden el significado de la palabra que encierra todo el bagaje del sentimiento genuino, usos costumbres y tradiciones de toda una comunidad, pueblo o país, y espero que no sea ese su caso, como sí lo ha sido de muchos intelectuales de prestigio a quienes me he dirigido en ese sentido y, afortunadamente, con la humildad de los grandes, han reconocido su error y lo han enmendado, cosa que les enaltece.

Con relación a ese asunto tan delicado llevé una ponencia al Congreso de Cronistas e Historiadores realizado en Valle de la Pascua en 2009, y si usted me autoriza podría enviársela a su correo en otra oportunidad. Disculpe lo largo de mi mensaje y le ruego que no tome a mal mi apasionamiento en cuanto a lo del título de su artículo de opinión, como todos los suyos y los de sus dialoguistas, de excelente factura. Reciba un saludo cordial de una lectora asidua de su columna.

*La Victoria

Estimada: "Las palabras no son neutras" me he esforzado en mostrar en el libro que lleva ese nombre.

Desde luego, hay términos más problemáticos que otro. En el terreno de una cierta antropología crítica, y más aún, en la agenda de una antropología posmoderna sería improcedente la utilización de un término como "folklore": por su procedencia cultural, por su nicho semiótico, por su familia ideológica. Como es fácil colegir, en mi artículo hay un tono sarcástico justamente porque tomo "folklore" como trivialización, como banalización de lo popular, como aldeanismo teórico.

No es ese el único sentido posible para esta terminología y su testimonio así lo indica.

Pero veo bastante cuesta arriba llegar a un cierto consenso cuando andamos justamente en una constante batalla por deconstruir esos conceptos (lo que está por detrás). Preguntémosle a un colega que sabe de estas cosas ­Esteban Emilio Mosonyi­ para ver qué opina.

R. Lanz

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